Si hacía falta un motivo más para ir al gimnasio o hacer actividad física, además del hecho de bajar de peso, cuidar la salud y mejorar la autoestima -por no mencionar las múltiples opciones de conquista, y la posibilidad latente de un encuentro sexual a escondidas- encontramos uno ineludible: el coregasmo.
Consiste en una sensación similar al orgasmo (o, literalmente, un orgasmo) en el momento en que se está realizando actividad física, como consecuencia de la contracción de ciertos músculos y el aumento de la presión sanguínea en distintas partes del cuerpo.
Esto se debe a que en el momento de hacer ejercicio liberamos endorfinas y dopamina, ambos necesarios para tener orgasmos. Si combinamos esto con la tensión en el abdomen y las extremidades inferiores, se puede estimular el clítoris llegando al clímax realizando ejercicio.
Quienes han tenido un coregasmo lo describen como un impulso, un golpe de energía que recorre todo el cuerpo, parecido a cuando encuentras el punto exacto en el sexo. Para conseguirlo, se debe usar la fuerza del core, es decir de todos los músculos que se encuentran en la zona central del cuerpo: los músculos de la espalda, oblicuos externo e interno del abdomen y el cuadrado lumbar, glúteos y abductores, con la consecuente posibilidad -como si fuera poco- de marcar mejor los abdominales.
Aunque parezca increíble, la posibilidad de conseguir un orgasmo durante el ejercicio no se estudió hasta mediados del siglo XX, cuando fue descrito por primera vez por el sexólogo Alfred Kinsey en su libro Sexual Behavior in the Human Female, en 1953.
Sin embargo la investigación no llegó a más, hasta hace apenas 10 años, cuando en 2011 las médicas Dennis Forenberry y Debby Herbenick, investigadoras del Centro para la Promoción de la Salud Sexual de la Universidad de Indiana, dieron a conocer información sobre el tema, relacionados con estudios que realizaron a 530 personas entre 18 y 63 años, que reportaron orgasmos inducidos por el ejercicio físico.
Puntualmente 246 afirmaron haber sentido placer sexual durante una sesión deportiva y 126 de ellas aseguraron haber llegado al clímax.
Las personas pueden experimentar coregasmos a partir de una variedad de ejercicios diferentes, como correr y andar en bicicleta. Pero los ejercicios más comunes son los que trabajan los músculos abdominales, lumbares, de la pelvis, los glúteos y la musculatura profunda de la columna.
El médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin opina que el entrenamiento de los músculos pélvicos pueden disparar orgasmos, sobre todo si se acompañan de fantasías o de factores externos como la música y las relaciones interpersonales, e internos como el aumento de la dopamina, oxitocina y endorfinas.
Otro estudio realizado por el sitio web Sportarly, -especializado en equipamiento deportivo-, en el que participaron 2.100 mujeres y más 2.000 hombres de 18 a 35 años estableció que solo el 3% de las mujeres y el 6% de los hombres admitían haber sentido excitación sexual durante la actividad física, por lo que se desprende que más del 90% de la población desconoce esa posibilidad
Herbenick, afirma en su libro The Coregasm Workout (El entrenamiento de coregasmo) que las mujeres “a menudo dirán que los orgasmos coregasmáticos se sentirán muy similares a los orgasmos experimentados durante el coito, y un poco diferentes de los que experimentarían por autoestimulación”, mientras que “algunos hombres lo comparan más con una estimulación de la próstata, lo cual tiene cierto sentido porque estás hablando de movimientos musculares. Entonces es más estimulación interna que estimulación externa del pene”.
Cómo lograr un coregasmo
Los músculos involucrados son principalmente los abdominales centrales, según Debby Herbenick: “Los ejercicios más comunes asociados con el orgasmo, son los abdominales, bicicleta, yoga, pesas y senderismo”.
La médica explica también que los coregasmos pueden ser intencionales y espontáneos, pero es más probable que se produzcan después de fatigar un grupo muscular específico. Y al igual que con el sexo, la intensidad del orgasmo inducido por el ejercicio puede variar entre potente y leve.
