Cuando se apagaron las luces en el interior de la sala del cine teatro Casa España, el murmullo de las más de 800 personas que habían logrado ocupar una butaca se hizo respetuoso silencio.
Era la noche del viernes 16 de septiembre de 1938, cuando sobre la pantalla se fueron sucediendo las escenas entre claros y oscuros, es decir en blanco y negro, que fueron mostrando parte de una orografía reconocida por la mayoría de los presentes que hacía mención a las antiguas tierras de Goyco, también conocida como Pampa de la Varita, y que desde 1914 es parte de la geografía de General Alvear.
Y así, entre los sorprendidos presentes, se proyectó “La chacra de don Bautista” después de 5 meses de una filmación tan artesanal como independiente y que marcó para la historia de la cinematografía nacional haber iniciado la era del cine con una película filmada íntegramente en la provincia de Mendoza. Ello sumado a que fue una de las primeras realizaciones fílmicas del interior del país con un argumento propio y la actuación de artistas locales.
La historia Diab Raue, un fotógrafo de profesión, Amado Sad fundador de la Radiodifusora y ex diputado y Atilio Piacenza, un mecánico dental, se unieron en un proyecto que dio a luz, allá por los albores de los años ’30, y se la conoció como Cinematográfica Payen.
Esta empresa tuvo un intento previo, del que no existe archivo alguno, que se llamó “El Poroto Mágico”, para luego plasmar esta obra tomando como base la comedia dramática y propia de la época como era el poder y el abandono del patrón de campo sobre el peón y su familia. La obra fue escrita por Amado Sad y Atilio Piacenza, quien además tuvo a cargo la dirección del film.
Después de unos 150 días se logró una película de 90 minutos de duración, utilizando una cámara Kodak de 16 milímetros que estuvo en manos de Diab Raue, con Antonio Lafalla como ayudante, muda pero con 32 separadores de texto que permitieron al espectador ir desgranando la historia de un amor complicado pero con un final feliz.
No faltaron los hombres a caballo, los perros flacos y las gallinas. También las fiestas populares con guitarras, cuecas, gatos y el contrapunto de un malambo sobre la tierra regada. En las imágenes se mostraban escenas de celos y amenazas, enfrentamientos y peleas a puño limpio, una huida, un romántico paseo en bote, abrazos, caricias y besos entre la pareja central.
A falta de sonido, la proyección fue acompañada con ejecuciones del Trío Pampa (integrado por Victor Arancibia, Julio Araujo y Carlos Garona) que, en vivo, le pusieron música a las escenas de fiesta campestre que se muestran en el film, oportunidad que sirvió también para estrenar “Los labios de mi china”, zamba compuesta por Amado Sad y Francisco Mónaco.
Un imponente escenario natural
Como es de imaginar en esa época y con recursos escasos no hubo un set de filmación, sino que se utilizaron escenarios y luz natural. Por ejemplo, la mayoría de las escenas de campo fueron filmadas en los alrededores de la laguna “Las Ninfas”, el primer balneario público del sureño departamento.
En el elenco, Filo Fozatti y Silvia Pérez tuvieron a su cargo el rol protagónico, acompañados por Oscar Rosso, Roberto Sampirisi y Remigio Bergós, reparto que se completó con Hermelinda Alvarez, Carlina Ferreyra, Ernesto Fernández, Carlos Garone, Rosita Pérez, Marcela Matto, Pepa Otin, Nicomedes Sad, Juan Giménez, Francisco Javier Morán y los niños Ethel Caratti, Marina y N. Alvarez.
Es decir, todos amigos y vecinos que habían compartido la cultura en las reuniones de la biblioteca popular Domingo Faustino Sarmiento y sobre las tablas en el grupo de teatro Payen.
El final
Aquella noche en el cine teatro Casa España y previo al estreno de “La chacra de don Bautista”, se proyectaron dos películas: “Rin Tin Tin” (filmada 20 años antes) y “Donde comienza el Norte” (de la Warner Brothers), de las que nadie se acuerda pero muchos rescataron que esta película filmada en Alvear fue exhibida en varias salas de los distritos, logrando en sólo tres proyecciones cubrir el total de la inversión realizada.
Mientras que crónicas de la época hacen referencia a que la película también fue proyectada en cines de la ciudad de Mendoza y en uno de la calle Corrientes, en la Capital Federal, “obteniendo el entusiasta reconocimiento del público y, particularmente, de gente de la escena del cine argentino”.
Al final, otro proyecto fílmico donde se trataba de destacar la figura del gaucho argentino, bautizada con el nombre de “Resero” y que mostraría el paraje sanrafaelino de Punta de Agua, nunca llegó a concretarse.