Mundial del café: la calle Pedro Molina se convirtió en una cafetería a cielo abierto

Varios stands se emplazaron en el denominado “Boulevard del Café” para darle impulso a esta corriente que cada vez suma más adeptos.

Mundial del café: la calle Pedro Molina se convirtió en una cafetería a cielo abierto
Los baristas deleitaron a los presentes en varios stands sirviendo la deliciosa y calentita bebida en una mañana otoñal. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

El día otoñal, fresco y nublado, no podría haber sido más perfecto para desarrollar el “Boulevard del Café”, que tuvo lugar sobre la calle Pedro Molina entre Patricias y 9 de Julio de Ciudad, con el plus de algo inédito: el Mundial del café, una competencia que reunió a los mejores baristas de la Capital y que otorgó importantes premios.

La jornada reunió principalmente a los verdaderos protagonistas de esta clásica infusión, es decir, a quienes trabajan en la zona aledaña a los bares, aunque no faltaron familias, turistas y transeúntes que decidieron romper la rutina y permanecer para ver de qué se trataba. Esta vez, más allá de los locales tradicionales, que también estuvieron repletos, la novedad la dieron los stands, que ofrecían las especialidades más variadas.

Las filas, extensísimas, demostraron que el café sigue a la vanguardia y más aún si se lo combina con buena música, degustaciones y charla amena. Nadie mejor que un cliente para testear esta propuesta bien mendocina que, con picardía, se hizo llamar “mundial”.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

“Estoy degustando un café con leche común, riquísimo y muy calentito, como corresponde, porque creo que así debe disfrutarse. Luego iré por otros más raros”, anticipó Bruno Narciso, estudiante de Educación Física.

Escuchó la noticia y de inmediato cruzó a tomar su infusión de la media mañana con la clásica factura. “Me sumaré para la votación”, adelantó, mientras mostraba el vaso ecológico que otorgó la Ciudad para todos los stands y que rezaba: “Boulevard del Café”.

El director de Emprendedores del gobierno de la Ciudad, Federico Colonesse, dijo a Los Andes que la propuesta se organizó debido a la corriente mundial del café (que también se da en Mendoza) y que suma más adeptos día a día. “Decidimos acompañar a los cafés de especialidad y generar afluencia para que la gente viva la experiencia y conozca más sobre este tema apasionante”, explicó.

El clásico sector mendocino donde se degustan cafés se vistió de celebración desde muy temprano, en que se dio inicio a la instalación de los stands.

Sin embargo, la actividad principal de esta iniciativa gastronómica y social comenzó alrededor de las 11. No fue solamente el café único protagonista sino que se complementaron con facturas, bocaditos, chocolates y otras exquisitas especialidades ideales para acompañar a esta infusión.

Para el mundial se inscribieron 16 cafeterías locales a través de sus respectivos baristas, cuya elección se realizó en vivo. Por un lado, se eligió al mejor arte lattes, con diseños en vivo y escogidos por el público, mientras que el mejor café se determinó a partir de una degustación que contó con un jurado calificado formado por representantes de los sectores público y privado. El primer puesto fue para el stand “Fran”, en segundo lugar quedó “El triciclo” y el tercero en el podio fue “Essenza”.

“Es el primero que hacemos y tocó un día especial. Elegimos el otoño porque sabíamos de antemano que es una estación ideal para compartir un café”, sostuvo Colonesse.

Esta competencia busca fomentar la cultura del café acercando a los vecinos de la Ciudad las diversas propuestas y diferentes técnicas en el preparado del café de especialidad, valorando las destrezas de los participantes.

Los baristas fueron pasando por distintas instancias durante el evento, compitiendo con otros participantes hasta llegar a la semifinal, donde también se evaluó el sabor y la temperatura.

La calificación que recibieron los participantes fueron cinco puntos: uno de cada uno de los jurados y el restante del público presente. Uno de los momentos más coloridos fue el reparto de premios: kit cafetero, café de Perú y Colombia, molinillo manual y tazas baristas.

Música en vivo, espectáculos de baile y diferentes capacitaciones relacionadas a la industria del café dieron vida a la Pedro Molina.

El primer match entre baristas fue con el duelo entre Bonito Café y Chachingo. Luego se midieron Fran Coffee Makers-Cafetería Unión; Essenza-Bianco & Nero; Udila-Jockey Club; Erudito-Ethiopia; El Triciclo-Rama Negra; Shelby-Una Pausita Mendocina y Bute-Modesto. Todos ellos verdaderos conocedores de la técnica de un buen café.

