Mendoza cuenta con la primera planta de reciclado de luminarias de Argentina, un programa eco-sustentable que reconvierte las viejas carcasas de alumbrado público para reutilizarlas con luz LED. Es de esta manera que “obtenemos un ahorro del 63% de energía, se disminuye el residuo tóxico del sodio y se generan puestos de trabajo”, aseguró Daniel Azcurra, Director de la Planta de Reciclado Junín Punto Limpio, responsable del proyecto. Varios municipios de la provincia se han mostrado interesados en la actividad y algunos ya comenzaron a reciclar su luminaria.
El trabajo de la planta se basa en aprovechar las carcasas que contienen las lámparas de sodio, esas mismas de iluminación cálida anaranjada que están en cada barrio y calle de Mendoza hace muchos años. En vez de comprar todo nuevo, la planta de reciclado propone no tirar la carcasa que contiene los focos, sino restaurarla e instalarle las nuevas luces LED para que pueda seguir usándose. Así, “el proceso de reconversión recicla la carcasa original existente, los tornillos, las borneras, cables, chapas, soportes, conectores, y demás insumos”, lo que significa más del 80% de reutilización del alumbrado.
Según explicó Daniel Azcurra a Los Andes, el beneficio energético “es muy considerable”: “Las luces convencionales gastan entre 250W a 400W de potencia por hora, y nosotros lo reemplazaríamos por 129W por hora, es decir, 300W menos por hora de consumo”. Es decir que “estamos hablando de un 63% de ahorro energético”, indicó, lo que haría recuperar la inversión del cambio de sodio a LED en un plazo de entre dos y tres años.
“Es una de las plantas más modernas de Latinoamérica”
Así describió Daniel Azcurra a la planta recicladora radicada en Junín, ya que se trata de “un proyecto ambicioso que integra innovación, ecología y generación de empleo”. Situada en el parque industrial de Junín Punto Limpio, “que se está convirtiendo en un eco-parque”, el director destacó que no sólo es la primera en todo el país, sino que también es “una de las plantas más modernas de Latinoamérica”: “Está alimentada en su totalidad por energía solar; tiene un sistema de gestión electrónico en el que no se usa papel; las lámparas llevan un proceso de arenado y se pintan con polvo vegetal, para lo que tenemos hornos de cocción. La carcasa que reutilizamos de la vieja luminaria, queda prácticamente nueva”.
Actualmente, la planta está preparada para reconvertir 9.000 luminarias por mes, trabajando durante tres turnos. “Hoy en día estamos trabajando un turno, haciendo 3.000 mensuales”, aclaró Azcurra. Asimismo, hoy en día son 7 las personas que trabajan allí, entre egresados de escuelas técnicas y estudiantes universitarios avanzados en ingeniería electromecánica. “La idea es generar mano de obra local, con personal de la zona, con jóvenes. La idea es que funcionando a pleno y con un buen flujo de producción, tengamos más de 20 personas trabajando”, manifestó el director del programa.
Con las secuelas de la pandemia la producción todavía no está a pleno, pero Azcurra confía en que “el próximo año vuelven las inversiones al sector”. Si eso sucede, asegura que el trabajo de la planta recicladora podría hasta triplicarse, y así lo ejemplifica: “Solamente en Junín hay más de 60.000 luminarias para reconvertir, y somos el departamento más pequeño. En el acceso Este, en la doble vía para el acceso a Ciudad que hay luminaria a ambos costados, hay más de 3.000 luminarias sólo ahí. Sumando a los demás accesos, hay cerca de 15.000 mil luminarias de sodio”.
Reciclado
El director de la planta de reciclado de luminarias detalló que cada municipio o empresa privada puede elegir entre dos posibilidades: “Bajar la carcasa que tiene hoy alumbrando en la vía pública y reutilizarla, traerla a la planta y reconvertirla en una luminaria de LED, sin generar en el proceso ningún tipo de residuo peligroso. O la otra es cambiar esa luminaria por una nueva del mercado y colocar todo nuevo, lo que genera un residuo porque la carcasa queda en desuso”. Todo eso, agregó, “quedaba acumulado en algún lugar del municipio, sin darle una disposición final y sin regulación, y pensamos que eso podría ser una problemática en un par de años si no le dábamos una intervención”.
Según manifestó Daniel Azcurra, cada vez son más los departamentos interesados en reciclar su alumbrado público y cambiarlos a luz LED: “Hoy estamos trabajando con los municipios que están muy interesados en la sustentabilidad y el cuidado del ambiente, como Capital, Tupungato, Rivadavia, y obviamente Junín. Estamos hablando también con Las Heras, Tunuyán, San Carlos, Malargüe, San Martín, y también en barrios privados de diferentes lugares que quieren hacer su reconversión”.