Luego del doloroso suceso en el que Roberto Sabo perdió la vida, tras ser atacado en su negocio de Ramos Mejía, Buenos Aires, el domingo por la tarde, organizaron una colecta a través de las redes sociales y en menos de 24 horas reunieron 2 millones de pesos, con el objetivo de ayudar a los familiares de la víctima.
Todo comenzó en Twitter, donde el economista Manuel Adorni, dio el puntapié inicial y publicó los números de la cuenta de unos de los hijos del comerciante. “Hagamos que todo esto valga la pena: ayudemos a la familia del kiosquero asesinado en Ramos Mejía. Les dejo la cuenta de uno de sus hijos. Hagamos algo grande, bien grande”, escribió.
Fue solo cuestión de minutos para que el tuit se viralizara haciendo que decenas de personas donaran plata para ayudar a la familia Sabo. Este jueves en la tarde, a través de un video, Nico y su abuelo le agradecieron a todos los que donaron. “Les agradecemos por la colecta y el apoyo que nos dieron todos”, aseguraron el hijo y el padre de Roberto.
El crimen
Cerca de las 14.00 del pasado domingo, un joven acompañado por una adolescente intentó robar en un kiosco ubicado en la Avenida de Mayo y Alvarado, en Ramos Mejía. En medio del asalto, el ladrón le disparó al dueño en la cabeza. La víctima, identificada como Roberto Sabo, de 49 años, falleció en el lugar.
Un testigo afirmó que un hombre salió del local y se fugó en un Ford Focus color negro, vehículo que había sido robado a punta de pistola horas antes a un remisero. Sin embargo, chocaron el rodado contra un árbol en el cruce de las calles Saavedra y Alvear.
Tras el accidente, los ladrones trataron de esconderse en un supermercado, donde cambiaron sus ropas y simularon realizar compras. En su intento de huida le sustrajeron una moto a un repartidor, pero tras un operativo cerrojo fueron detenidos por efectivos de la Comisaría segunda de Ramos Mejía.
Quiénes son los detenidos
Cuando la Policía logró atraparlos pudo identificarlos como Leandro Daniel Suárez de 29 años, quien está imputado del delito de “homicidio agravado criminis causa por el uso de arma de fuego”, robo calificado, hurto de vehículo, portación ilegal de arma de fuego de uso civil y portación ilegal de arma de guerra.
Además, calificaciones agravadas por la “participación de un menor de edad”, una adolescente de 15 años, que se estima es su pareja y que lo acompañaba como “campana”.
No obstante, Suárez ya había cumplido una condena de casi seis años de prisión por robo y hurto. Pero durante octubre fue detenido por robarle a una mujer, aunque recuperó su libertad a las pocas horas porque la víctima no presentó la denuncia.
“Por favor, no me pidan la prisión perpetua. Me quiero morir”, afirmó Suárez, el principal acusado del asesinato, entre lágrimas. El presunto asesino le pidió al fiscal Federico Medone, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Homicidios de La Matanza, que evite pedir la pena máxima, aunque se negó a declarar.