En este ciclo lectivo, que está casi en la línea de largada, Mendoza tendrá 184 días de clases efectivos. Así lo confirmaron desde la Dirección General de Escuelas (DGE), que destacó que la provincia no perderá días de clases por jornadas docentes. Esto aplica a Primaria y Secundaria.
Esto implica que Mendoza no alcanzará la cantidad acordada el año pasado en el Consejo Federal de Educación a nivel nacional que propuso lograr 190 días para recuperar aprendizajes que se vieron afectados por los cambios durante la pandemia de Covid.
Sin embargo, solo 6 provincias alcanzarán ese objetivo, según puso en evidencia un informe hecho a nivel nacional y que contempló restar a los calendarios provinciales las jornadas perdidas por feriados, vacaciones y jornadas docentes.
Se trata de CABA (192), Buenos Aires, Chaco, Córdoba, Misiones y Neuquén que prevén 190 días de clase en el nivel primario en 2023. En el otro extremo, hay una provincia que no llegará al mínimo de 180 días que determina la ley Ley 25.864 de 2003: Jujuy.
Los datos surgen del informe “Calendarios escolares 2023″, del Observatorio de Argentinos por la Educación, con autoría de Gustavo Zorzoli (educador y ex rector del Colegio Nacional Buenos Aires), Martín Nistal y Eugenia Orlicki (Observatorio de Argentinos por la Educación).
De todas formas hay que decir que Mendoza está dentro del promedio nacional que es de 185 días efectivos. Ese promedio viene mejorando los últimos años: en 2022 se planificó un promedio de 184 días de clase, mientras que en 2021 fueron 180 y en 2020 fueron 178.
Asimismo hay una particularidad en la provincia: 30% de la matrícula de primaria y secundaria inició antes las clases: el 9 de febrero. Así lo destacó la subsecretaria de Educación, Graciela Orelogio: “Este año hemos empezado adelantado con un grupo muy importante de chicos porque los grupos con jornada completa empezaron el 9 y tendrán 194 días de clase, desde el 9 de febrero hasta el 15 de diciembre”. Esto involucra a unos 84 mil alumnos sobre una matrícula total de primarias y secundarias estatales de aproximadamente 280 mil alumnos, 180 mil de primaria y poco más de 100 mil de secundaria.
La funcionaria detalló que incluye escuelas albergue, de frontera y las que desde 2022 están con jornada completa. No se apunta a chicos con trayectorias débiles.
Para el resto de estos dos niveles, las clases comenzarán el 27 de marzo y terminarán el 15 de diciembre. En tanto, para el nivel inicial, terminarán una semana antes, el 7 de diciembre y tendrá 180 días .
El desafío de los 190 días de clase
Orelogio señaló que el día de diferencia entre el informe y el cálculo propio puede ser por el feriado provincial del 25 de julio por el Santo Patrono Santiago.
Pero fundamentalmente subrayó: “Una vez que las clases empiezan no hay ningún día de suspensión de clases por jornadas docentes”. Es que estas se han planificado para antes o después del periodo de clases, salvo las que se harán el 21 de setiembre, cuando los estudiantes tienen receso por ser su día.
Fueron 6, 7 y 8 de febrero, luego el 21 de septiembre y las últimas serán 18 y 19 de diciembre.
De todas formas, analizó las dificultades que hay para cumplir con la nueva propuesta. “Lo de los 180 días hay que cumplirlo porque es una ley (...) pero para cumplir los 190 días hay incompatibilidad material, no es una cuestión de decisión política, porque si no implicaría empezar mucho antes en febrero”, apuntó.
Y prosiguió: “El Consejo Federal dice que dentro de lo posible hay que extenderlo, lo podemos extender pero no con el calendario de tantos feriados que tiene el país”. Refirió que se trata de 20 feriados en total y que en países desarrollados pueden tomarse incluso otra semana de vacaciones en medio del ciclo porque no tienen ese desafío.
Otras estrategias
El tema de la cantidad de días del ciclo lectivo pasó a ser parte de un discurso que pone en relieve que los chicos “tienen que estar en la escuela” como garantía de aprendizaje. Sin embargo, tal mensaje, que sectores de la clase política han tomado como caballito de batalla, se ve atravesado por otro: el que confronta calidad con cantidad. De hecho, bien saben quienes están en las escuelas o quienes tienen hijos o conocidos allí, que los últimos días del ciclo lectivo se hace poco. Incluso hay muchos ausentes si ya se aprobó todo y siguen yendo quienes adeudan contenidos.
Para Orelogio eso tiene que ver en gran medida con una concepción tradicionalmente instalada sobre que el ciclo lectivo va del 1 de marzo al 30 de noviembre.
“Mi opinión es que tenemos que empezar a contar más en horas de clase que en días de clase (...) hemos sumado más de 30 días de clase con la jornada extendida, se puede tener a los alumnos en la escuela con otra dinámica”, consideró.
Justamente el informe se refiere al respecto: “Durante el año 2022 el Ministerio de Educación de la Nación anunció la política de sumar una hora de clase en las escuelas primarias. Según información oficial, 22 jurisdicciones ya firmaron el convenio con el Ministerio nacional para que escuelas estatales de jornada simple pasen a dictar 25 horas semanales. Una hora más de clase por día equivale a 25% más de tiempo escolar al año para los estudiantes de las escuelas que extiendan su jornada”.
“Hay una realidad - afirma Orelogio- solo por ir más días a clases no se mejora la calidad: la calidad es una sumatoria de días en el aula, mejores estrategias de aprendizaje y trabajar con evidencia (evaluar cada estrategia para ver resultados y profundizar o modificar)
A estos aspectos hicieron referencia los expertos. “La extensión del tiempo escolar juega a favor de multiplicar las oportunidades de aprendizaje, y que los chicos y jóvenes (sobre todo los de mayor vulnerabilidad) tengan mayor contención dentro de las instituciones escolares. Pero de ninguna manera es garantía de mayor aprendizaje o mejora en la trayectoria escolar. Por lo tanto, debe ser tiempo enriquecido por la calidad y la propuesta educativa. Más de lo mismo no tiene ningún sentido”, afirma Flavio Buccino, docente y especialista en gestión educativa.
“Lo cierto es que 180 o 190 días suponen, en la mayoría de los casos, apenas una declaración de buenas intenciones, porque en la práctica no se verifican. El calendario por sí mismo no es la herramienta que garantiza el logro de los aprendizajes. Para esto, además de cumplir con un calendario extenso, deberíamos hacer foco en la cantidad de horas que pasan realmente los alumnos en la escuela. Mientras que los sectores medios y altos tienen jornadas de 8 horas, la enorme mayoría apenas llega a la mitad”, reflexiona María Cristina Gómez, directora de la Red de Educadores Innovadores.
“La escuela tiene que buscar que los chicos aprendan y habrá que modificar todo lo que haga falta para que eso suceda”, afirmó Orelogio.
En este punto subrayó: “Estamos trabajando en los dos sentidos: aumentar todos los días que sean posibles según calendario pero además estamos generando nuevas estrategias, nuevas formas en la clase, trabajar con programas de alfabetización, con funciones ejecutivas, habilidades del pensamiento, agrupamientos flexibles, aprendizajes prioritarios para que entonces no sea solo la cantidad de días, sino que la calidad vaya mejorando”.