Si bien el Gobierno nacional habilitó desde hoy el ingreso de turistas extranjeros, la autorización es menos amplia de lo que aparenta. Es que la llegada está limitada al transporte aéreo vía Ezeiza y al marítimo vía Buquebus (Uruguay), dejando afuera a las provincias y a las rutas terrestres.
En otras palabras, los turistas de otros países limítrofes no pueden ingresar a Mendoza, ya sea por el aeropuerto El Plumerillo o el paso internacional Cristo Redentor. De esta manera, los ciudadanos chilenos, de vinculación directa con el Oeste argentino, están obligados a realizar más kilómetros y pagar más dinero por un vuelo que los traslade de Santiago al aeropuerto de Ezeiza.
Además, pese a que están exceptuados del aislamiento, los turistas están limitados a circular y permanecer dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), sin cruzar las fronteras provinciales. Por lo que el impacto económico (y afectivo, por supuesto, tratándose de familiares o amigos) se reduce a un área pequeña de Argentina, sin beneficios para las demás jurisdicciones.
Así lo determina la decisión administrativa 1.949, publicada el miércoles en el Boletín Oficial. Será la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) aquella que “determinará y habilitará los pasos internacionales de ingreso al territorio nacional” en esta especie de prueba piloto, sin turismo internacional fuera de Buenos Aires.
Cada ciudadano extranjero debe presentar un PCR negativo de Covid-19, seguro médico y declaración jurada sobre su cuadro de salud. A diferencia de antes, ya no es necesario que pase dos semanas aislado en un hotel.
Días atrás, el Gobierno de Mendoza confirmó haber realizado el pedido a la Nación para que le permitiera habilitar el turismo extranjero en la provincia. Por el momento, no hubo respuesta a la solicitud.
Para Juan Manuel Serrano, delegado de Migraciones en Mendoza, la “prueba piloto” del Gobierno nacional “es una buena forma de dar respuesta a la demanda de reactivación turística”. Sin embargo, dependiendo de las demandas y del avance de situación epidemiológica, espera que desde la Rosada habiliten a otras provincias fronterizas a recibir turistas.
El funcionario también reiteró que, por ahora, un ciudadano chileno que viaje a Argentina solo puede quedarse en el AMBA, sin llegar a Mendoza, salvo que su situación esté justificada laboralmente o por motivos de salud. Asimismo, recordó que otro punto clave a corto plazo es qué pasará con los argentinos que quieran hacer turismo en el exterior. “Todavía no se habla de que los argentinos puedan ir a Chile”, aclaró.
En tanto, para la ministra de Turismo y Cultura, Mariana Juri, “Mendoza está entrenada y preparada en protocolos de funcionamiento porque es la única provincia de la Argentina que desde el 15 de junio tiene abierto su turismo interno”.
En este punto, Serrano coincidió con la funcionaria, ya que “desde Migraciones estamos preparados” para recibir un flujo mayor de personas. Actualmente, por ejemplo, por el túnel internacional arriban al territorio nacional unos 1.000 camiones diarios, la misma cifra que en la época anterior a la pandemia de Covid-19.
A la espera de futuras flexibilizaciones, los sectores gastronómicos y turísticos de Mendoza, los más golpeados por la pandemia y el aislamiento, están entusiasmados con que Casa Rosada les permita recibir a los turistas del exterior.
El principal mercado en Mendoza en cuanto a visitantes foráneos es Chile. Según especificaron desde Turismo, en todo el 2019 visitaron la provincia cerca de 277 mil trasandinos (unos 23 mil por mes, de los cuales el 30% se estima que vendría a la provincia en la actual situación).
En base a esa cuenta de casi 6.600 visitantes mensuales, si se tiene en cuenta que se estima un gasto de 80 dólares cada dos personas y que la estadía promedio es de dos noches, la estimación dentro del sector turístico es que la reapertura y el regreso de los ciudadanos chilenos podrían traerle a Mendoza cerca de un millón de dólares al mes.
