Murales que se resisten ante el abandono de la ex bodega Filippini
Considerado como un verdadero museo al aire libre sobre las paredes de la ex bodega Filippini, uno de los establecimientos vitivinícolas más grandes de la Argentina, posee un conjunto de murales que se resisten al paso del tiempo en Rawson y Barcala de Godoy Cruz. El sueño de tener su viñedo y bodega propia, que tenía el jóven italiano Luis Filippini cuando había llegado a nuestras tierras a finales del 1880, y que finalmente se concretaría en 1901, hasta que cerró sus puertas a finales del 1979 por consecuencia de crisis económica, los precios bajos de venta en el mercado nacional, sus altos costos operativos es que se transformó en deudora directa de CAVIC, otra gran bodega de San Juan, por el equivalente de 10 millones de litros de vino y en 10 millones de dólares. Desde entonces el fantasma del abandono, de los incendios, usurpaciones y hasta demoliciones son el soporte de las pinturas que realizaron hace varios años los artistas CEES, Degraa y Beto Yaán.
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