Con la llegada de las altas temperaturas, las piscinas y cauces de agua comienzan a ser una alternativa para refrescarse, pero también un peligro latente para los más pequeños que no saben nadar. Saber “autorescatarse” en el agua sin saber nadar puede ser una tabla de salvataje para los más chicos. De esa forma, se pueden evitar ahogamientos en piletas residenciales, colonias de verano o cauces de agua, mediante la técnica de flotación, respiración y descanso intermitente.
Esa técnica se aprende en Mendoza hace una década y tiene el aval internacional del método llamado ISR (Infant Swimming Resource), cuyo objetivo principal es enseñarles a bebés a partir de los 6 meses de vida a sobrevivir en el agua hasta ser rescatados por un tercero.
“Está bueno brindarles herramientas a los chicos para salvaguardarlos del peligro. No sólo con clases de natación, sino también con una técnica de auto-rescate en la que el niño se cae adentro del agua y sabe cómo actuar o mover su cuerpo para mantenerse a salvo, sea un bebe o un niño de mayor edad”, explica Natalia Valdeolmillos, instructora de ISR, profesora de Educación Física y experta en psicomotricidad.
La técnica no es nueva sino que tiene más de 50 años de historia. Se inventó en Estados Unidos y, según Valdeolmillos, son numerosas las experiencias de éxito en bebés y niños que aprendieron sus reglas, especialmente en el país donde se originó. O en casos de 6 años de vida que no sepan nadar, aprenden las reglas básicas de flotación, respiración y descanso para salvarse de un hundimiento acuático.
Las clases están diseñadas para ofrecer las instrucciones adecuadas a la capacidad de cada uno de los niños, según su desarrollo y condiciones físicas. Se ofrecen evaluaciones continuas del progreso del pequeño y se educa a los padres para mostrarles la manera eficaz y segura de proteger a sus hijos mientras estén dentro o alrededor del agua.
El curso está basado en el aprendizaje sensorio-motriz (similar a aprender a andar en bicicleta), logrando de esta forma un porcentaje de retención de entre el 94% y el 100% luego de un año de haber tomado el curso.
Técnica de auto-rescate
En Mendoza, Natalia es la única instructora de cursos de autorescate para niños desde 6 meses hasta 6 años. Antes estaba Daniela Morales, quien dio esos cursos durante 10 años, pero actualmente no ejerce.
Para brindar cursos de ISR hay que obtener una certificación internacional. “No lo puede dar cualquier persona. Son técnicas muy específicas y se trabaja con chicos adentro del agua. Ahora la única instructora en la Argentina es de Rosario. Dura dos meses la capacitación y conlleva más de 70 horas adentro del agua practicando con niños y niñas”, detalla.
“Bebés de 6 meses a un año lo que aprenden, en caso de un accidente, es a mantenerse en flotación para poder respirar y descansar los que aún no caminan. Trabajamos a partir del estímulo y la respuesta de los niños. Son secuencias muy chicas desde la repetición. Yo le doy estímulo al bebé. Todo es secuencial y muy progresivo según cada niño”, explica la experta.
Y sigue: “Trabajamos según la habilidad de cada niño. De a muy poquito vamos elaborando la técnica con bebés que puedan respirar y descansar y, cuando el niño es más grande, es decir, que aprendió a caminar, la secuencia es nadar, flotar, nadar, flotar hasta encontrar un borde o escalera que les permita ir a un lugar seguro”.
Según cuenta la única instructora de ISR que por estos días brinda la técnica de autorescate acuático, hay muchísimos casos y ejemplos de niños que han estado en flotación durante 4 o 5 minutos, sin saber nadar, y sobreviven gracias a esa técnica. Quizás salen con un problema de hipotermia porque está el agua helada, pero salen con vida.
El curso de ISR suele extenderse entre seis y siete semanas (depende de cada niño) y las clases tienen una duración de 10 minutos por día, de lunes a viernes. Para tener más información se puede consultar al Instagram de Natalia Valdeolmillos @isrnataliavaldeolmillos.
Consejos para padres
- Mantener piscinas cercadas en la casa.
- Mantener todos los agujeros de la piscina tapados adecuadamente para evitar que el niño quede atrapado ante posibles fuerzas de succión.
- No recurrir a flotadores ya que brindan una falsa sensación de seguridad en niños y les enseña a estar vertical dentro del agua (igual a postura de ahogamiento).
- No incentivar a los niños a saltar al borde para que sea levantado adentro de la piscina por un adulto.
- Enseñarles a que vuelva siempre al borde o escalera, que es el lugar al que deberá volver en el caso de caer accidentalmente.
- Mostrarle al niño las partes seguras de una piscina como escaleras o solárium para que sepa que allí sí puede jugar.