La charla-capacitación fue denominada “Cómo armar un Arte Latte”, muy de moda en estos tiempos, que estuvo a cargo de Bruno Brown. Poco después se disertó sobre “Cómo emprender un café en la Ciudad”, brindada por Juan Matías Arnulphi.

Tras desarrollarse la segunda y última parte de la jornada, el cierre fue a toda música con el DJ Pablo Plex, quien realizó un show de vinilos y percusión.

Las recetas infalibles de los baristas

“Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera”, reza el Martín Fierro y así lo entienden Fernando y Jonathan González, ambos baristas, quienes tiempo atrás instalaron un emprendimiento denominado Ethiopía Café Bike en plaza España, de Ciudad, y el éxito fue rotundo. Claro que ayer, en su pequeño stand rodante, debieron demostrarlo frente a otros grandes competidores.

Fernando González, de Ethiopía Bike Café, uno de los hermanos baristas. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Fernando González, de Ethiopía Bike Café, uno de los hermanos baristas. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

Con mucha expectativa, “Fer” y Jony” se anotaron sin pensarlo demasiado y sintieron que estaban muy bien posicionados. “Vamos por todo”, dijeron, a coro, sin desatender la fila de clientes que morían por probar su especialidad: “Cremaccino”, una suerte de “copa” con mucho chantilly arriba -elaborada en el momento-, el agregado de salsa de chocolate y espolvoreado en cacao.

Otra de las delicias que ofrecen estos hermanos cafeteros es el “Toffee and Coconut”, infusión con crema de coco y salsa de toffee “made in casa” que deja un sabor dulce, especial y agradable.

Fernando contó que su negocio fue una alternativa más que exitosa para seguir en pie en plena pandemia. Apostó a una bicicleta clásica, elegante y la instaló en el corazón de la plaza España. Y allí ambos socios volcaron sus conocimientos como baristas: llevan tostadora de café, una moledora y distintas variedades de grano de diferentes partes del mundo.

A muy escasos metros, Juan Manuel Orozco, competidor de Café Udila, situado en calle Arístides, confesó que la de ayer fue la mejor experiencia en el rubro de los últimos tiempos. “Me encontré con clientes, amigos y generé nuevos conocidos”, reflexionó, sin quitarle el pulso a un corazón perfecto, su Arte Lattes plasmado en la infusión de una clienta.

La especialidad de Juan Manuel es el Latte Pop, que puede aromatizar todo un ambiente: lo infusiona con pororó dulce, lo deja reposar una noche, lo calienta, filtra y agrega al café con leche. “Queda como una salsa de caramelo, como si saliéramos del cine”, grafica, entusiasmado y cuenta que con esa receta, ideal para salir de lo tradicional, compitió en el mundial.

Foto: Ignacio Blanco / Los Andes
Foto: Ignacio Blanco / Los Andes

También mencionó otra de sus preferidas, para nada despreciable, e ideal para consumir en la tarde-noche. “Es un roon tonic con sabor a café y el agregado de una rodaja de naranja. Un trago frío. Raro, pero espectacular”, definió.

Amigas cafeteras

Claudia Báez y Cecilia Tejerina tienen casi 60 años y son amigas desde la época de la secundaria, cuando iban al colegio General Las Heras, que funcionaba frente a la plaza Independencia. “El café fue siempre una excusa para charlar. Más que amigas, somos familia. Nos encanta encontrarnos en un cafecito y charlar por horas y hoy era la excusa perfecta para compartir alguna delicia”, dijo Cecilia, que es artista y pinta cuadros en su casa.

Más tarde se sumó otra amiga, Aldana Arijón. “La mañana está ideal para cafecito, nublada, hermosa, fresca”, señaló Claudia, que optó por un clásico que nunca falla: capuccino con macarón, algo así como alfajorcitos de almendras.

Ceci tomó un cortado. “Muy convencional, pero luego probaremos otras alternativas”, advierte, mientras siguió recordando viejas anécdotas de la amistad: “No teníamos tiempo para estudiar, pero sí para maquillarnos y mirar la novela”.

Ayer no sólo se juntaron amigos a compartir café. Hubo familias, madres con sus hijos, abuelos y estudiantes. Y el café estuvo siempre bien acompañado con croissants, medialunas, bocaditos y exquisitos chocolates.

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