Mendoza cumple 460 años: sus dos fundadores, las primeras locaciones y el terremoto que la mudó definitivamente

EL 2 de marzo de 1561, Pedro del Castillo fundaba la Ciudad de Mendoza. La que fue primera ubicación está en Guaymallén; mientras que a la zona de la actual Área Fundacional fue trasladada un año después, por Juan Jufré. Con el terremoto de 1861 se mudó al sudeste, a su ubicación actual.

Mendoza cumple 460 años: sus dos fundadores, las primeras locaciones y el terremoto que la mudó definitivamente
Orlando Pelichotti / Los Andes

Un 2 de marzo, pero de 1561, el riojano Pedro del Castillo (de La Rioja, provincia española; no de la argentina) fundaba la “Ciudad de Mendoza del Nuevo Valle de La Rioja”. Lo hacía en el, hasta entonces, valle de Huentota (habitado por los huarpes); tomando posesión de la comarca y haciendo flamear el estandarte real de la Corona. Ese hito pasó a la historia y a los manuales como “La Fundación de la Ciudad de Mendoza”, tema que se estudia desde la Primaria en todas las escuelas mendocinas.

MENDOZA ANTIGUA. ESTA ERA LA VISTA MÁS RECONOCIDA DE LA CIUDAD Y FUE TOMADA DESDE EL CABILDO DE LA PLAZA PRINCIPAL.
 Orlando Pelichotti / Los Andes
MENDOZA ANTIGUA. ESTA ERA LA VISTA MÁS RECONOCIDA DE LA CIUDAD Y FUE TOMADA DESDE EL CABILDO DE LA PLAZA PRINCIPAL. Orlando Pelichotti / Los Andes

Sin embargo, la mencionada Fundación tiene un antes, y también varios después; dignos de ser resaltados y también estudiados dentro de las currículas escolares. Entre ellos se destacan sus tres localizaciones a lo largo de estos más de cuatro siglos, sus dos fundadores y un devastador terremoto que la mudó casi dos kilómetros al sudeste de donde fue fundada originalmente.

Previa y Fundación

Casi 10 años antes de lo que finalmente pasó a la historia como la Fundación de la Ciudad, en 1551, Francisco de Villagra se convirtió en el primer explorador español en recorrer la región de Cuyo; del otro lado de la Cordillera de los Andes. Lo hizo con 180 hombres a cargo y enviado por el entonces gobernador y capitán general de Chile, Pedro de Valdivia (uno de los nombres más destacados de la historia trasandina).

"La fundación de Mendoza por don Pedro del Castillo", óleo de Rafael Cubillos pintado en 1936. Orlando Pelichotti / Los Andes
"La fundación de Mendoza por don Pedro del Castillo", óleo de Rafael Cubillos pintado en 1936. Orlando Pelichotti / Los Andes

El explorador español se relacionó (podría usarse de forma errónea el término “descubrió”, pero estos pobladores no se encontraban ocultos ni mucho menos) con los huarpes que habitaban en la zona, con quienes convivió cerca de tres meses (lo que dura el invierno) antes de regresar a Chile.

Luego del fallecimiento de Valvidia –no sin antes haber sido destituido del cargo de gobernador de Chile por el propio Villagra-, fue el IV marqués de Cañete, García Hurtado de Mendoza y Manrique quien quedó al frente del gobierno chileno. Y quien le encomendó al ya mencionado Pedro del Castillo la misión de fundar y poblar la región de Cuyo, la misma que una década antes había explorado Villagra.

Así fue como el 22 de febrero de 1561, Del Castillo llegó al -por entonces- Valle de Huentota y tomó posesión de las tierras para, el 2 de marzo, fundar la ciudad bajo la Capitanía General de Chile, aunque como parte del Virreinato del Perú. Pero la ubicación actual y el epicentro de toda la Ciudad de Mendoza no fue la primera sobre la que se asentó; ni tampoco la segunda.

La primera ubicación de la Ciudad de Mendoza tuvo su piedra basal en lo que actualmente se conoce como la Media Luna, en Guaymallén y sobre la margen este del actual canal Cacique Guaymallén (que aún no existía como tal siquiera). Y recién un año después, el 28 de marzo de 1562, la Ciudad de Mendoza “cruzó” el zanjón hacia el oeste, instalándose en la plaza que -actualmente- lleva el nombre de Pedro del Castillo y donde se sitúa el Área Fundacional.

Orlando Pelichotti / Los Andes
Orlando Pelichotti / Los Andes

El segundo fundador

Lo llamativo de este traslado de la Ciudad en 1562 y su relocalización y refundación es que su artífice, Juan Jufré, también se adjudicó el honor y el derecho a los premios monetarios que le correspondía a los fundadores de ciudades.

Una representación teatral de la Fundación de Mendoza, en el Área Fundacional.
Una representación teatral de la Fundación de Mendoza, en el Área Fundacional.

Por esto mismo, entonces, es que -históricamente- la Ciudad de Mendoza tiene dos fundaciones y dos íconos fundadores. Y más allá de que los grandes laureles se los lleva Pedro del Castillo y la fecha en que se conmemora la fundación es cada 2 de marzo; lo cierto es que la ubicación actual del Área Fundacional y de la Plaza Pedro del Castillo corresponden a la ubicación donde llevó adelante la refundación Jufré.

