Guillermo Sandez es parte del cuartel de bomberos voluntarios de Luján de Cuyo, hace más de cinco años decidió sumarse y estar al servicio de los demás. Resalta los valores y la valentía de esta noble vocación.
Es que los valores, el compañerismo y la satisfacción de ayudar a los demás fue lo que llevó a Guillermo a ser parte del grupo. Es licenciado en administración de empresas, y tiene un negocio familiar, una vinoteca, trabajo que combina con su labor como servidor público.
Ser bombero voluntario no es una tarea fácil, requiere de valor y vocación, y tal cual lo define su término se hace de manera voluntaria, ya que no es una tarea remunerada, por lo que todos los integrantes del cuartel tienen un trabajo paralelo.
“Hace 5 años soy voluntario, a los 21 años ingresé, tenía amigos que ya eran bomberos, y los admiraba mucho, las historias que contaban y los valores que tenían como personas. Un día decidí acercarme a la academia, me inscribí y empezó otro mundo para mí, es un viaje de ida, es realmente apasionante. El trabajo de bombero es voluntario, y tanto mis compañeros como yo tenemos otro trabajo, el que nos aporta la parte monetaria”, relató Guillermo.
Para poder estar al servicio de la comunidad y desempeñarse como servidor, Guillermo tuvo que formarse en una institución, en la cual tuvo que cursar y rendir distintas materias teóricas y prácticas como rescate vehicular, incendios forestales, incendios estructurales, etc. “Una vez que te recibís, después dentro de la institución podés seguir distintas líneas, pero las grandes ramas son incendio y rescate”, explicó.
La academia es gratuita, tiene algunos requisitos de inscripción como certificado de buena conducta o tener domicilio dentro del distrito para el cual se va a trabajar, entre otros. El curso suele durar entre un año, y un año y medio, dependiendo de la camada con la que se trabaje.
En el cuartel, la principal tarea que tienen trabajar sobre dos grandes ramas, una es incendio y la otra es rescate. Se trabaja a través de guardias que van rotando de día. “Por lo general tenemos asignada una guardia, un día de la semana. Son 6 guardias, divididas en 6 grupos. De todas maneras, siempre repetimos y vamos a más de una. Ser bombero es estar en compromiso constante las 24 horas. Porque por más que no estemos en el cuartel, estemos con la familia, con amigos o en cualquier otra situación, cuando suena la sirena, o nos requieran por radio, estamos ahí presentes siempre”, explica el joven.
Como integrante del cuartel, Guillermo asegura que deben representar a la institución las 24 horas del día, los 365 días del año. Es un compromiso permanente más allá del día de guardia, ya que se consideran bomberos dentro y fuera del cuartel. “Las guardias son de 24 horas, pero al ser voluntarias y al tener otros trabajos, por lo general vamos adaptando los horarios. Entre todos nos vamos cubriendo para poder cumplir con el cuartel y con nuestras otras responsabilidades”, señaló.
Más adelante explica que a pesar de que la tarea no es remunerativa y " no hay una exigencia horaria, sí tenemos un sistema de puntajes y recompensas como factor motivacional, pero lo que nos empuja día a día, sin dudas, es la vocación. La volvería a elegir una y mil veces más. No le tengo miedo, si respeto. Dentro del curso y la de la institución, se encargan de prepararnos para tener la cabeza fría ante situaciones críticas”, se sinceró Guillermo.
Sin embargo, Sandez aclara que hay momentos difíciles, que cuestan enfrentar, sobre todo en las situaciones en las que se ven involucrados menores de edad, “son sin duda de las situaciones que a todos nos conmueven”. En contrapunto remarca que lo más lindo de ser bombero son los valores que se adquieren en la institución, la gente que forma parte, y la satisfacción de ayudar a los demás, sin que importe quién sea, ni cómo, ni dónde, ni a qué hora”.
“Agradezco a mis compañeros, los considero hermanos, estamos para todos, no solo como bomberos, sino fuera del cuartel siempre. Y claro a mi familia por su apoyo, Estoy sumamente agradecido por los valores que me han dado. La predisposición y el servicio a los demás, es parte de los valores que nos inculcan a cada uno en nuestras casas. A ellos les encanta que sea bombero”. stamos ahí presentes siempre”, contó Sandez.
Como integrante del cuartel, Guillermo aseguró que el trabajo de bombero es representar una institución las 24 horas del día, los 365 días del año. Es un compromiso permanente más allá del día de guardia, ya que son bomberos dentro y fuera del cuartel. “Las guardias son de 24 horas, pero al ser voluntarias y al tener otros trabajos, porque no recibimos un sueldo, por lo general vamos adaptando los horarios. Entre todos nos vamos cubriendo para poder cumplir con el cuartel y con nuestras otras responsabilidades”, señaló.
“No es remunerativo, no hay una exigencia horaria, pero sí un sistema de puntajes y recompensas como factor motivacional, pero lo que nos empuja día a día, sin dudas, es la vocación. Lo volvería a elegir una y mil veces más. No le tengo miedo, si respeto. Dentro del curso y la de la institución, se encargan de prepararnos para tener la cabeza fría ante situaciones críticas”, se sinceró Guillermo.
Sin embargo, Sandez destacó que hay momentos difíciles, que cuestan enfrentar, sobre todo en las situaciones en las que se ven involucrados menores de edad, “son sin duda de las situaciones que a todos nos conmueven”. En contrapunto remarca que lo más lindo de ser bombero son los valores que se adquieren en la institución, la gente que forma parte, y la satisfacción de ayudar a los demás, sin que importe quién sea, ni cómo, ni dónde, ni a qué hora.
“Agradezco a mis compañeros, los considero hermanos, estamos para todos, no solo como bomberos, sino fuera del cuartel siempre. Y claro a mi familia por su apoyo, Estoy sumamente agradecido por los valores que me han dado. La predisposición y el servicio a los demás, es parte de los valores que nos inculcan a cada uno en nuestras casas. A ellos les encanta que sea bombero”, cerró Guillermo.