El cardenal amarillo es una de las especies de aves que se encuentran en peligro de extinción, a tal punto de que –se estima- apenas quedan entre 1.500 y 3.000 ejemplares en estado silvestre a nivel mundial. Como agregado, la mayoría de esos ejemplares habitan en territorio argentino, por lo que las tareas, acciones y trabajos en esta parte del mundo son fundamentales para su conservación.
Por sobre el avance humano y la modificación artificial de su hábitat -algo que pone en riesgo a la mayoría de las especies silvestres-, es el mascotismo la principal amenaza para estos ejemplares. De hecho, es cada vez más común el decomiso de estas aves en operativos de tráfico y venta fauna ilegal.
Teniendo en cuenta esta preocupante realidad, toma aún más trascendencia entonces el trabajo que se realiza a nivel nacional para la conservación de la especie a través de la Alianza para la Conservación del Cardenal Amarillo. Y en lo que tiene que ver puntualmente con Mendoza, en 2022 desde la provincia derivaron al Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires 3 parejas reproductivas de cardenal amarillo.
Se trata de ejemplares que fueron rescatados en distintos operativos realizados en la provincia y que, a raíz de los estudios y trabajos a los que fueron sometidos, se determinó que no estaban en condiciones de ser liberados y reinsertados en su hábitat natural. No obstante, la función reproductiva de estos 6 cardenales amarillos -3 machos y 3 hembras- está resultando clave para ampliar la cifra en la población.
“El 11 mayo liberamos 4 ejemplares que habían nacido en 2022 y que eran pichones de las parejas llegadas de Mendoza. Una hembra había nacido en febrero de 2022, mientras que los otros pichones habían nacido entre octubre y diciembre de 2022″, destacó la subgerente Operativa de Conservación y Gestión de Fauna del Ecoparque Interactivo de la Ciudad de Buenos Aires, Agostina Rossi Serra.
En total, fueron 12 los cardenales amarillos liberados en la misma actividad, y entre los que se encontraban los 4 pichones de “los mendocinos”. Fueron reinsertados en un campo de la Provincia de Buenos Aires y en un hábitat que no solo es el natural de esta especie, sino donde -además- hay prácticas ganaderas amigables con esta especie amenazada y protegida.
Aquellos cardenales que son criados en cautiverio son preparados -además- para la vida en la silvestría. Entre otras cosas, se los prepara -con aves rapaces entrenadas- para que puedan huir de sus predadores naturales. Y todos son liberados cuando ya han cumplido el primer año, aunque no en un mismo sitio, puesto que hay tres grandes zonas en las que habitan en Argentina, y se busca que su liberación sea en la localización a la que pertenecen genéticamente.
A través de la Dirección de Biodiversidad y Ecoparque del Ministerio de Energía y Ambiente, Mendoza participa de la ya mencionada Alianza para la Conservación del Cardenal Amarillo. Y lo hizo en este caso por medio de la participación en la cría en cautiverio y de la recuperación de ejemplares provenientes del tráfico.
EL APORTE DE MENDOZA EN LA CONSERVACIÓN DEL CARDENAL AMARILLO
En septiembre de 2021, Mendoza derivó al Ecoparque de la Ciudad de Buenos Aires 3 parejas de cardenales amarillos que estaban en el centro de rescate local. A partir de ese momento, los 6 ejemplares fueron sumados al plantel reproductivo con la intención de iniciar el proceso de cría de pichones en cautiverio.
Así fue como nacieron los 4 pichones, en febrero de 2022 la primera de ellas y entre octubre y diciembre del mismo año los otros 3, todas crías de las parejas derivadas desde Mendoza. Y si bien la primera de ellas era mayor y cumplió el primer año antes que sus hermanos -esa es la edad para reincorporarlos en su hábitat-, todos fueron liberados a comienzos de mayo pasado.
“El primero de los aspectos en que trabajamos es en el rescate de ejemplares. Y es que, en los decomisos, están las aves exóticas. Y siempre hay un cardenal”, agregó Rossi Serra, quien indicó que también hay personas que hacen entregas voluntarias y particulares de estas aves a quienes suelen tener como mascotas (algo que está prohibido).
