Este fin de semana, en Bariloche, se armó la polémica como en su momento en Mendoza. Juana Saporiti, licenciada en Turismo por la Universidad Nacional de Río Negro, fue coronada como la Reina de la Nieve 2024. El evento, en el que participaron más de 46 mil personas a través de un sistema de votación con código QR, marcó el regreso de este tradicional certamen después de seis años.
La competencia, que también consagró a dos princesas, reavivó un debate sobre la relevancia y el impacto de estos eventos en la actualidad. La primera princesa fue María Yung, policía de Río Negro, mientras que Brenda Puñalef, estudiante del CET 2, fue elegida como segunda princesa. La licenciada en turismo se alzó con la corona al obtener 8.762 votos y, además, recibió un premio de un millón de pesos.
El certamen había sido discontinuado en 2019, en medio de crecientes críticas que señalaban que estos concursos perpetuaban la cosificación de la mujer y eran anacrónicos frente a los avances en la lucha por la igualdad de género. Sin embargo, el actual intendente de Bariloche, Walter Cortés, decidió restablecerlo como parte de una campaña más amplia para recuperar las festividades tradicionales de la ciudad.
Esta decisión generó una respuesta inmediata de diversos sectores. La Multisectorial de Mujeres y Disidencias de Bariloche emitió un comunicado en mayo, cuando se anunció la reactivación del concurso, en el que se instaba al Ejecutivo local a reflexionar sobre las implicancias de retomar “una práctica arcaica y violenta”. El documento, apoyado por asociaciones de mujeres, organizaciones sociales y figuras políticas locales, fue enviado al intendente Cortés y al secretario de Turismo, Sergio Herrero.
“El debate se da a partir de que el intendente Cortés anunciara al asumir que volveríamos a nuestras tradiciones y, dentro de la Fiesta de la Nieve, al certamen de belleza que elige a una reina en representación de Bariloche. Esa práctica se dejó atrás en 2015, cuando se pasó a denominar ‘embajadora’ de la nieve. Y en 2019, tras muchos cuestionamientos, se hizo el último certamen”, dijo en ese momento la concejal Roxana Ferreyra.
A pesar de las críticas, Cortés defendió la decisión de reanudar el certamen, argumentando que se trataba de una manera de honrar las tradiciones de Bariloche. La vuelta del evento lo había prometido durante su campaña electoral.
Las autoridades hicieron énfasis en que no se pedían parámetros específicos de medidas ni edad para las participantes, con el objetivo de evitar que el concurso se centrara únicamente en la belleza física. “La idea es que participen todas las interesadas y que todas las candidatas puedan aprender a esquiar, por ejemplo, para que la seleccionada pueda trabajar en las ferias como representante de la ciudad. Lejos estamos de querer cosificar. Estamos a favor de que la gente pueda elegir y que participe quien quiera hacerlo”, dijo Sergio Herrero.
La celebración de la elección de la Reina de la Nieve 2024 no solo reavivó el debate sobre la pertinencia de estos concursos, sino que también reflejó una tendencia en la que varias ciudades de Argentina han reconsiderado o eliminado este tipo de eventos. Según un relevamiento de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género (Consavig), entre 2013 y 2022 más de 70 ciudades y festividades en todo el país dejaron de realizar concursos de belleza.
El regreso del certamen en Bariloche rememora a la Fiesta Nacional de la Vendimia, donde también dicho evento fue objeto de cuestionamientos durante los últimos años. Cabe recordar que el año pasado el intendente de Guaymallén, Marcelino Iglesias, tras un fallo de la Corte provincial que lo obligó a tener representación vendimial, decidió que la elección de la “representante”, se eligiera sin fotos de los rostros de las 19 candidatas. Los vecinos votaron por una frase de ellas, numerada sin saber a quién correspondía.
