Tres problemáticas fundamentales, todas con posibles soluciones, se abordaron en las últimas horas entre la municipalidad de Capital y los feriantes del mercado persa desaparecido luego de un incendio registrado el pasado 6 de febrero, hecho que dejó a alrededor de 80 puesteros en la calle.
Lorenzo Nieva, a cargo del área de Desarrollo Económico del municipio de Ciudad, diferenció las tres situaciones planteadas la semana pasada. Todos los puntos están avanzados y operativos, dijo el funcionario en diálogo con Los Andes.
En primer lugar, sostuvo que el municipio acompaña en la búsqueda de un lugar para efectivizar el posible traslado y que se abrió una nueva alternativa en en el cruce de San Martín y Córdoba. De acuerdo con Nieva, el propietario del local mostró predisposición y, de aquí en más, se están evaluando los arreglos necesarios en el lugar.
Sin embargo, el funcionario se refirió a una de las medidas más importantes y que ya se encuentra operativa, consistente en una línea de crédito para las 65 personas que integran el listado presentado en fiscalía. Si bien los puestos son más que esa cifra, muchos feriantes tenían más de un local. Se trata de préstamos de hasta un millón de pesos a pagar en 18 meses y con seis meses de gracia, a una tasa del 24% anual.
Para acceder a este beneficio que se da a través de Mendoza Fiduciaria, los interesados deben ingresar a la página web correspondiente, en el sector “Feriantes” y subir la documentación y requisitos que se exigen, entre ellos, no poseer ningún tipo de deuda con la Provincia.
“Ofrecimos brindar asesoramiento para aquellos que tengan dificultades a realizar este tipo de trámite”, especificó Lorenzo Nieva. El monto tiene un tope de un millón de pesos, es decir, quien prefiera obtener menos monto también tiene esa posibilidad.
El funcionario se refirió, por otro lado, a una ayuda económica o subsidio del orden de los 50.000 pesos, situación que fue autorizada por el intendente y considerada como excepcional. De este modo, los feriantes también deben proveerse de alguna documentación, como constancia de DNI y fotocopia de contrato de alquiler y facturas pagas.
“Claro que una vez que accedan a este dinero que, según manifestaron, será para salir de la coyuntura más inmediata, como el pago de algún impuesto, servicio, o simplemente para afrontar alimentos, deberá ser rendida en tiempo y forma con los tickets y facturas correspondientes”, amplió.
En diálogo con este diario, Elizabeth Barrionuevo, una de las feriantes, dijo que buscará acceder a estos beneficios, a la vez que afirmó estar agradecida por la autorización municipal de continuar vendiendo en las puertas del Persa como “manteros”.
“Mucha documentación que han pedido, como el contrato y algunas facturas, se me ha quemado íntegramente”, sostuvo. Y señaló que el municipio será garante para quienes tomen créditos por 500.000 pesos, mientras que se firmarán pagarés para aquellos que necesiten el doble.
Nieva cerró: “Hemos estado atentos a las necesidades y apoyando los pedidos. Sólo resta definir el nuevo lugar, algo que requiere tiempo. Desde el municipio seguiremos acompañando”, puntualizó.
Una de las feriantes, de nombre Jane, dijo ayer a Los Andes que es muy difícil cambiar el lugar de trabajo. “Quisiera quedarme donde estoy hasta que nos otorguen un lugar definitivo”, indicó, para criticar a sus pares del persa Gigante, donde se quemaron pocos puestos.
“Se quieren comparar con nosotros, nos enteramos que pidieron subsidios y créditos cuando ellos no perdieron nada, simplemente está cerrado por una afectación de cuatro o cinco locales y eso puede generar problemas de electricidad”, dijo. “Nosotros –opinó- hemos perdido todo”.
“Me enteré que salieron a la calle con toda la mercadería afuera, al lado de nosotros, cuando el municipio solamente los dejó que estuvieran sobre calle Mitre. Insisto, los afectados, los destruidos totalmente somos nosotros”, manifestó.
Jane sostuvo que cada puestero tiene hoy un metro para exhibir sus productos.
“Al menos seguimos como manteros. De otro modo sería imposible pagar los gastos y las deudas que nos quedaron. Algo hemos vendido, sobre todo durante el pasado fin de semana extra largo”, recordó.
Agradeció, además, a la muchísima gente que se acerca y los alienta a no bajar los brazos luego del episodio dramático del 6 de febrero pasado.
“Es muy triste para nosotros observar todo lo que quedó. No nos dejan pasar para ver si algo podemos recuperar, pero entendemos que no, que todo está perdido”, dijo.
De todos modos, a 20 días del incendio, muchos puesteros se quejan porque las condiciones hoy no son las adecuadas. Por ejemplo, carecen de baño.
Devenidos en manteros desde entonces, cuando se produjo el siniestro, Elizabeth sostuvo que la incertidumbre y la tristeza continúan. La mujer, de 64 años, tenía desde hace décadas su puesto de accesorios de celulares y vio derrumbado todo su proyecto en pocos segundos.
“Solía estar 10 horas al día, era mi segundo hogar y sigo estando desesperada. Se vio derrumbada mi vida. Tengo la esperanza de poder recuperar algo, pero no estamos autorizados a acceder al predio.
En cuanto al traslado, si bien se había evaluado un espacio en Godoy Cruz y España, y otro lugar en avenida Mitre, ahora surgió San Martín y Colón.
Días atrás, Los Andes dialogó con la propietaria del mercado Persa, Paulina Sánchez, quien advirtió que está trabajando en la reconstrucción del espacio y que el siniestro dejó a la familia sin su principal ingreso.
“Entiendo a los feriantes y siempre los he apoyado, incluso durante la pandemia, un período muy duro para todos nosotros. Pero considero que esta es su lucha y que, mientras tanto, desde mi lugar debo resolver otros problemas”, manifestó, para aclarar: “Me siento acompañada por muchos feriantes a quienes conozco desde hace años”.
“Nosotros también hemos perdido todo. No nos hemos desentendido, solo que hay numerosas cuestiones por resolver”, amplió.
