Un grupo de mamás que, en el momento más crítico de la cuarentena, fundaron un merendero en el barrio Luz de Vida de Rodeo de la Cruz, Guaymallén, se reinventaron a partir de una iniciativa del gobierno nacional y hoy construyen el playón deportivo Estrella Roja.
“Sí, somos albañiles, algo que nunca imaginamos, aunque la práctica nos demostró que podemos”, señaló a Los Andes Sonia Barrera, una de las trabajadoras.
El proyecto se inició a partir del plan Argentina Construye que lanzó Nación en marzo pasado con el fin de generar empleo.
En Guaymallén, a través de la ONG Generando Puentes, se aprobó la construcción de un playón deportivo de casi 300 metros cubiertos con todos los servicios y hasta un salón de usos múltiples para el barrio. Lo cierto es que se necesitaba mano de obra y, sin tiempo que perder se inscribieron a través de una cooperativa.
Ya cumplían con el principal requisito para empezar a trabajar, el de habitar el mismo barrio donde se iniciaba el playón. “Nos conocíamos del barrio y de nuestra tarea en el merendero. Y, claro, más que nunca necesitábamos trabajar”, relata Sonia.
Si bien reconoce que la tarea es sacrificada, entre otros aspectos, por la rigurosidad del clima, están “felices”.
Con el respaldo de un equipo técnico integrado por arquitectos, ingenieros y otros albañiles, las chicas fueron capacitándose y aprendiendo de a poco.
Hoy la obra está avanzada en un 50 por ciento. “Son más prolijas y cumplidoras que los hombres”, diferenció Carmelo Palacio, marido de Sonia y también albañil, para agregar que quedó sorprendido con los resultados que se observan hasta el momento.
“Ahora entiendo cuando mi esposo e hijos llegan agotados de una obra”, grafica Sonia, mamá de 4 hijos y a cargo del merendero que decidió abrir en su propia casa y cuyo servicio quedó interrumpido hasta que finalice la obra.
Allí, además de distribuir viandas a 350 personas, también se brinda apoyo escolar, taller de murga y esuela de fútbol con el propósito de contener a los muchos niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad que habitan en el sector.
De este modo, cuando finalice el playón, el merendero se trasladará a las flamantes instalaciones, que contarán con todos los servicios para albergar a niños, jóvenes y adultos con necesidades materiales.
Sonia Díaz, otra de las constructoras, confió que a lo largo de su vida realizó varios trabajos, aunque nunca imaginó ser albañil.
“Agradezco la paciencia de Carmelo”, dijo, entre risas, para señalar que rápidamente ella y el resto de sus compañeras aprendieron a encofrar, armar columnas, estribos, realizar mezcla y hasta pegar ladrillos.
“Siempre pensé que era una tarea pesada para una mujer, pero no es así”, asegura y repasa anécdotas de las largas jornadas de trabajo que se inician a las 8 y se prolongan hasta entrada la tarde.
“Cuando fue el momento de armar columnas solíamos organizar carreras o apostar en equipo para ver quiénes éramos los mejores y más rápidos”, recuerda.
Confiesa que se siente “digna” y que destina su sueldo íntegramente a las necesidades de su numerosa familia.
“Soy mamá de cinco hijos, tres mujeres y dos varones, todos estudian y, como la mayoría, vivimos al día”, resume.
En general, el barrio es habitado por alrededor de 150 familias humildes y muchas de las viviendas están edificadas de caña y nylon.
El playón “Estrella Roja” es levantado en terrenos fiscales, donde funcionaba la antigua estación ferroviaria, y será el punto cúlmine y el sueño de toda esta población que lucha por salir adelante.
Las vueltas del destino hicieron que las nueve madres que trabajan en la obra --Tamara Palacio, Natalia Navarro, Romina Rodríguez, Pamela Carmona, Rocío Herrera, Yésica Chávez y Patricia López, además de Sonia Barrera y Sonia Díaz-- comenzaran a trabajar nada menos que el 8 de marzo de 2021, el Día Internacional de la Mujer.