Un deporte náutico en el que se conjuga el impulso del viento a través de una cometa -el kite- y la técnica humana para deslizarse en el agua sobre una tabla con un diseño particular se afianza y expande por estas tierras.
Aún con ciertas limitaciones por sus condiciones climáticas, Mendoza se suma a una tendencia mundial de crecimiento y expansión de la disciplina. En la provincia existen espacios propicios donde se desarrolla desde 2007 la práctica del kitesurf: el dique Potrerillos, El Carrizal y el Nihuil en San Rafael. “Es el deporte náutico de mayor desarrollo a nivel mundial y de mayor crecimiento en los últimos años”, aseguró Oski Nievas, precursor y referente local del kitesurf.
Considerado un deporte extremo y de riesgo, para poder iniciarse es imprescindible realizar primero un curso dictado por instructores habilitados por la Asociación Argentina de Kitesurf, de un mínimo de 10 horas, en el que se abordarán temas como la seguridad, equipamiento, viento y navegación. “Es un curso inicial y básico; no significa que uno ya salga de ahí sabiendo todo. Es para poder ingresar al agua con las nociones básicas, sobre todo de seguridad”, explicó Nievas, quien lidera una escuela de kitesurf junto a sus dos hijos, quienes heredaron su pasión por “volar sobre el agua”. Uno de ellos ha formado parte del seleccionado argentino olímpico de kitesurf.
Según pudo conocer Los Andes, el precio del curso, con el equipo incluido para poder realizarlo, cuesta un mínimo de $40.000. Quienes brindan el curso deben tener diferentes medidas de kite (cometa), equipo de protección, traje de neoprene, casco, salvavidas, etcétera.
Diferente a otras actividades deportivas como el rafting o el kayak, si bien es muy tentador verlo desde la orilla y motivarse a realizarlo, no se puede hacer como una actividad más durante una salida recreativa al dique y en soledad. Los expertos aseguran que cualquier persona que pueda moverse por sus propios medios, desde niños a personas mayores, puede disfrutar de deslizarse por el agua, siempre y cuando al comienzo sea supervisado e instruido correctamente.
Equipamiento: una posibilidad para la producción nacional
Los elementos que se necesitan son muy costosos, en un mercado que se maneja a precio dólar y que al ser importado se dificulta el acceso. Frente a este panorama, aficionados al deporte unieron sus pasiones y conocimientos profesionales para crear y diseñar tablas. En 2013 Javier Tessio y Santiago Reboredo crearon la marca Shakka Kiteboarding, que provee al 90% de los deportistas mendocinos de tablas e indumentaria. Es la única marca mendocina, que se suma a tres a nivel nacional. Se caracterizan por realizar diseños personalizados y exclusivos.
Los diferentes estilos de tablas se realizan con materiales nacionales e importados. De procedencia nacional, utilizan madera, resinas y fibra de vidrio, mientras que el plástico para recubrir lo compran a la misma fábrica europea que abastece a la reconocida marca internacional Salomon.
El precio de las tablas ronda entre $55.000 a $65.000.
Deporte olímpico
En 2012, el kiteboarding fue aprobado como deporte olímpico y debutó como tal en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.
Según Oski, quien ha formado parte del cuerpo técnico del equipo olímpico argentino, hay un muy buen nivel nacional y destaca a los riders mendocinos que compiten cabeza a cabeza. Sin embargo, Argentina corre con una pequeña desventaja frente a los deportistas de países donde el deporte encuentra condiciones naturales perfectas. “Hay lugares en Brasil donde la plaza de los chicos es el mar con viento todos los días. Acá la mayoría tiene una pelota para divertirse, allá tienen un kite y con 15 años ya están en condiciones de participar en competencias internacionales”, analizó Nievas.
El experto comentó que desde el Comité Olímpico se ha modificado la modalidad de la disciplina al cambiar el formato de tabla TwinTip (deslizamiento bidireccional) a Foyl, una tabla con una quilla especial que al tomar velocidad permite que se despegue del agua. El socio fundador de la Asociación Mendocina de Kite considera que va a ser difícil que los riders que participan del equipo olímpico nacional puedan continuar en la competencia ya que se necesita mucho dinero para poder realizar el cambio de equipamiento.
La disciplina ya cuenta con más de 300 personas que desafían aire y agua en la provincia. De cara a un futuro olímpico, la Asociación Mendocina de Kite tiene como objetivo regular el deporte, organizar competencias y comprar el equipamiento necesario de emergencia, rescate y seguridad. Asimismo, desde hace vario años se encuentra en tratativas con los diferentes gobiernos y actualmente con la Dirección de Recursos Naturales para poder tener un lugar asignado en el perilago de Potrerillos para poder realizar el deporte de manera segura y controlada.
“Tenemos la esperanza. Cada vez somos más. Se trata del deporte náutico con mayor crecimiento en el mundo, entonces no hay que darle la espalda. Yo empecé solo acá en 2007; hoy somos más de 300. En cuatro años más el dique va a explotar de gente que lo practique. Si no buscamos un espacio físico, sino lo regulamos, dado que tiene cierto grado de riesgo si no se cumplen con ciertas normas”, concluyó el referente provincial.