Adoptar es una decisión que cambia, desde el vamos, dos vidas: la del niño, niña o adolecente que llega a una nueva y esperada familia, pero también la de los padres (o el padre, o la madre, o las madres) que abren las puertas de su hogar y su corazón para ello. Ni hablar si, además, la decisión de adoptar incluye a dos hermanos, ya las vidas que se modifican -y mejoran- son 3 (o 4, si se trata de un matrimonio adoptante).
Con algo así sueñan J.M., un adolescente de 16 años, y su hermano A., de 14. Como parte de la renovada y original manera de convocar a familias que quieran adoptar o ahijar que está llevando adelante la Justicia de Mendoza -corriente que es acompañada por los poderes judiciales de otros puntos del país y por ONG y asociaciones civiles vinculadas a la adopción en toda Argentina-, el Registro Provincial de Adopción difundió la búsqueda de una familia para J.M. y para A.
“Son bien distintas las formas de ser de cada uno, pero coinciden en el fuerte y positivo vínculo y unión que tienen entre sí”, destaca la convocatoria de la Justicia que, como ya se ha hecho costumbre, hace foco en las características, intereses y gustos de los chicos por sobre cuestiones estrictamente técnicas. Y lo hace con un lenguaje simple, amigable y empático.
QUÉ LES GUSTA HACER A LOS HERMANITOS QUE BUSCAN UNA FAMILIA QUE LOS ADOPTE
En el caso de J.M., de 16 años, se encuentra cursando en cuarto año del secundario, y tiene la idea de inscribirse en la universidad para continuar alguna carrera, “tal vez vinculada a la psicología o lo social”, como el mismo explica.
No todo es el estudio en la vida de J.M., ya que desde hace un año está aprendiendo el oficio de barbería y, además, practicó boxeo un tiempo. Y es una actividad que, en algún momento, desearía retomar.
Según cuenta J.M., le gustaría construir una nueva historia familiar “con alguien que esté disponible para bancarme, porque a veces estoy medio vago, a veces soy muy activo. Y, cuando conozco a alguien, al principio soy vergonzoso”, reconoce con simpleza y honestidad brutal.
A., de 14 años en tanto, es el hermano menor de J.M. Y, como hermano mayor, J.M. ha llegado a posponer sus intereses personales con tal de que su hermano esté feliz. Por ello mismo es que a los hermanitos les gustaría ser recibidos por una misma familia.
Según se describe a sí mismo A., es “distraído, relajado y espontáneo”. Para J.M., que lo conoce como el buen hermano mayor que es, A. es -además- “un poco terco y muy socializador”.
“Su nota más baja es un 9,5″, describe, orgulloso, J.M. sobre su hermano más chico, quien está en séptimo grado de la primaria. Además, está completando un taller de manicura, mientras que hasta hace no mucho tiempo también jugaba al básquet, aunque debió abandonar esa práctica.
FAMILIA, SE BUSCA
De acuerdo al oficio judicial de adopción de los dos hermanos (con el número de expediente 13-07520281-9), aquellas familias que estén dispuestas a convertirse en la familia de J.M. y de A. pueden comunicarse al Registro Provincial de Adopciones al teléfono 2616799541, así como también al mail rpamendoza@jus.mendoza.gov.ar