Por su parte, la entrenadora sexual y youtuber Caitlin Neal agrega la idea no solo del ejercicio en sí, sino también la posibilidad de disfrutar un tipo diferente de orgasmo. La especiaista en sexo y relaciones con más de 300 mil suscriptores en YouTube explicó que agregar incentivos como el ambiente de los gimnasios o los espacios de entrenamiento, brinda una definición más amplia de orgasmo y placer. “Esta es una superposición interesante, donde el incentivo, tanto interno como cultural, para hacer ejercicio se empareja con el incentivo de experimentar placer, y creo que eso es lo que hace que la idea del coregasmo sea particularmente poderosa e interesante”, remarcó.
El psicoterapeuta argentino, Walter Ghedin agrega que “el orgasmo es una respuesta fisiológica que aparece por la estimulación de zonas erógenas a las que se suma la experiencia de placer que se incrementa durante el clímax. Tanto en hombres como en mujeres, previo al orgasmo, la plataforma pélvica (músculos, vasodilatación, inervación, hormonas, neurotransmisores) se activa para favorecer la escalada de tensión placentera. Aunque no nos demos cuenta, el cuerpo se prepara con la contracción de los músculos del periné ayudados por el movimiento de los muslos que presionan los labios menores y el clítoris, y en el caso de los hombres, la estimulación de la base del pene y la zona que media entre los testículos y el esfínter anal”.
Más allá del coregasmo, digamos que en términos generales hay tres formas lograr estimulación para llegar al orgasmo, sin coito, descritas por Ghedin:
1) Por presión
Del clítoris (dedos, vibradores, roce con las sábanas u otros objetos) y en el hombre (por masturbación manual). En este caso los músculos están tensos.
2) Por relajación
La persona se relaja y respira estimulándose hasta llegar al orgasmo.
3) Por respiración y contracción de los músculos del periné
En este caso la persona realiza movimientos de cadera (inspira y contrae los músculos de la pelvis llevándola hacia delante y relaja volviendo la pelvis hacia atrás).
¿Qué ejercicios funcionan mejor para tener un coregasmo?
En las mujeres son los crunches (abdominales tradicionales con los brazos hacia delante o detrás de la cabeza), levantamiento de piernas o algunas planchas.
Para los hombres es un poco diferente. Los ejercicios que supuestamente producen un coregasmo son los abdominales completos (no crunches), levantar pesas, escaladores en el piso, y dominadas.
En ambos casos, tanto para hombres como para mujeres, también pueden conseguirlo con el spinnig o corriendo, y las posibilidades aumentan si antes de entrenar realizan unos 30 minutos de cardio, que aumentan el flujo sanguíneo.
Pero quien quiera intentar llegar al orgasmo de esta forma, debe asegurarse algunas cuestiones como, por ejemplo, tener ejercitado el suelo pélvico (para las mujeres) para controlar mejor tus músculos. Para eso, una gran ayuda son los ejercicios de Kegel que consisten en contraer y relajar la musculatura vaginal. Estos ejercicios se pueden (y deben) realizar durante el día para tonificar la zona y prevenir el prolapso.
Otro método para ejercitar el suelo pélvico y los músculos del interior de la vagina son las “Bolas chinas” ó “Bolas de Geisha”, que se consiguen en cualquier sexshop y que consisten en dos bolitas de silicona unidas, que se colocan al igual que un tampón y se usan durante el día mientras caminás, hacés ejercicio o vas al supermercado. Muchas mujeres además las usan para provocar su deseo o sentir mayor placer.
Motivos para intentarlo
La pandemia ha interferido en todos los planos de la vida cotidiana, y parejas que no convivían debieron mantener distancia por periodos prolongados de tiempo; otras se separaron y a otras, simplemente, les ganó el encierro provocando una significativa disminución del deseo.
En este sentido, Michelle Herzog, terapeuta sexual certificada y fundadora del Centre for Mindful Living en Chicago, Illinois, expresó la necesidad de practicar el “autocuidado del cuerpo” buscando métodos alternativos -como este- para lograr la satisfacción sexual. “Creo que este es un gran momento para conectarse con su cuerpo debido a que no estamos obteniendo conexión o tenemos un déficit en la interacción con otras personas. Y estamos hablando específicamente de un déficit táctil”.
El 81% de las mujeres y el 59% de los hombres dijeron que harían ejercicio cuatro veces por semana como mínimo si supieran que al menos una de esas sesiones resultaría en un coregasmo, según la encuesta de Sportarly. Además, el 99% de las mujeres encuestadas dijeron que iban a intentar alcanzar el coregasmo, y el 69% de los hombres dijeron que intentarían alcanzar el orgasmo intencionalmente durante un entrenamiento, según los datos de la encuesta.