El pasado domingo un colectivero que pasaba por la localidad de Bayona, Francia, fue asesinado por un grupo de jóvenes que trataron de ingresar a la fuerza al micro sin barbijo.
El hecho ocurrió en la parada de Balinchon alrededor de las 7:15 cuando unos pasajeros trataron de subir al transporte sin abonar el pasaje, con un perro y sin la protección indicada en el marco de la pandemia.
Luego de que el chofer, Philippe Monguillot, les indicara a los individuos que no podían subir a la unidad si no respetaban las normas, se bajó del vehículo para impedirles el paso y, en ese momento, uno de los jóvenes lo golpeó en la cabeza.
El hombre fue derivado al hospital, pero su estado era muy grave y horas más tarde se supo que el diagnóstico indicaba muerte cerebral.
“No quiero enfrentar los hechos, siento que estoy teniendo una pesadilla. No puede irse así, iba a tener 59 años. No, no hacemos eso por un boleto. No matamos gratis así. Destruyeron todo en cuestión de segundos. Nos destruyeron sí.”, relató Véronique Monguillot, la esposa del chofer a los medios locales.
Este viernes, después de estar varios días internado los familiares informaron que no seguirá la lucha. “Decidimos dejarlo irse. Los médicos eran partidarios y nosotros también. No queríamos que quedara en estado vegetativo. Fuimos a verlo y le dimos un último beso”, declaró a la agencia AFP Marie Monguillot, de 18 años, una de las hijas del colectivero.
Según la fiscalía de Bayona, el conductor de 59 años fue víctima de una agresión “de una extrema violencia” cuando intentaba controlar el boleto de una persona y exigirle el uso de tapaboca.
Dos hombres de 22 y 23 años son los sospechosos de haberle propinado la paliza y fueron acusados por “intento de homicidio voluntario”, carátula que podría cambiar debido al fallecimiento de la víctima.
Además, hay dos presuntos cómplices que también fueron detenidos esta semana y son acusados de “no prestar ayuda a una persona en peligro”