Continúa el dolor entre la comunidad del Este provincial. Tras conocerse la muerte de una joven estudiante de 23 años a causa del coronavirus, familiares y allegados lamentaron también el fallecimiento del papá de la chica, Vicente Barloza, quien también se había contagiado.
La primera víctima en la familia Barloza, muy querida en La Central (Rivadavia), fue María Fernanda “Marita” Barloza (23), alumna del profesorado de Educación Primaria del Instituto de Educación Superior N 9- 028 Estela Susana Quiroga, Santa Rosa. Si bien estaba internada hace varios días, el domingo se confirmó su deceso.
Tras la triste noticia, la institución a la que la joven asistía declaró duelo en respeto y acompañamiento a la familia, además de impulsar una campaña de aportes solidarios.
Vicente Barloza, el padre de Marita, también se había contagiado de coronavirus y debió luchar en el hospital debido a las complicaciones en su salud. Lamentablemente, horas más tarde del deceso de la joven de 23 años, se anunció este lunes la muerte del hombre.
En las redes sociales, hubo distintos mensajes de cariño y condolencias a la familia Barloza por la tragedia.
Segunda ola: más jóvenes complicados
La segunda ola de casos de coronavirus ha mostrado en nuestra provincia una baja en la edad de las personas que requieren internación, tanto en sala común como en terapia. Esta tendencia no es exclusiva de Mendoza, sino que de un modo u otro se ve en otros lugares de la Argentina y el mundo.
Esta realidad ya se percibe en efectores públicos y en privados, mientras que, según confirmó a Los Andes Andrea Falaschi, directora de Epidemiología del gabinete provincial, “el 60% de los internados tiene entre 45 y 60 años”.
“La mitad de las camas críticas están ocupadas por ‘sub 60’, en general. Depende mucho de los efectores, algunos están más dedicados a pacientes de (la obra social) Pami y tienen un rango etario más elevado, pero más o menos la mitad son menores de 60 años”, dijo, a su vez, Rodolfo Torres, coordinador médico de la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa).
En el hospital Central, por ejemplo, la edad promedio de los internados en camas UTI (unidad de terapia intensiva) ronda los 50 años, cifra similar a la que arroja el mismo sector del Perrupato, en San Martín.
Otra institución que muestra esta realidad es el hospital El Carmen, de la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP), que además de tener sus camas críticas al máximo de ocupación, oscilando entre el 90 y el 100%, tiene una edad promedio de 55 años entre internados en ese sector. Las edades, en este caso, “van de los 37 a los 72 años”, precisaron desde la obra social.