Kárate, kick boxing, boxeo, judo, taekwondo, jiu jitsu, capoeira, lucha libre, muay thai, entre tantas otras; son todas disciplinas de lucha con miles de adeptos en el mundo. Pero hay una sola que ha logrado reunirlas a todas y convertirse en el deporte de combate que más ha crecido en la última década: las artes marciales mixtas, también conocidas como MMA.
En Mendoza la comunidad está naciendo, impulsada tanto por interesados de otras disciplinas de combates como por otras demandas sociales, como niños que buscan protección contra el bullying o mujeres convocadas por la defensa personal. Aunque el profesionalismo es difícil en la provincia, hay quienes sueñan con llegar a la jaula, los flashes y la gran pantalla de la UFC, la competencia más famosa de todas. No es inaudito, pues si de algo saben estos luchadores es de esfuerzo, disciplina y superar límites.
Uno de ellos es Aaron Medina (31), de Guaymallén, quien hace 12 años se inició en jiu jitsu y hoy es uno de los únicos dos luchadores de Mendoza que participa de combates profesionales. Para él, hacer MMA “es la vida” misma, ya que se trata de “buscar situaciones extremas y aprender a resolverlas”. El mendocino actualmente es parte de una organización llamada Circuito Argentino de Artes Marciales Mixtas (CAAMM), con la que compite a nivel nacional e internacional.
Una de las pocas organizaciones de Mendoza en este ambiente es la franquicia “Battle Cage”, una productora de eventos y competencias de MMA. Para su propietario, Darío Pérez, “es el deporte más completo que hay porque entrenás mucho física y mentalmente”, ya que “es muy exigente y la preparación es muy compleja”, agregó quien hizo artes marciales durante más de 15 años.
Aaron, por su lado, además de practicarlo es uno de los profesores impulsores de la disciplina en Mendoza, y define el MMA como “un deporte de contacto pleno en el que hay varias disciplinas combinadas”, tal como lo indica su nombre. Eso, para él, es uno de los motivos por el que “hoy en día está tan de moda, porque hace que sea muy amplio y abarque todo tipo de público”.
Los entrevistados coinciden en que, en todo el mundo, el MMA comenzó a practicarse como disciplina individual hace aproximadamente 10 años. Previamente no existía un deporte que combine a las artes marciales, y cada una se realizaba por su lado. Por eso, “todos tienen un arte marcial de base en el que se inician y después van conociendo otras”, explicó Aaron. “Hoy en día todos tratan de ser completos y abarcar la mayor cantidad de herramientas posibles, entonces te obligan a saber al menos lo básico”, que son la lucha de piso, la lucha parado y la transición entre ambas, como pueden ser el jiu jitsu, el kickboxing y el judo, respectivamente, según detalló.
Al margen de lo técnico, Aaron confiesa que el auge del MMA también se debe a que “vende mucho como show”, como “pelear con guantines o con codos, que cortan mucho y hacen un buen show”, expresó. Más allá de eso, el luchador advierte que lo esencial de la disciplina está mucho más allá de los golpes: “Hay gente que no lo entiende y piensa que somos salvajes, que es solo pegarse, y nada que ver. Son artes marciales mixtas, y dentro de eso hay valores y disciplina detrás”.
SUS VALORES, PARTE DEL CURIOSO ORIGEN
Naim tiene 21 años y entrena artes marciales mixtas en Mendoza tras iniciarse en jiu jitsu en Santa Cruz, y tiene en claro las enseñanzas de sus profesores: “El que resalta en este deporte es la disciplina, y si uno no la tiene para ir todos los días a entrenar, aunque te duela todo o no tengas ganas, lastimosamente te vas quedando atrás de tus compañeros y de los oponentes”, manifestó.
“En los primeros años que entrenás, generalmente recibís más de lo que das, entonces te fortaleces mucho mental y físicamente”, contó Darío. “Es un poco como la vida, que empezás y es bien duro todo, pero te fortaleces tanto que terminás haciéndote amigo del dolor, y de esa manera llevas la vida y afrontas las cosas de otra manera”, comparó, en acuerdo con sus colegas.
En el mismo sentido, Aaron cree en que “cuando uno entrena artes marciales mixtas está entrenando su capacidad en todos los aspectos de la vida, llevado al extremo”, ya que se trata de un deporte que “te lleva a una situación límite y te enseña a manejarla”. “Se pasa por todos los estados de ánimos y distintas situaciones, por lo que sirve para la vida”, continuó.
De hecho, uno de los motivos por el que la gente se ha interesado en las artes marciales mixtas está justamente ligado a situaciones de la vida cotidiana. “Sirve como defensa personal y va muchísima gente por eso; van muchos niños a los que les hacen bullying, a los que preparo mental y físicamente”, reveló Aaron.
Así, el profesor explicó que “si a ellos los atacan saben cómo tienen que comportarse y reaccionar sin golpes, con trabas”; ya que, como agregó Darío, “está muy mal visto que un luchador de MMA se pelee en la calle”. A su vez, Aaron contó que también tiene alumnas mujeres que quieren aprender defensa personal a modo de protección contra abuso, maltrato o inseguridad.
LA COMUNIDAD EN MENDOZA
Más allá de los luchadores que, por ejemplo, costean su carrera dando clases; Darío explicó que “no hay personas que vivan del MMA” en Mendoza, “ni siquiera en Argentina, te diría”. El referente de “Battle Cage” opinó que el problema es que “los eventos no tienen la sponsorización que deberían tener para poder brindar a los competidores la posibilidad de vivir de eso”, y que “le falta mucho desarrollo comercial”.
Estados Unidos es el máximo exponente en ese sentido, seguido por Europa y solo Brasil en Sudamérica. En el caso de Aaron, además de dar clases ha competido nacional e internacionalmente en Argentina, Chile y Brasil: “Lamentablemente hay que viajar mucho a Córdoba, Buenos Aires y Chile, que ahí se mueve más”, dijo en relación a la poca oferta de competencias en Mendoza.
Actualmente la comunidad es todavía menor en Mendoza, pero entre deportistas de otras artes marciales, aspirantes al profesionalismo e interesados en defensa personal; acompaña el crecimiento de los últimos años. “De mis alumnos y la gente que conozco del ambiente de Mendoza, no sobrepasan las 50 personas”, manifestó Aaron, que tiene una academia en la que enseña “MMA recreativo”.
“Cuando me preguntan si se pueden acercar yo siempre les digo lo mismo, que esto lo puede hacer cualquiera, pero estando comprometidos, con la cabeza abierta, dispuesto a aprender y a ser disciplinado”, aseguró Aaron. “Es un deporte en el que no existe el talentoso, existe el disciplinado y el que entrena. Eso es lo lindo de esto y lo que lo hace apasionante”, completó.
Aunque “desde afuera quizás se ve muy sangriento”, Naim remarcó que “es un lugar donde mucha gente se puede refugiar, encontrar paz, donde controlas tus impulsos y donde te convertís en una mejor persona”. Por eso, el joven recomendó “que la gente le dé una oportunidad”, ya que “es un deporte muy lindo, divertido y que te da enseñanzas para la vida”.
Sin renunciar a su sueño de llegar a la UFC, Aaron tiene en claro su objetivo más grande: “Lo que más quiero es que todo el mundo conozca este arte marcial que tanto me apasiona y amo. Es lo que trato de transmitir, mis conocimientos, para que cuando no pelee más les queden los valores y lo que enseñé”, finalizó.