Ubicación estratégica

Al igual que en la actualidad, Mendoza siempre fue un punto estratégico para la ruta comercial entre el Río de la Plata y Santiago de Chile. Sin la infraestructura ni la tecnología o industrialización de la actualidad, la mejor alternativa para cruzar la Cordillera de los Andes siempre fue vía Mendoza.

Esta característica se mantuvo tanto en la época del Virreinato y de la colonia. En 1776 se creó el Virreinato del Río de la Plata; y Mendoza -junto a todo Cuyo- fueron segregados de la Capitanía General de Chile para ser miembros del flamante virreinato español. Y recién en 1813 -ya consumada la Revolución de Mayo de 1810-, el Segundo Triunvirato decretó que las provincias de Mendoza, San Juan y San Luis conformaran la Intendencia de Cuyo.

De San Martín a Darwin

Esta misma ubicación estratégica para cruza los Andes le valieron a Mendoza ser la sede en la que residió el general José de San Martín entre 1814 y 1817, época en la que fue designado gobernador-intendente de Cuyo. Y desde Mendoza gestó el Cruce de los Andes y la epopeya libertadora, que tuvo su punto de partida el 6 de enero de 1817 desde El Plumerillo (Las Heras).

San Martín, siendo Gobernador Intendente, tuvo especial preocupación por el embellecimiento de la Ciudad. Para ello ordenó la extensión de la Alameda existente y una  oportuna disposición que la convirtió en un lugar apto para el descanso.
San Martín, siendo Gobernador Intendente, tuvo especial preocupación por el embellecimiento de la Ciudad. Para ello ordenó la extensión de la Alameda existente y una oportuna disposición que la convirtió en un lugar apto para el descanso.

Y también durante los primeros días de marzo, pero de 1820 (el 1 de marzo, más precisamente), Mendoza y las otras dos provincias cuyanas -hasta entonces- adquirieron su propia soberanía como estados provinciales independientes. Si hasta el mismísimo Charles Darwin, en 1835 y durante su exploración por gran parte del territorio argentino, se detuvo y estudió la cultura, flora, fauna y geografía de Mendoza.

Charles Darwin
Charles Darwin

Y fueron las langostas (en su calidad de plaga) la especie que sorprendió hasta al mismísimo padre de la Teoría de la Evolución. En su libro “Las mil y una plagas (el karma mendocino)”, Gustavo Capone hace un repaso de la historia de la producción agrícola mendocina y las distintas plagas que han azotado a la provincia. En lo que se refiere a las langostas, detalla que a fines del siglo XIX, cuando Mendoza cambió el modelo productivo abandonando la alfalfa, el trigo y el maíz para pasar a la viña, allí llegaron estos insectos.

Y en este mismo estudio, Capone detalla cómo una de las mangas captó la atención de Charles Darwin, quien lo registró en su diario de viaje.

“(…) tras dos días de molesto viajar, reconfortó el ánimo, la vista de lejanas hileras de álamos y sauces que crecían en torno del pueblo y el río Luján. A poco llegar aquí, observamos al sur una nube de bordes irregulares y color negro con matices pardorrojizos. Al principio creímos que era humo de una gran hoguera encendida en las llanuras; pero pronto nos cercioramos que era una inmensa bandada de langostas. Volaban hacia el norte, y a favor de una ligera brisa. Pasaron por encima de nosotros con una velocidad de 10 a 15 millas por hora. El grueso de ellas llenaba el cielo desde la altura de ocho a veinte pies sobre el suelo hasta la de dos o tres mil. El ruido que hacían al volar era como el de los carros y caballos que corren al combate, o más bien, diría yo, como el de un viento fuerte al pasar por las jarcias de un navío. El cielo, visto a través de las avanzadas de un formidable ejército, apareció sombreado por una media tinta oscura; pero en el centro quedaba del todo velado, aunque de cuando en cuando se descubrían unas visibles franjas. Cuando se posaron en tierra eran más numerosas que las hojas de hierba y la superficie cambió su color verde por uno rojizo. Posado el enjambre, los individuos huyeron de un lado a otro en todas direcciones (...)” detalló el investigador.

El terremoto de 1861 y la Ciudad actual

También en marzo -porque es un mes crucial en la historia de Mendoza-, pero de 1861 tuvo lugar el terremoto que derivó en la tercera y definitiva locación (hasta el momento) de la Ciudad de Mendoza.

Gran parte de la edificación colonial fue destruida por este movimiento sísmico del 20 de marzo de 1861; por lo que la Ciudad Nueva debió ser repensada y relocalizada. En este terremoto falleció, además, entre 40% y 60% de la población mendocina de la época (se estima que oscilaba las 8.000 personas en total).

La nueva ubicación de la Ciudad de Mendoza se trasladó cerca de un kilómetro al sudeste del Área Fundacional (actualmente la Cuarta Sección, y que era la zona neurálgica hasta entonces). En la nueva ubicación geográfica, hasta el momento, se encontraba la antigua Hacienda de San Nicolás.

Y dos años después del terremoto, en 1863, el prestigioso agrimensor francés Julio Balloffet (figura fundamental en el desarrollo moderno de las ciudades mendocinas) fue quien tuvo a su cargo el ordenamiento de la Ciudad de Mendoza que actualmente conocemos; con una plaza mayor (la Independencia), circundada por cuatro plazas menores (España, Chile, Italia y San Martín).

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