En Montevideo 544, entre 25 de Mayo y Chile de Capital, se encuentra la casona más antigua de la nueva ciudad, que comenzó a formarse luego del terremoto de 1861. Fue la residencia del gobernador Francisco Civit, padre de Emilio, y desde hace más de 53 años es Monumento Histórico Nacional, sede de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza y Museo del Pasado Cuyano.
Prácticamente la historia provincial está concentrada allí, en una antigua edificación de 50 metros por 50, que abre sus puertas al público de martes a sábados de 9 a 13 y dispone de una guía y una bibliotecaria.
Claro, es que en el lugar también está la biblioteca, ubicada en una de las salas más grandes de la casa. “Es una de las más importantes de la región con 15.000 volúmenes, una hemeroteca más fototeca, con más de 10.000 fotografías digitalizadas de documentos que van desde daguerrotipos a las imágenes de los festejos del centenario”, explica Raúl Romero Day, presidente de la Junta de Estudios Históricos.
También en el lugar les dan albergue a otras instituciones como la Asociación Cultural Sanmartiniana y el Instituto Argentino de Estudios Constitucionales y Políticos.
A la entrada, sobre un patio italianizante, los visitantes se encuentran con dos cañones. El de la izquierda fue construido en la Maestranza de Sevilla en 1789, contemporáneo a la Revolución Francesa, y fue utilizado por los patriotas durante las Invasiones Inglesas. El segundo se usó durante el período de las guerras intestinas, en 1820 y fueron donados por la Armada Argentina al Museo. Detrás de estas armas se encuentran dos vasijas vinarias que fueron antecesoras a los toneles.
Construida entre 1873 y 1874, la casona también contiene una colección de documentos históricos y mobiliario de los siglos XIX y XX. En ella se alojaron personajes de la vida política del país como Julio A. Roca, Nicolás Avellaneda, Miguel Juárez Celman, Domingo Faustino Sarmiento y de Chile, como Pedro Montt, entre otros.
Donde hoy está la hemeroteca, se supo alojar Domingo Faustino Sarmiento. “Dormía acá porque en la habitación de al lado estaba el billar, y a él le gustaba levantarse a la noche y jugar al billar”, cuenta Romero Day.
La hemeroteca reúne la colección completa de revistas como Caras y Cartetas, El Mosquito y toda la prensa decimonónica y del siglo XX, además de todos los documentos y cartas, de Olascoaga, Ortega, de José de San Martín, Mariano Balcarce, entre otros.
En el zaguán se encuentran los retratos de los miembros más representativos de la Junta de Estudios Históricos, entre ellos Edmundo Correas, César Raffo de la Reta, Monseñor Verdaguer, Alejandro Mathus, Lucio Funes, Honorio Barraquero, Jorge Calle (fundador de diario Los Andes), comenta Romero Day y resalta la labor de Elvira Calle de Antequeda en la Junta. Por otra parte, destaca que la Junta de Estudios Históricos es sostenida por la Fundación Fundajehm, que preside la señora Lucy Pujals de Pescarmona.
Después del terremoto
Francisco Civit adquirió esta propiedad, una manzana, al poco tiempo del terremoto de 1861, cuando ya estaba echada la suerte para la vieja ciudad (el área fundacional) y una nueva urbe se erigía en torno a una plaza principal (la Independencia) y cuatro satélites.
A la casa la tuvo la familia Civit hasta 1908, cuando la adquiere la provincia. Hasta 1960 funcionaron los tribunales de Justicia. La construcción estuvo a punto de ser demolida, pero durante la gobernación del desarrollista Ernesto Ueltschi, la Junta recibió la donación de la histórica propiedad, con el cargo de crear el Museo del Pasado Cuyano.
En otra de las tantas habitaciones se puede ver la bandera de la Batalla de Santa Rosa, en 1874. Raúl comenta: “En ese momento, Avellaneda gana la presidencia, Mitre no quería que asumiera y el general Arredondo toma la provincia. Entonces Francisco Civit, el propietario, se tiene que esconder en los túneles que tenía esta casa hasta que se recuperó la provincia”. Romero Day explica: “En la segunda batalla de Santa Rosa (actual departamento de la zona Este) es cuando se recupera la provincia. Fue una batalla muy de vanguardia, dirigida por un coronel. Fue tan decisiva que en el mismo campo de batalla lo nombraron General de la Nación, y se trata de Julio Argentino Roca”. Y agrega que en esa misma batalla lo habían dado por muerto a Rufino Ortega, después se supo que sobrevivió y fue el autor de la ley de aguas.
En las piezas contiguas se puede observar un piano inglés que fue de Tropero Sosa, el teodolito que perteneció a Don Bernardo Razquin o retratos de Guillermo Rawson, Luis Lagomaggiore o Edmundo Day.
En el Museo también está la bandera que flameó por primera vez en el monumento del Cristo Redentor, símbolo de hermandad entre Argentina y Chile. Allí también está la mesa donde se firmó el acta inaugural del monumento.
A pesar de que la familia Civit era anticlerical, la casa tiene un oratorio, con imágenes del altar del siglo XV traídas de cataluña. Pero lo más importante de ese sitio se ubica en las vitrinas: “Destaca la colección de Alejandro Mathus Hoyos de imaginería cuyana antropomórfica. Son los santos chiquitos, los llamados santos mochileros, que son los que llevaban los soldados del General San Martín en el Cruce de los Andes”, relata Raúl, y subraya que aquí es todo original. Se puede ver también la imagen de una virgen que fue realizada en Quito, pero la vestimenta es de seda mendocina. “Es que la industria de la seda fue una actividad económica muy importante en la provincia”, acota Romero Day.
Armas de la segunda mitad del siglo XIX, pesadísimas ametralladoras; sala de los Federales y algunos unitarios, como Sarmiento se encuentran en esta colección. Como así también elementos arqueológicos o la colección de Pancho Fierro, famoso artista costumbrista peruano que trajo a Mendoza en 1846 Celedonio Campos, guerrero de la Independencia. En uno de los patios se ven dos trapiches utilizados para la molienda de cereales, una actividad previa a la vitivinicultura en la provincia. Allí también está la reja de arado original, utilizada en la Bendición de los Frutos de 1936 durante la primera Fiesta de la Vendimia.
La sala hispánica está compuesta por una donación de la Embajada de España. “No nos olvidemos que llevamos más tiempo como monarquía que como república”, subraya Romero Day. Y agrega: “Aquí tenemos a los reyes desde la fundación de Mendoza, desde los austrias a los borbones, un busto del fundador de Mendoza, Pedro del Castillo y una réplica de la tizona del Cid Campeador”.
En la sala de reuniones de la Junta se observan varias pinturas de artistas mendocinos, entre ellas resalta una obra de Cubillos sobre el General José de San Martín o la de los congresales de Mendoza en Tucumán.
“La Junta tiene el orgullo de ser la madre de la UNCuyo y nuestra biblioteca se ha formado por las donaciones de todos los miembros de la Junta, entre ellos las colecciones de Martha Páramo de Isleño o de Dardo Pérez Guilhou, por ejemplo”. Raúl Romero Day cuenta que la entidad posee una publicación oficial, semanalmente ofrecen cursos, conferencias y para abril preparan las jornadas binacionales con Chile. Y para noviembre están organizando la celebración del centenario de la Junta de Estudios Históricos de Mendoza.
