Gavilanes mixtos, águilas, halcones y lechuzas son solo algunos de los ejemplares que cada vez es más común encontrar en espacios donde la densidad poblacional ha crecido también durante los últimos años, ya sea tradicionales zonas urbanas o espacios rurales que, hasta hace unos años, eran más bien agrestes. El detalle -peligroso- es que muchas veces el ser humano no parece dispuesto a convivir con estas especies y, tal vez movilizados por el desconocimiento y el infundado temor, se lanza a la caza de estas aves.
Sin ir más lejos, hace unos días -a fines de octubre- un grupo de vecinos de calle Emilio Civit (Quinta Sección) hicieron pública su preocupación por la presencia de ejemplares de gavilanes mixtos e, incluso, una mujer denunció haber sido atacada por uno mientras salía a su balcón. La reacción llamó poderosamente la atención de los especialistas, ya que no suele ser una reacción común de estos ejemplares.
En tanto, desde la Dirección de Ambiente y Ordenamiento Territorial, más concretamente desde la Dirección de Recursos Naturales Renovables, solicitaron a la gente que no ataque a estos ejemplares, al tiempo que destacaron que su caza está prohibida por ley. Además, indicaron que su rol en el ecosistema es fundamental para mantener controladas de forma natural a ciertas plagas, como por ejemplo roedores y palomas.
“Las rapaces permiten controlar esas poblaciones al impedir la generación de plagas perjudiciales para el ser humano en las zonas urbanas y para los cultivos en las zonas rurales”, destacaron desde la Secretaría de Ambiente en un comunicado.
Además, aclararon que son aves que no representan amenaza alguna para mascotas domésticas, como por ejemplo perros y gatos.
El rol clave de las rapaces controladores naturales de plagas y especies protegidas
En Mendoza hay más de diez especies de aves rapaces que habitan diferentes regiones. Entre ellas se destacan los gavilanes, las águilas, los halcones y las lechuzas; todas protegidas por la Ley de Fauna Silvestre. Estos ejemplares son consumidoras de roedores, lo que las convierte en especies útiles para el ser humano por su rol ecológico profiláctico, sobre todo en lo que tiene que ver con el control integrado de plagas.
“El control biológico es un tipo de manejo que considera a un agente biológico como mecanismo de control de las especies que se presentan como plagas potenciales, como las palomas y algunos roedores de la periferia urbana. Estos controladores biológicos cazan en las zonas aledañas a sus nidos, pudiendo consumir hasta tres roedores por día, según el tamaño del ave”, se explayaron desde el Gobierno de Mendoza.
Estas especies (aves rapaces) se encuentran en la parte superior de la cadena de alimentación. En su dieta cotidiana, suelen alimentarse de roedores, peces, insectos, anfibios y reptiles, todos animales propensos a experimentar superávit poblacional dependiendo de los factores de cada temporada. En ese sentido, las rapaces permiten controlar esas poblaciones al impedir la generación de plagas perjudiciales para el ser humano en las zonas urbanas y para los cultivos en las zonas rurales.
De acuerdo a lo indicado desde la Dirección de Recursos Naturales Renovables, en la actualidad las aves rapaces se han visto forzadas a modificar su zona de nidificación, trasladándose hacia zonas menos urbanizadas y dejando su hábitat de origen sin controladores naturales.
“El ser humano es el responsable por este desplazamiento, no sólo por el impacto en los ambientes de estas aves, sino también por la captura y tráfico ilegal de ellas. Es por eso que se debe preservar a los especímenes que aún nidifican en zonas urbanas. El incremento de las poblaciones de aves rapaces puede contribuir al control biológico de roedores plaga y, para incrementar las poblaciones de rapaces, se debe mejorar su hábitat”, resaltaron
Su caza está prohibida y penada con cárcel y altas multas
Al tratarse de especies de la fauna mendocina, los gavilanes mixtos, halcones, águilas, lechuzas y otras aves rapaces se encuentran protegidas por las leyes 22.421 (nacional, de Fauna silvestre) y 4.602 (provincial, que adhiere a la ley nacional). Además, su protección está contemplada también en la ley provincial 7.308 y el decreto reglamentario de 2005 número 1.890.
“Quienes deseen brindar información sobre ejemplares de fauna silvestre heridos o denunciar casos de caza o tenencia ilegal pueden hacerlo a través del portal de Ambiente. Pueden comunicarse telefónicamente, además, a la Dirección de Recursos Naturales Renovables a los teléfonos 4252090 y 4257065, de 8 a 13 y de lunes a viernes, o al 911 (Policía Rural de Mendoza). La captura, tenencia ilegal y comercialización de fauna están penadas por la legislación, como también la destrucción de sus hábitats”, acotaron.
Las sanciones por infringir estas leyes contemplan penas de prisión y multas económicas de hasta 100.000 pesos por ejemplar, según la gravedad del hecho.