De las 21 jurisdicciones que participaron del relevamiento nacional sobre seguimiento de trayectorias estudiantiles, Mendoza está entre las 10 provincias del país que contempla todos los datos en tiempo real de sus estudiantes, en todos los niveles de escolaridad obligatoria, y en escuelas de gestión pública y privada.
Se trata del cuarto relevamiento sobre este tema que realiza a nivel nacional del Observatorio Argentinos por la Educación, el cual se basa en conocer cómo se maneja cada provincia en materia de información y gestión. Esto es, si se ocupa o no, de seguir el desempeño de sus estudiantes de nivel inicial, primario y secundario y, en base a eso, tomar decisiones para una posible mejora en ese sentido.
Las 10 provincias que cumplen con la función de cargar información de forma universal y online, y que tienen registros actualizados de ausentismo y calificaciones de sus estudiantes, son: Córdoba, Chubut, Santa Fe, La Pampa, Jujuy, La Rioja, CABA, Entre Ríos, San Luis y Mendoza.
El resto de las provincias, más de la mitad, no tienen datos registrados o los tienen en porcentajes muy bajos. De hecho, el Observatorio apuntó contra jurisdicciones como Misiones y San Juan, que “expresaron no tener datos de los alumnos del sector privado en sus sistemas, mientras que en Chaco sólo declararon tener los datos del 13 % de sus escuelas primarias privadas y apenas el 17 % de las escuelas secundarias” del mismo ámbito.
Las causas de que más de la mitad del país no cumpla con cargar información actualizada y completa de cada trayectoria educativa son varias, según el documento. Por un lado, la falta de personal idóneo para gestionar esa mayúscula tarea administrativa, la falta de conectividad y la falta de comunicación entre Nación y provincias.
Pero, sobre todo, la falta de obligatoriedad a la hora de brindar tal información es el gran motivo y lo que termina luego impactando en la calidad educativa de cada alumno, cada escuela y, por ende, cada provincia, según señala a Los Andes el psicopedagogo Alejandro Castro Santander, integrante del Observatorio Argentinos por la Educación.
Una larga trayectoria de seguimiento
Desde el Observatorio explicaron que los resultados federales se arrojan a través del Sistema Integral de Información Digital Educativa (Sinide) y cuyos datos se “cruzan” con los sistemas de carga propios de cada jurisdicción. Este permite desarrollar un indicador integral del alumno, ya que están incluidos los Sistemas de Alerta Temprana (SAT) que, basándose en los datos de asistencia y otros indicadores, contribuyen a identificar y prevenir posibles casos de deserción o abandono escolar.
En el caso de Mendoza existe el GEM, el Sistema de Gestión Educativa, en el que se cargan oficialmente los datos de asistencia y calificaciones de todos los estudiantes. Además de operar para tener datos locales y decisiones al respecto, envía sus datos a la Nación a la llamada “Base Nacional Homologada” (BNH), que es la que permite hacer comparaciones de datos a nivel nacional con idénticos criterios y así sacar conclusiones de la trayectoria estudiantil de cada provincia o, al menos, de las que hacen bien “la tarea” cargando información.
Al respecto, Castro Santander señaló que el informe sobre Mendoza no sorprende porque “la provincia ya tiene un largo trayecto con esta forma de hacer un seguimiento con diferentes sistemas de carga de información y, ahora, a través del GEM”.
“Creo que lo más importante de todo esto es que, de a poco, hemos ido aprendiendo el valor de la evaluación. Para mí siempre fue el tema preguntarnos para qué evaluamos. Y el lema es claro: es para conocer qué es lo que está pasando y luego para mejorar, tomando decisiones en las estrategias de enseñanza y aprendizaje”, aseguró Castro Santander.
Cómo funciona la carga de datos en Mendoza
Claudia Federici, coordinadora del Sistema de Gestión Educativa Mendoza (GEM), la plataforma de carga única y oficial de la Dirección General de Escuelas, contó a Los Andes que el sistema de carga y visualización de información educativa comenzó a funcionar en 2017. Al comienzo se basó con la carga de alumnos, docentes, planta funcional y datos de escuela, pero fue aggiornándose con los años.
“Con el tiempo se fueron agregaron muchísimos datos. Antes era un sistema nominal y hoy desde allí hasta se llama a concurso docente. Hoy por hoy están horarios, libretas, asistencia, novedades, chicos con discapacidad, con CUD. Hoy en día hasta hay indicadores socioafectivos y la información, por alumno, supera ampliamente los 100 indicadores”, explicó Federici, quien asegura que el sistema “muy pocas veces” ha colapsado desde sus inicios.
Todo el mundo tiene acceso a la información del GEM, pero cambia la función y la injerencia según el rol que se ocupa dentro de la comunidad educativa, ya sea directivo, administrativo, preceptor, docente, alumno, padre o madre, para la carga y/o la visualización de datos.
“No hay un dato o indicador más importante que el otro, sino que es el conjunto de datos lo que termina siendo lo más importante para tener información. Se envían permanentemente datos a la Nación y se cargan cada día diferentes novedades. Hoy es un material de consulta permanente para todo el mundo”, señaló la técnica.
Lo socioafectivo, un dato clave que falta desarrollar
Además de asistencias y calificaciones, desde hace pocos años, Mendoza como otras provincias, ha ido incorporando a sus sistemas de seguimiento estudiantil indicadores vinculados al aspecto socioafectivo de cada estudiante. ¿El objetivo? Intervenir a tiempo desde el sistema educativo y así evitar la deserción o el abandono escolar.
“Ahora insistimos que la información es para el estudiante, familia, docentes, directivos, funcionarios. Ahora estamos valorando mucho más el proceso que el resultado. Y, justamente, la trayectoria educativa es contar el proceso del alumno. Si hay buena gestión, más allá de la información, se pueden resolver conflictos a tiempo. Para eso está el sistema de alerta temprana y otros indicadores”, explica Castro Santander.
Si bien el experto en Educación asegura que se han ido incorporando cuestionarios específicos en pruebas nacionales, asegura que aún falta incluirlas dentro de los indicadores de la DGE. “No es solamente lengua y matemática. Hay factores asociados a la calidad educativa que aún no están presentes en la carga regular de información y sería importante”, completa.