En la ciudad de Bell Ville, Córdoba, hay un nuevo abogado, y no uno cualquiera, sino Nicolás Martínez, un joven de 26 años que tiene una discapacidad visual con disminución total de la vista, pero que lucho contra todo por lograr sus sueños, “Romper con el estereotipo de que las personas con discapacidad no podemos me resulta inspirador” dijo el flamante profesional.
Hijo de Marisa Astudillo y Omar Martínez, Nicolás nació el 6 de mayo 1994. Nació, cuenta su Marisa en entrevista con el diario Infobae, a los siete meses de gestación. “Era tan chiquitito que pasó un mes en Neonatología. Cuatro o cinco meses más tarde nos dimos cuenta de que no veía”, relata su madre acerca del trastorno ocular de su hijo, conocido como “retinopatía del prematuro”.
El colegio, cuenta la madre de Nicolás, lo hizo en una escuela común. En el Primario fue primer escolta y, en el Secundario, abanderado. Además, formó parte de la Asociación de Ajedrecistas Ciegos de Argentina.
Los pasos previos a ser abogado
Estudió en la universidad Siglo XXI “Al final, me incliné por lo legal. Quería conocer y familiarizarme con los derechos, sobre todo los vinculados a la discapacidad”, asegura Nicolás.
Al respecto de sus pasos previos a convertirse en abogado Nicolás cuenta que siempre fue a distancia y asistiendo una vez por semana a la sede que la Facultad tiene en Bell Ville y que pudo realizarla gracias a la instalación de un software, que funciona como un lector de pantalla. “Hice toda la carrera bajo esta modalidad que ya estaba instaurada en la facultad. De un tiempo a esta parte, producir libros en Braille es muy costoso. Tres hojas en ese sistema equivalen a media carilla de escritura convencional”, explica el joven que, además, se define como un gran lector de novelas.
A fines de 2018, Nicolás arrancó con un segundo proyecto que defendió el martes 1 de septiembre de 2020. El eje central fue el Programa Médico Obligatorio (PMO). En su hipótesis se preguntó si PMO es el límite o la base para que las obras sociales brinden cobertura a personas con discapacidad. “Llegué a la conclusión de que es la base desde las cuales tienen que partir, porque las personas con discapacidad estamos protegidas por derechos garantizados por convenciones internacionales”, explica.
El día que defendió su tesis frente a un tribunal fue por videoconferencia, Nicolás estaba en una de las habitaciones de la casa de sus padres. En el living, toda su familia esperaba ansiosa el resultado del examen.
“Para mí fue cumplir un sueño. Romper con el estereotipo de que las personas con discapacidad no podemos, resulta inspirador. Fue uno de los días más felices de mi vida”, dice.
Premio al esfuerzo
En la actualidad Nicolás tiene dos empleos. Uno en la sede que la Universidad Siglo 21 tiene en Bell Ville, la Fundación para la Enseñanza Universitaria, donde se desempeña como Asesor de Carreras. Su otro puesto es en un estudio jurídico. Allí, un mes después de obtener su título de abogado, el joven de 26 años contrajo Covid-19.
Tras su recuperación de coronavirus, Nicolás Martínez recibió la noticia de que había sido seleccionado, por la Bolsa de Comercio de Córdoba, como uno de los “Diez jóvenes sobresalientes de 2020”.
De traje y corbata, el jueves 17 de diciembre del 2020, fue a recibir su estatuilla al estrado que se montó en el Hotel Quórum, al norte de la Capital de Córdoba.
Con el premio en sus manos, Nicolás agradeció a todas las personas que lo acompañaron en su camino. “Mi gran sueño es que llegue el día en que no tengamos que trabajar más por la inclusión. Que el mundo esté hecho para todos y todos tengamos un lugar”.