En las últimas horas hubo mucha polémica en el shopping Alto Avellaneda, en Buenos Aires, porque montaron una enorme muñeca idéntica a la que aparece en El Juego del Calamar. Pero denunciantes lograron que la quiten, debido al alto grado de violencia y ahora aseguran que también denunciarán a Netflix.
La misma invitaba a jugar a niños y niñas al son del conocido canto de “Luz roja, luz verde” y mientras realizaba el canto, los pequeños participantes corrían alrededor. Cuando deja de hablar y gira la cabeza 180° todos deben quedarse inmóviles y los guardias apuntaban a los infantes con armas de juguetes. Tal como sucede en la serie.
La polémica por el juego que invita a entretener a los menores, mientras sus padres compran, fue inmediata y tras el repudio que generó la instalación de la muñeca, llovieron las críticas y las póstumas denuncias formales.
Fue tanto el revuelo que este jueves al mediodía funcionarios del shopping terminaron de desinstalar la macabra muñeca, que en la ficción que recrean, aquellos que pierden son asesinados.
La denuncia
Quienes formalizaron la denuncia fue la Defensoría del Pueblo de Avellaneda, quienes aseguraron además que evalúan hacer una presentación de advertencia a Netflix, la empresa que montó la escenografía en el patio de comidas del shopping.
La Agencia El Vigía, un diario zonal de Avellaneda, fue quien dio a conocer la noticia, la cual generó una inmediata reacción desde distintos sectores de manera casi inmediata. La acción directa la tomó el Defensor del Pueblo de Avellaneda, Daniel García, quien el martes por la tarde tomó conocimiento del caso y el miércoles en la mañana se presentó ante el departamento legal del centro comercial y presentó una nota cuestionando el juego.
“Ayer a las 10 fuimos directamente y por la noche ya nos informaban que estaban por retirarlo. Hubo que actuar rápidamente porque son escenas preocupantes. Se recrea con chicos algo que pertenece a un programa para mayores de 16 años”, resaltó García.
Además, en el documento que presentó el Defensor de Avellaneda se plantea: “Si nos acercamos al patio de comidas, podemos ver una muñeca de gran tamaño, niños y niñas corriendo alrededor de ella, mientras se escucha por los parlantes la canción que dice ‘jugaremos muévete luz verde’ y personas vestidas con overoles rojos y su cara tapadas con máscaras con figuras geométricas, que ‘apuntan’ con su dedo al niño o niña que continúa jugando o debe dejar de hacerlo porque se movió cuando no debía hacerlo”.
“Si tenemos en cuenta que en esta serie un juego inocente se termina convirtiendo en una escena de asesinatos masivos y la violencia que ello genera, y se tiene en cuenta además que los niños a los que se ve jugando son pequeños y no tienen, quizás, la posibilidad de discernir aún entre lo que está bien y lo que está mal. Si a todo esto le sumamos la cuota de violencia que conlleva la serie ya que presenta una estética e imágenes muy llamativas para los ojos de un niño, logrando que se normalice la violencia”, continuó fundamentando García.
Luego, continuó explicando que “por lo manifestado que le recomiendo que, en pos de la salud de los niños y niñas que se acercan al patio de comidas a diario, ese juego sea reemplazado o adaptado a otro que no se identifique con la serie ya tantas veces mencionada”.
Otras denuncias
Por otra parte, también presentaron sus denuncias la asociación civil contra el bullying y el defensor del Pueblo bonaerense a cargo de Walter Martello.
En el documento destacaron que “cuando el juego (incluso los juegos “violentos” o agresivos) es planteado y organizado por los mismos niños podemos pensar en lo saludable del mismo, acompañarlo e incluso intervenir activamente. Pero cuando el juego es propuesto o impuesto por el afuera, y además es sumamente violento, es grave”.
“¿Cuál es el límite entre las propuestas empresariales y los derechos de los niños, niñas y adolescentes? ¿Se le puede ofrecer “cualquier cosa” a los niños y niñas? ¿Todo es excusa para convocar a las familias a un patio de comidas?”, se cuestionan en la declaración María Zysman, directora de la Asociación ‘Libres de Bullying’ y Martello.