Cuando entró a la historia del rock tras la muerte de Luca Prodan, Néstor Nardella ya había entrevistado a varias estrellas de los ‘80 para su programa en la Estación del Sol.
Su curiosidad y sus padres fueron dando rienda suelta a “su locura”, ésa que le ha permitido convertirse en productor de espectáculos y crear su propia empresa, desempeñarse como jefe comercial en la revista Punto a Punto, ser parte de Vorterix Mendoza, cumplir su sueño de subirse a un escenario para hacer stand up.
Histriónico -como él mismo se define-, habla rápido, se emociona, se apasiona y se expresa con las manos, con los gestos, con todo el cuerpo; disfruta cuando nos divertimos con sus ocurrencias. Si uno pusiera “mute” al video de la entrevista, imaginaría que sus respuestas son en italiano, pero aunque es descendiente de un napolitano dice que no “parla” la lengua paterna.
Ya se sabe que su entrevista al líder de la mítica banda Sumo el 17 de diciembre de 1987 (ayer se cumplieron 35 años) se convirtió en la última antes de que fuera encontrado sin vida aquel 22 de diciembre. Y que la foto -sí foto, porque Nardella siempre llevaba una cámara para retratar a sus entrevistados más allá de que las notas serían para su programa radial- fue el último testimonio.
Lo ha contado hasta el cansancio desde que tiene 19 años, tanto que ha subido todo a Internet y lo ha liberado de derechos. Lo consultan en mayo para el cumpleaños de Luca y en diciembre a propósito del aniversario de la muerte. Ahora también lo cuenta porque es parte de su vida, algo que lo marcó como su amistad con el Flaco Spinetta.
“Inevitablemente entré en la historia del rock nacional. No es que fuéramos amigos, pero me trataba tan bien... era tan bueno, tan anti-rockstar... Yo hubiese querido que estuviera vivo y que nos siguiera regalando su música y su arte y todo lo que vivió en Italia, en Inglaterra...”, insiste y confiesa: “No me ayudó a hacer lo que soy, como conductor, como reportero, como productor de espectáculos, como hombre de negocio, como jefe de comercial de una revista de negocios, como standapero”.
Conoce el formato de esta página denominada “Mendocinos que inspiran”. Por eso, no duda en comenzar por la inspiración que fueron sus padres para él y todo lo que lo bancaron para que llegara hasta donde está hoy. Sabe que los valores que le transmitieron sus padres -”el respeto, el amor, la solidaridad, la responsabilidad, el desinterés, el preocuparse por ser y no por tener”- serán fuente de inspiración para sus mellizos de 17 años, Valentina y Francisco.
Parafraseando a Fito Páez
“La palabra inspiración me remonta indefectiblemente al momento de la creación en el vientre de mi madre”, señala.
Cuenta que su padre Nicola era un napolitano que “a los 16 años con sus hermanos y su madre, luego de pasar la Segunda Guerra Mundial durante un año en un refugio de guerra bajo tierra” llegó en un barco a la Argentina. Aquel Nicola, típico barbero y amante de la música, del arte, del cine “cuando en Italia se veían películas en blanco y negro”, conoció a Alicia Lorca, “criollasa”, “manicura”, en un baile de carnaval en Andes Talleres.
Alicia fue la primera mujer de él. Nicola fue el primer hombre de ella. “Se enamoraron perdidamente la noche en la que los padres de mi mamá después de mucho insistir la dejaron bailar con mi papá”, rememora casi como si los estuviera viendo y agrega que se casaron siete meses después.
“Te juro por mi vida, que no es verso, que yo siento el amor acá (se pone las manos sobre el corazón) de cómo fui engendrado por mi papá y mamá,. Y a medida que fui creciendo me fueron transmitiendo ese amor traducido en valores”, indica el segundo hijo del matrimonio; la primera -7 años mayor que él- es Nancy.
Además de marcar su camino con esos valores, Néstor parafrasea a Fito Paéz -quien usó la imagen hace varios años en una entrevista- y asegura que sus padres también financiaron su locura.
“¿Qué locura? La de dejarme ser, la de dejarme expresar, la de permitirme estudiar y equivocarme para estudiar otra cosa, la de ‘papá quiero hacer el radio’, la de ‘quiero hacer reportajes en Buenos Aires’, la de ‘quiero hacer espectáculos’. Financiaron la locura de lo que soy ahora”, apunta y aclara la siguen financiando su papá “desde otro terreno porque falleció a los 86 hace dos años” y su mamá -que cumplió 86 el 28 de noviembre- con el apoyo de siempre.
“Ese miedo con el que vino mi viejo, la fortaleza, lo que luchó y lo que nos enseñó a mi hermana y a mí a luchar y a ponernos del lado de la solución no del problema, ver el lado del vaso medio lleno... a mí me hizo crecer y me permitió ser el laburante que soy”, reconoce.
Néstor se define como un “sextero”, porque creció en la Sexta Sección, en la casa de al lado de la barbería de su papá en calle Suipacha, y como buen “sextero” estudió en la primaria Carlos Norberto Vergara. Por sus paso durante tres años en la Martín Zapata se califica como “martinzapatero”, ya que aunque terminó en el Agustín Álvarez hasta el día de hoy se junta con sus compañeros del colegio de la UNCuyo. ¿Por qué se cambió? Bien podría ser parte de sus funciones de stand up…
Camino a la inversa
Al terminar la secundaria, Néstor se debatía entre Arquitectura y Abogacía, pero como a los 16 años había empezado dar sus pasos en radio se decidió por Locución en el ISER. No aprobó el examen por su voz como “gárgara de tachuelas” y tampoco tuvo suerte cuando quiso entrar a Periodismo.