Ya dentro del centro de rescate, cuando el cardenal amarillo llega, se lo evalúa para determinar si está sanitaria y comportamentalmente en condiciones de ser liberado. Si cumple con los requisitos y condiciones, se lo deja preparado para la liberación más próxima. Incluso, en caso de desconocer la procedencia del ejemplar, se hace un análisis genético para determinar donde debería ser la liberación. O, en caso de pasar al cuerpo de reproductores, conocer cómo reproducirlo.
“En Argentina hay tres grandes grupos en que se dividen los cardenales amarillos y según su localización: Litoral, Oeste (aquí entra Mendoza) y Sur”, agregó a su turno la integrante del área de conservación de Aves Argentinas y coordinadora de Proyecto Cardenal Amarilla, Rocío Lapido.
Antes de liberarlos -y en caso de que se concluya en que el ave está en condiciones de ser reinsertada en su hábitat-, se somete al cardenal amarillo a un entrenamiento para que logre huir de sus predadores naturales (aves rapaces). Y es que, justamente al haber sido víctimas del mascotismo o haber sido criados en cautiverio, no están preparados para esta amenaza natural.
Generalmente las liberaciones se hacen en primavera -adultos- y entre marzo y mayo -pichones-. Y a los cardenales liberados se les coloca radiotransmisores o dispositivos geo satelitales para poder seguir sus movimientos y comportamientos, que se suman al sistema de anillado en sus patas para poder identificarlos.
REPRODUCTORES EN CAUTIVERIO
Claro que no todo cardenal amarillo rescatado del mascotismo está listo para ser liberado. De hecho, hay ejemplares que ni siquiera con todo el proceso de rehabilitación quedan aptos para volver a la naturaleza. Y es con ellos con quienes se trabaja en la segunda pata del trabajo que viene realizando la Alianza: la reproducción en cautiverio.
Es lo que pasó, por ejemplo, con las 3 hembras y los 3 machos derivados al Ecoparque de CABA desde Mendoza.
“Si no pueden ser liberados, vemos la posibilidad de sumarlos al plantel reproductor. Hoy tenemos 6 parejas reproductoras en total, que no tienen posibilidades de sobrevivir en la naturaleza. Entonces recurrimos a ellos para generar nuevos individuos y poder liberarlos, siempre habiendo los pichones pasado las pruebas y testeos”, agrega Rossi Serra.
LOS PELIGROS DEL MASCOTISMO
Pese a que está prohibida por ley la tenencia de cardenal amarillo como mascota, es una de las aves que con mayor frecuencia se decomisan en operativos de caza, tráfico y comercio ilegal de fauna.
“Es muy vistoso y, además, es un ave canora y que tiene un canto muy lindo. Entonces aquí el principal problema para su conservación no es solo la modificación del hábitat, sino que se suma el mascotismo”, explicó la subgerente Operativa de Conservación y Gestión de Fauna del Ecoparque Interactivo de la Ciudad de Buenos Aires.
Además de Argentina, Brasil y Uruguay son los países con que se comparte la presencia de los cardenales amarillos. No obstante, tienen una presencia mucho menor (apenas entre 50 y 60 ejemplares en una pequeña reserva de Brasil y otros 300 en zonas puntuales de Uruguay).
“Desde 2017 se está trabajando en evaluar cómo debe ser la liberación, en el trabajo ex situ y en qué se necesita para que el regreso a la naturaleza de los cardenales rescatados sea exitoso”, agregó la coordinadora del Programa Cardenal Amarillo de Aves Argentinas, Rocío Lapido.
“La meta final es sacar al cardenal amarillo de la extinción. Y el tráfico de fauna es una de las principales amenazas. Por eso es muy importante el trabajo que se está haciendo desde las áreas de Fauna de provincias como Mendoza, Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Río Negro”, concluyó Lapido, de Aves Argentinas.