Un proyecto de investigación elaborado por Mónica García, una científica oriunda de San Rafael, tendiente a optimizar la acción terapéutica de fármacos antitumorales obtuvo una mención especial durante la 14a edición del Premio L’Oreal –Unesco por las Mujeres en la Ciencia.
Se trata de una distinción que otorgan la Fundación L’Oreal y Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), en colaboración con Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), para distinguir a las investigadoras jóvenes, de hasta 36 años de edad.
El proyecto se denominó “Materiales híbridos nanoestructurados y bioresponsivos para optimizar la acción terapéutica de fármacos antitumorales” y se propone desarrollar plataformas nanotecnológicas para mejorar el tratamiento del cáncer.
Tiene como fin combatir el cáncer de mama, considerando que posee una incidencia muy alta en nuestro país y en Latinoamérica y es la primera causa de muerte por tumores en mujeres.
Mónica, de 33 años, soltera pero de novia hace 16 años, es farmacéutica y doctora en Ciencias Químicas, egresada de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba. También es especialista en Docencia Universitaria. Además, realizó un posdoctorado en Argentina (beca Conicet) y dos en el exterior, Estados Unidos y España. Es investigadora adjunta del Conicet en la Unidad de Investigación y Desarrollo en Tecnología Farmacéutica y profesora en el departamento de Ciencias Farmacéuticas de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba.
-¿Cómo llegás a este logro y qué significa en tu carrera?
-El esfuerzo y la dedicación han sido muy importantes para alcanzar estos logros profesionales. Este reconocimiento se otorga por méritos académicos y científicos alcanzados individualmente y por el proyecto de investigación que requiere de innovación y liderazgo. Reivindica además el trabajo en equipo.
-¿Qué valor le otorgás en tu contexto profesional?
-Es una distinción muy importante y un honor haberla obtenido. Tiene un valor extra porque reconoce la labor de las mujeres científicas y estimula el trabajo de las investigadoras. Es un indicativo de que uno va por buen camino. Creo que también es un importante reconocimiento para todo el grupo de investigación e instituciones de pertenencia. Además, es para la familia, que acompaña y apoya. Ha tenido una gran repercusión en mi querido San Rafael y eso me llena de orgullo.
-¿Considerás que este logro puede ser un estímulo para otras jóvenes científicas?
-Absolutamente. Quisiera que pueda servir de aliento para las niñas y adolescentes que quizás por cuestiones culturales o sociales no ven a la ciencia como una posibilidad, no se visualizan como científicas. Este premio demuestra que las mujeres también hacemos ciencia y es importante para estimular las vocaciones científicas de las futuras generaciones.
-¿Cómo surgió tu radicación en Córdoba?
-Cuando finalicé mis estudios de nivel secundario en la escuela Geary de San Rafael, decidí estudiar en Farmacia, por lo que debía dejar mi ciudad de origen. Me radiqué en Córdoba cuando tenía 17 años y sigo residiendo aquí.
-¿Qué añorás de San Rafael?
-La familia. La mayor parte vive en San Rafael, por lo que intento viajar varias veces al año. Extraño a mis amigos, con quienes compartí la infancia y adolescencia. Y los lugares, los hermosos paisajes que tiene esa maravillosa ciudad.
-¿Qué importancia tiene el rol de la mujer en el ámbito científico?
-El rol de las mujeres en la ciencia es tan importante como el que tienen los hombres. Sin embargo, el de las mujeres científicas muchas veces tiene menor visibilidad. Los estereotipos siguen presentes y resultan difíciles de derribar. Este premio, justamente, pone en valor eso: apoyar y destacar la contribución femenina.
-Volviendo al proyecto ¿Qué importancia tienen las plataformas que contempla la investigación?
-Estas plataformas consisten en materiales “nano” e inteligentes, es decir, están formulados como nanopartículas, por lo que su tamaño es muy pequeño, y tienen componentes que pueden detectar algunas características distintivas en la zona del tumor (estímulos internos) y, también, pueden actuar frente a estímulos o señales externas, como la acción de un campo magnético (por ejemplo la de un imán) o la acción de la luz. Cuando estos materiales detectan esos estímulos se comportan como sistemas inteligentes permitiendo que el fármaco anticancerígeno se libere desde la plataforma y ejerza su acción terapéutica específicamente en tumor. Esto evita que el fármaco se distribuya o esparza por el resto del organismo, lo que permitiría disminuir daños colaterales que producen los tratamientos “quimio”, como caída del pelo, náuseas, vómitos.
-¿Qué permiten en concreto estas plataformas?
-Optimizar la acción terapéutica de los fármacos antitumorales al aumentar su eficacia anticancerígena y focalizar su acción sobre el tumor.