En la provincia, 11,17% de las camas críticas están ocupadas por pacientes con Covid-19. Desde el Ministerio de Salud informaron que en total se cuenta con 403 camas en Unidades de Terapia Intensiva (UTI). De ellas, hay 180 destinadas a Covid-19 y hasta el 23 de setiembre había 45 pacientes internados por esta patología. Incluso por la evolución de los internados, desde la Dirección de Hospitales esperan que la próxima semana salgan de terapia y queden aproximadamente 30.
En el sector privado del sistema de salud hay coincidencia de datos: 11,5% de los internados en UTI son pacientes con Covid-19, tal cual informó la Asociación de Clínicas y Sanatorios de Mendoza (Aclisa). Incluso, hay dos clínicas que ya no tienen pacientes con la infección internados en esa área. Esto condice con una situación epidemiológica benévola respecto de la pandemia.
Las últimas semanas los indicadores, que permiten evaluar la situación sanitaria respecto del virus Sars CoV-2 muestran una evidente mejora que se consolida cada semana e incluso, hay datos de las últimas semanas que son los mejores del año.
Desde la entidad informaron que de acuerdo a los últimos datos disponibles al momento de la consulta, en la Clínica Esperanza y en la Santa Rosa, no hay nadie en terapia internado por Covid.
El doctor Rodolfo Torres, coordinador médico de la asociación, detalló que esta tan baja ocupación con pacientes Covid se mantiene desde hace una semana. Para tener una noción, en épocas de pico la ocupación de estos servicios con pacientes Covid llegó a estar en 95%.
En tanto, desde el Ministerio de Salud se afirmó que no hay hospitales en el sector público sin pacientes Covid en UTI.
Vacunas
“Está claramente asociado a la vacunación”, subrayó el médico. De hecho, hace unas semanas desde el Hospital El Carmen señalaban que sólo 2% de los internados en UTI tenía dos dosis.
Los últimos casi dos meses ha avanzado en la cobertura con vacunas Covid, sobre todo en lo referente a esquemas completos ya que es la estrategia fundamental de la campaña desde agosto. En ese sentido Torres destacó que 46% de la población ya ha alcanzado esta meta.
Mientras que en los adultos rondan entre 80 y 94% de cobertura con al menos una dosis.
Se sabe que las vacunas no evitan el contagio pero su eficacia está dada justamente con la posibilidad de atenuar el desarrollo de cuadros graves en caso de que suceda. Es así que, además, implican un alto impacto en la reducción de internaciones y de la letalidad por Covid, la que reducen por encima del 90%.
Entre los mayores de edad, en la mayoría de los grupos 9 de cada 10 personas ha accedido al menos a la primera dosis de vacuna y el resto supera el 80%, detalló el informe epidemiológico semanal de Aclisa.
Además, “entre los 60 y los 79 años, 8 de cada 10 personas han completado el esquema de vacunación y son quienes tienen más cobertura”, puntualizó.
A esto también puede atribuirse la baja en la letalidad de alrededor de 15% en mayores de 70 años. Según detalló la entidad, entre los 70 y los 79 años era de 18,77% en 2020 y es 15,97% en 2021 (-14,92%) mientras que en personas de más de 80 años, la letalidad fue de 35,29% en 2020 y es de 29,83% este año (-15,49%). Hay que sumar quienes ya han adquirido inmunidad por haber estado en contacto con el virus, que podrían ser hasta cuatro veces más que los notificados.
En este sentido, el profesional subrayó que es fundamental que no haya entrado (y circule) una nueva cepa, porque frente a ella no se han creado defensas. Por el contrario, sostener estas condiciones epidemiológicas depende también de que esto no suceda. Un gran desafío teniendo en cuenta que la variante delta ya se encuentra circulando en dos provincias, se han detectado dos casos de viajeros en Mendoza y hay dos más que esperan confirmación.
Mirada atenta
Entre tanto, el impasse es aprovechado por los efectores para recuperar fuerzas y rearmarse. Además, para recuperar la atención de otras patologías postergadas incluso por la falta de consultas.
La ocupación de camas críticas ha ido en descenso sostenido tras el segundo brote registrado en mayo cuando llegó a estar cercana a la ocupación plena en algunos nosocomios privados y unos puntos por debajo de 100% en todo el sistema de salud.
Desde el ministerio de Salud detallaron que hasta el cierre de esta nota, era de 38,02% la ocupación de cama UTI en toda provincia y de 43,08% en el Gran Mendoza.
“Estos son buenos números pero pueden modificarse en cualquier momento”, destacaron desde la Dirección de Hospitales, lo cual atribuyen a la dinámica propia de esta enfermedad.
En el sector privado está disponible la mitad de las camas críticas, que en total cuenta con 192. La ocupación es de 55,4% en la zona Metropolitana, 52,2% en la zona Sur y 45% en la zona Este.
Los datos expresan las mejores condiciones respecto de la pandemia. Por mencionar uno, la positividad de los últimos 7 días, hasta el jueves, fue la más baja del año: 2,53%.
Esto genera un optimismo que no debe confundir, tal cual advierten epidemiólogos e infectólogos: el panorama permite aperturas y retomar en gran medida una vida “casi” normal, es “casi” porque aunque algunos se relajen de más, el virus aún circula y no deben descuidarse las medidas preventivas. De hecho, existe el riesgo de un rebrote: la conducta del virus es en forma de olas, con sube y baja de casos, y el último pico fue en mayo. Además, no puede obviarse la amenaza de la variante delta que podría ingresar a complicar las cosas. A ello hay que sumar que si bien el clima benévolo de la temporada puede jugar a favor, no hay que perder de vista que el último brote en Europa ocurrió en verano.