La pobreza más dolorosa golpea duro entre las cuatro paredes húmedas y despedazadas, sin baño y con piso de tierra, donde María del Carmen Torres, madre soltera, pasa sus días junto a sus cinco varones nacidos casi uno detrás del otro: Axel(8), Thiago(7), Angelo (6), Franchesco (4) y Emir (2).
Si en esta casa-basural, situada en la intersección de Dr. Aldo Giordano y Azucena Judavert -pleno Flores Oeste-, apenas se utilizan los barbijos, menos aún los dispositivos que permitan cumplir con las clases virtuales durante esta segunda parte del año que se retomó el lunes último en medio del aislamiento obligatorio por el Covid-19.
Los tres hijos mayores de María del Carmen, que concurren a la Escuela Eva Perón 3448, en cercanías del barrio, integran la franja de 8.000 mil niños y adolescentes mendocinos que carecen de accesibilidad tecnológica para continuar con los estudios y, por consiguiente, corren el riesgo de perder el año lectivo.
Mientras el virus no existía, la mujer recuerda que dejaba a los chicos en la escuela y en la guardería y salía a trabajar a una casa de familia como empleada doméstica. Hoy, sin poder dejarlos, sobrevive con 16 mil pesos que reúne por mes entre Asignaciones Familiares y plan Alimentar.
A esto le suma la ayuda invalorable que representan las viandas que todos los martes y jueves distribuye el Centro de Actividades Escolares (CAE), a escasos metros de su casa y que intenta hacer durar lo máximo posible.
Con el cambio de vida que supuso la cuarentena en marzo, María concurrió cada 15 días a la escuela a retirar los cuadernillos para Axel, Thiago y Angelo.
“Tratábamos de cumplir. Fue difícil porque son muchos y cada uno tiene sus necesidades, pero al menos lo intentamos”, reflexiona, resignada.
Cuenta que su “patrona” le hizo llegar un teléfono celular que le permitirá sentirse más conectada. Es un aparato viejo, aclara, aunque con WhatsApp.
“Si antes había necesidades, ni hablar en esta época”, se sincera. Es que no solo escasea el dinero, señala, sino que también le cuesta “horrores” mantener a los chicos adentro, casi al oscuro, con paredes húmedas y donde el frío se filtra por todos lados.
Se esperanza en una vivienda digna que le prometieron y que construye el gobierno a pocos metros de su casa. “En septiembre, según dicen, nos podremos mudar”, anticipa.
Pero eso forma parte del futuro y el presente es hoy, repleto de carencias. Necesita colchones, frazadas, zapatillas y ropa. Quien pueda colaborar con esta familia se puede comunicar al (0261) 155710234.
Computadoras disponibles
“Puente a la conectividad” se denomina el espacio municipal destinado a estudiantes y docentes que comenzará a funcionar el lunes próximo en la sede del Núcleo Innovador de Oportunidades (NIDO) para chicos de los barrios Flores, Olivares y Santa Rita.
“Debido al distanciamiento social, hemos colocado cinco computadoras, las cuales deberán reservarse con cronograma de turnos, de lunes a viernes de 8 a 14”, adelantó la coordinadora del programa, Danisa Quiroga.
La iniciativa pretende dar respuesta a los casi 200 alumnos de este sector que carecen de accesibilidad a Internet para cumplir con las tareas escolares.
La propuesta fue creada recién en esta segunda parte del año debido a la incertidumbre reinante en los primeros meses de pandemia y cuarentena.
“Nos alegra profundamente brindar este servicio y estamos anotando a los primeros interesados. Somos conscientes de que habrá chicos que no se enteran, que no se acercarán y a ellos iremos a buscar”, advirtió Danisa.
Aclaró, no obstante, que no se trata de una actividad obligatoria. En la sede de NIDO habrá, además, una fotocopiadora y una impresora que el gobierno municipal alquiló hasta fin de año para que los estudiantes dispongan.