Nunca es tarde para un sueño: mendocinos restauraron un Renault 4 y viajarán a Machu Picchu

Ariel Oliva y Juan Di Pietro partirán mañana con el viejo auto puesto a punto gracias a la colaboración de amigos. La idea surgió hace tres años, aunque le dieron forma durante la cuarentena.

Nunca es tarde para un sueño: mendocinos restauraron un Renault 4 y viajarán a Machu Picchu
Ariel y Juan Pablo trabajaron muchos días de cuarentena para poner a punto “La Renola”. Sumarán libros y música a su lento pero firme trayecto. Foto: Mariana Villa / Los Andes

Hermanos de la vida, como se definen, Ariel Oliva y Juan Pablo Di Pietro, ambos oriundos de Godoy Cruz, pergeñaron hace tres años una idea que este lunes por fin cristalizarán: viajar a Machu Picchu en un Renault 4 modelo 80 pero puesto a punto como si fuera un cero kilómetro.

Cuarentena de por medio, señalaron que la pandemia y el encierro por el coronavirus los ayudó a madurar la idea de recorrer esos casi 8.000 kilómetros en un viejo autito recuperado prácticamente a nuevo.

“Pero no teníamos el vehículo”, ríe Ariel, quien finalmente lo pudo adquirir hace dos meses a 120.000 pesos y con un equipo de gas que luego decidió vender.

“Lo dejamos naftero, por eso creo que el valor que finalmente pagué fue una ‘ganga’. Lo dejamos impecable de mecánica, frenos, tren delantero, suspensión, electricidad, chapa y pintura gracias a gente amiga que donó la mano de obra”, relata con entusiasmo, para agregar que desconoce el kilometraje que tenía el Renault al comprarlo. “En definitiva, para qué saberlo si igual es obvio que se trata de un bicho viejo”, bromea.

Foto: Mariana Villa / Los Andes
Foto: Mariana Villa / Los Andes

“Personajes autóctonos de Godoy Cruz”, como también suelen autodefinirse, ambos amigos prepararon un set de entretenimiento para el tramo tan largo y esperado: fundamentalmente libros y buena música.

“Todo tiene su explicación. Somos grandes lectores y el parlante que llevaremos, que irá colgado en el parabrisas porque el auto no tiene estéreo, nos acompañó toda la cuarentena armando esta idea”, justifica Ariel, mayorista de golosinas y dueño de una fábrica de copetines.

“Pero en realidad –aclara, con seriedad—mi trabajo es otro: es ser feliz todos los días desde el amor y ser cada vez mejor persona”.

Viejo anhelo

Tanto Ariel como Juan Pablo conocen Machu Picchu, aunque nunca habían viajado con tanto entusiasmo ni adrenalina como en esta oportunidad.

“En mi caso, había ido en moto dos veces. Sin embargo, esta idea quedó flotando en el universo desde hacía tiempo y siempre estuve atento a un automóvil con estas características. Lo hablamos con Juan Pablo y, si bien no salí corriendo como un loco, me puse el objetivo y esperé la oportunidad, que finalmente se dio”, recordó.

Para reunir dinero y lograr sponsors, plotearon la “Renola”, como le dicen al auto, y fabricaron remeras para vender, cada una con una intención distinta para cada cliente amigo.

“Un pequeño y simpático detalle para quienes nos tiran buena energía”, aclara Ariel. Con el dinero recaudado solventarán los gastos que insumirá el combustible.

La idea es comenzar el viaje por la ruta 40 y volver por la 5 de Chile, siempre tranquilos. Meternos en algún pueblo si es necesario, desviarnos todo lo que sea, ir despacio, escuchar música, leer”, anticipa el aventurero.

Foto: Mariana Villa / Los Andes
Foto: Mariana Villa / Los Andes

Más allá de las restricciones del año pasado, solían juntarse junto al fuego de la churrasquera en un patio interno, en casa de Ariel.

“Todo tiene su historia, su recuerdo, su razón de ser. Y estamos muy felices de poder concretar nuestro proyecto que, para nosotros, es gigante”, reflexiona. ,Y agrega que, más allá de la cuarentena, la situación económica incierta no colaboraba.

Una de las mayores satisfacciones que ha experimentado este “equipazo” son los mensajes que les han llegado desde todas partes. Incluso, de muchas personas a quienes ni siquiera conocen pero que los han alentado por haber tenido la iniciativa. “Nos han sucedido cosas muy locas, de verdad, y creo que lo hemos generado nosotros”, deduce Ariel y asegura que se trata del viaje más largo que realizarán hasta ahora.

Aclara que si bien el objetivo en el mapa que trazaron es Machu Picchu, la meta de estos “hermanos” es vivenciar la experiencia de manera profunda y disfrutando cada instante. “Porque nuestra maravillosa idea no nació hoy sino hace mucho, muchísimo tiempo. Sólo que hoy la haremos realidad”, concluye.

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