“Empecé a trabajar, al revés de la gente que es una cosa que estoy luchando con mis hijos para que no hagan lo mismo”, confiesa y enumera que en plena adolescencia arrancó como productor de eventos y espectáculos, fue manager del dúo cómico Stan y Lasky y de la banda Salsa blanca.
Fue cuando estaba en la Estación del Sol, que le propuso a Eduardo Betles hacer reportajes a los músicos famosos de los ‘80 personalmente porque por teléfono se escuchaban mal. “Me dijo: ‘hay un canje con TAC, le consigo un radio grabador y usted consiga dónde dormir y que su madre y su padre le den unos pesitos para comer’. Entonces yo me iba a Buenos Aires con mi mochilita en el colectivo. Me ponía en la cabina telefónica de Florida y Lavalle, las dos peatonales, y llamaba con cospeles a los managers. Así, salvo a Charly García que nunca lo pude encontrar, le hice notas a todos”, indica a la vez que detalla que en cada viaje traía entre 10 y 15 notas.
Así, Fito Paez, Virus, Miguel Abuelo, Fabulosos Cadillacs, La Torre, Instrucción cívica, Kevin Johansen, Luca fueron parte de “El reporter del sol”, un programa en el que pasaba la entrevista entre los temas musicales. “Tal vez, les daba ternura que un chico de 18 años llegara a Buenos Aires para entrevistar a las estrellas del rock”, trata de explicar el apoyo de los managers.
La historia con el líder de Sumo es conocida, pero bien vale recordarla a 35 años de su muerte. Néstor consiguió el segundo (el primero había sido en julio) encuentro con Prodan para el 17 de diciembre a las 13. “Hago otros reportajes, me vuelvo y el 22 de diciembre lo encuentran muerto en su casa. Yo que había llegado el 22 a la mañana me quedé impactado porque no lo había visto tan mal”, indica.
Meses después cuando el suplemento de Clarín presenta una entrevista del 13 de diciembre como la última realizada, Néstor advierte que la suya había sido en realidad la última. Tomó la agenda donde había pautado día y horario, los comprobantes del viaje y así logró que la publicaran en la Rock & Pop. “Después Mario Pergolini, que ahí no hicimos amigos, la sacó en su programa de radio”, agrega.
Entre espectáculos, artistas y programas de radio, Néstor llegó a los 23 años. “Me levanté una mañana y me di cuenta de que mis compañeros de la secundaria se estaban recibiendo. Estaban terminando el quinto o sexto año de contadores, administración empresa o algo así”, admite.
Convencido de que ya había tenido la práctica y que quería darle un sustento académico, se decidió por la licenciatura en Marketing que por entonces ofrecía la Fundación de Congreso. Esa fue la puerta de entrada a su regreso al estudio y especializaciones.
El sueño de subir a un escenario
Se crió en una casa que respiraba arte, música y baile, de ahí esa forma de ser “histriónica” y “quinética” que lo han llevado a ser el “chispín de las reuniones”. Por eso, alguna vez se planteó que no quería morirse sin pisar un escenario y hacer reír a la gente.
“Si uno tiene la posibilidad de hacer algo o decir algo que al otro le genera una sonrisa no tiene precio”, suelta con la emoción anudada en la garganta y los ojos brillosos.
Con esa idea y aunque hubo quienes lo cuestionaron por cómo iba a conjugar sus trabajos, en 2013 creó -después de formarse con Jéssica Torrijos- The Stand-Up Club, el elenco también integrado por las comediantes Laura Cortés, Daniela Gironi y Angelina Molina que se presentó hasta antes de la pandemia.
Su paso por el stand up y sus conocimientos de Marketing, le trajeron otra satisfacción: en 2018 representó a la Argentina en un festival en Colombia y desde entonces asesora en marketing a artistas de forma solidaria.
-¿Cuál es tu sueño?
-Quiero ver realizados a mis hijos como personas y como profesionales o con un oficio no importa, pero que sean felices con la pasión del corazón, del amor. Quiero seguir haciendo cosas ya sea desde la producción de espectáculos, desde la conducción y producción de radio, desde dirección comercial de un medio de comunicación o desde el stand up.
Más de 35 años de experiencia
Según comenta Néstor Nardella, “toda empresa que se precie de ser eficaz, eficiente, efectiva y que, además, esté orientada a satisfacer las necesidades de sus clientes internos y externos, debe tener sí o sí definida y enunciada claramente su misión”.
Agrega que “la Misión se define como la razón de ser, es decir, cuál es su propósito, su objetivo y su función dentro de la sociedad” y es “el lema inspirador para los integrantes de la empresa y para el público objetivo de un mercado”.
Por eso, la Misión de Néstor Nardella Producciones es “organizar eventos brindando un servicio integral, personalizado y planificado estratégicamente para que los clientes hagan realidad su idea y viven una experiencia memorable”.
“Queremos mostrarte nuestra esencia, quiénes somos, qué hacemos, por qué lo hacemos y para quién lo hacemos que, en definitiva, es lo que desde hace más de 35 años nos diferencia.”