La meningitis sigue siendo un importante desafío de salud pública mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) alrededor de 1 de cada 10 personas que contraen este tipo de enfermedad muere y 1 de cada 5 tiene complicaciones graves.
Personas en todo el mundo corren el riesgo de contraer meningitis, sin embargo, la mayor incidencia está en la región de África -conocido como el cinturón africano de la meningitis (porque tienen un alto riesgo de la epidemias)- sobre todo en campos de refugiados, hogares superpoblados y en entornos estudiantiles y militares.
¿Qué es la meningitis?
La meningitis es una infección de la capa delgada de tejido que cubre el cerebro y la médula espinal. Esta capa de tejido se llama meninges. La infección es causada por bacterias. Sin tratamiento, la meningitis puede dañar el cerebro y causar la muerte.
“Se denomina meningitis a la inflamación de las membranas (meninges) que cubren y protegen al cerebro y a la médula espinal. Una infección viral o bacteriana del líquido que cubre y circula por estas membranas ocasiona esta hinchazón. Sin embargo, otros factores también pueden causar inflamación de las meninges: traumatismos, cáncer, ciertas drogas o medicamentos u otro tipo de infecciones (parásitos, amebas, hongos)”, explicó la Dra. Silvina Ivalo, infectóloga de Dim, centros de salud.
Ivalo indicó que los síntomas pueden ser similares a los de la gripe (influenza) y pueden manifestarse durante varias horas o unos días, entre ellos se puede mencionar la fiebre alta y repentina; la rigidez en el cuello; el dolor de cabeza intenso que es diferente del usual; el dolor de cabeza con náuseas o vómitos; confusión o dificultad para concentrarse; convulsiones; somnolencia o dificultad para caminar; sensibilidad a la luz (fotofobia); falta de apetito o sed; o erupción cutánea (meningitis meningocócica).
Muchos tipos de virus, incluida la varicela, pueden causar meningitis. Asimismo, varias especies diferentes de bacterias pueden ocasionar la enfermedad. La viral es el tipo más común y generalmente se resuelve por sí sola. “La mayoría de los casos se producen por contacto estrecho con personas infectadas.
En el caso de las meningitis virales, por contacto con una persona enferma. Las producidas por bacterias, también -en la mayoría de los casos- se transmiten de persona a persona y en algunos puede desarrollarse a través de alimentos. Hay personas que pueden portar estas bacterias en su organismo, sin enfermar y ser “portadores sanos”. La mayoría de estos “portadores” no se enfermarán pero podrán diseminar la infección”.
¿Quién puede desarrollar la enfermedad?
Cualquiera puede desarrollar la enfermedad, pero es más común en niños menores de 12 meses y en adolescentes y adultos jóvenes entre 16 y 23 años.
“Las personas más susceptibles a adquirir meningitis bacterianas son los niños pequeños, especialmente los menores de 1 año; aquellas personas que vivan en comunidades cerradas o centros donde habitan gran número de personas, se facilita la diseminación -por ejemplo en el caso de meningococo- personas con condiciones médicas que debiliten su sistema inmunológico (ausencia del bazo, VIH, otras), personal de laboratorio que manipule material con estos patógenos, viajeros a ciertos lugares de mayor riesgo (cinturón del África o peregrinaje a la Meca)”.
El tratamiento de la meningitis bacteriana es con antibióticos. “Pero la clave es la consulta precoz. El concepto principal es que las meningitis graves (bacterianas y también virales) se previenen con vacunas”, explicó Ivalo. Así mismo, cabe destacar que las vacunas del sarampión, las paperas, la varicela y la gripe protegen contra la enfermedad, porque estos virus pueden producir meningitis.