Una patrulla del Servicio Penitenciario de Misiones estaba buscando a un peligroso delincuente que había escapado de la cárcel de Eldorado, pero lejos de hallar a “Bola 8”, como es conocido, se encontraron al intendente de esa ciudad borracho y en compañía de una travesti empleada de la municipalidad, en las cercanías de un aserradero.
El procedimiento fue filmado y terminó en un escándalo porque el jefe comunal de Eldorado, Fabio Martínez, resistió el procedimiento de identificación que intentaban realizar los guardiacárceles.
Esto ocurrió alrededor de las 23.00 del viernes, cuando el sereno del aserradero alertó a los penitenciarios sobre la presencia sospechosa de una persona en un camino interno de la planta industrial. El hombre hizo la denuncia porque las autoridades ya habían alertado que el reo había escapado, en horas de la mañana, de la Unidad Penal 3.
Tras el aviso del centinela, una patrulla llegó al lugar y rodeó la camioneta Hilux gris, pese a que el conductor intentó escapar. Después de varios minutos, el hombre accedió a descender y rápidamente fue reconocido por los efectivos, puesto que se trataba del intendente de la ciudad.
En las imágenes se puede observar una gran cantidad de latas y botellas de cerveza dentro de la camioneta. Martínez estaba alcoholizado y se hallaba en compañía de una travesti a la que llevó a trabajar en la Municipalidad a pocos días de asumir, hace dos años.
Siguen buscando a “Bola 8”
La patrulla de penitenciarios había llegado al lugar con la esperanza de aprehender a Carlos Poncio o Jair Figleski, un delincuente que debe cumplir una condena de 14 años de cárcel por un homicidio que cometió en 2016 en Misiones.
El interno es conocido por su apodo “Bola 8” a raíz de un tatuaje que tiene en el brazo derecho. Estaba en la fase de confianza y había accedido a trabajar en un sector de cultivos que está fuera de la cárcel.
“Bola 8” está detenido desde abril de 2016, acusado de asesinar a un chacarero de Pozo Azul en un frustrado robo a punta de pistola. El crimen ocurrió el 29 de febrero, cuando disparó a quemarropa sobre Elvio Núñez (35), para luego escapar hacia Brasil, donde se cambió el nombre. Los testigos aportaron un dato clave a la Policía: el homicida tenía en su brazo derecho el tatuaje de una bola de billar, según informó Clarín.
Tiempo después el delincuente reingresó al país por un paso clandestino, en la localidad de San Antonio, en abril de 2016. Su aspecto había cambiado notoriamente: tenía barba y se había teñido el cabello, pero lo que no pudo ocultar fue el tatuaje de la bola 8.