Con sus defensores y detractores, querido y cuestionado; el periodista Mauro Viale (73) marcó una época. O varias. Su fallecimiento, confirmado el domingo por la noche, causó una gran consternación; y políticos, colegas y hasta el mismísimo presidente de la Nación, Alberto Fernández, le dedicaron sentidas palabras en las redes sociales. El domingo 11 de abril por la noche no se habló de otra cosa, ni en los programas de TV (muchos de ellos dedicados a la coyuntura política en esa franja horaria de domingo) ni en las redes. Y los recuerdos -inevitables en estos momentos- permitieron que los argentinos viajaran (viajemos) a tres hitos especiales.
El primero de ellos fue el del Mauro Viale periodista deportivo, aquel que se convirtió en un referente en la época; y su latiguillo: “-¿Quién mueve? -Muevo yo, Mauro” antes del comienzo de las transmisiones de los partidos perdurará por siempre en la memoria de los futboleros; y de los no tan futboleros también. Otro de esos momentos imborrables en nuestra colección de episodios memorables (y memeables) y que no tardó en viralizarse durante la noche del domingo, es la inolvidable pelea en vivo y en un estudio de TV (el hábitat natural de Viale) entre Mauro y el empresario de la carne, Alberto Samid. Tras un picante cruce verbal, en el que Samid se refirió de forma despectiva y con términos antisemitas a Viale; el periodista y conductor le dijo al aire que él (por Samid) había apoyado el Atentado a la AMIA (1994). El desenlace de ese episodio dio vueltas alrededor del mundo entero, con los dos hombres trenzados en una pelea en la que intercambiaron golpes de puño; y que derivó con Mauro caído al piso. Entre tantos componentes llamativos de esa pelea, sobresale también el hombre mayor que se desempeñaba como portero en el estudio del canal; y quien aprovechó cuando Viale estaba en el piso y le dio un puntapié.
Pero entre el Mauro que se convirtió en un ícono de las transmisiones deportivas y el de la pelea a las piñas con Samid (por mencionar solo dos de los episodios que quedarán grabados por siempre en nuestras memorias), el país conoció a la versión de Mauro que marcó una época. Fue en los ’90, primero en la pantalla de ATC (actual TV Pública) y luego en América TV; con un ciclo que lideraba en cuanto audiencia el mediodía televisivo de todo el país. Y que, quienes entienden del tema y las mediciones, aseguran que en la TV actual el programa rondaría los 50 puntos de rating.
“Mediodía con Mauro” era el nombre del programa; y su cobertura más resonante fue la del mediático Caso Coppola; que estalló públicamente en octubre de 1996. En cuanto al caso judicial propiamente dicho, involucró al ex representante de Diego Maradona; Guillermo Coppola y a las circunstancias en que hallaron cocaína en el interior de su departamento. A partir de este caso y las novedades que se fueron sucediendo a diario, “Mediodía con Mauro” encontró la columna vertebral de su programa; y todas las noticias públicas de la causa se conocían a diario por la entrega televisiva, que combinaba lo periodístico con el formato de talk show; y que contaba con las involucradas y los involucrados en vivo y en el estudio. Y ese estilo de peleas en vivo (verbales y hasta a los golpes, por momento) marcó un camino por el que la actualidad televisiva aún transita.
La droga había sido hallada por efectivos policiales en el interior de un jarrón -que Coppola tenía en su inmueble-, y ese fue el punto de partida de la causa: y “el jarrón de Coppola” se convirtió en el protagonista y tesoro más preciado de la actualidad noticiosa de la época. El empresario de la noche y ex representante de Maradona, en tanto, pasó 97 días detenido. Y aunque en junio de 1997 Coppola fue absuelto y se determinó que la causa había sido “armada”, los y las protagonistas del Caso Coppola tuvieron una exposición diaria y una vertiginosa fama en el prime time de la TV argentina.
Las protagonistas
Las por entonces jóvenes Samantha Farjat y Julieta Lavalle -dos de las mujeres que, de acuerdo a la causa, habían estado tenido participación en la descontrolada noche en el departamento de Coppola- se convirtieron en las protagonistas centrales del Caso Coppola, y del mediodía televisivo.
Entre las jóvenes era común que se sucedieran las peleas, que terminaban con golpes y agarrones de cabello; y con el propio Mauro intentando separar a las participantes.
El Caso Coppola y la música
El de Samantha pasó a ser el rostro más visto en la TV argentina. Por sus apariciones en “Mediodías con Mauro”; y también por aquellos programas que suelen refritar lo más visto de la TV para sus propios contenidos. Y el nombre de Samantha también se convirtió en el título de uno de los hits del (in)olvidable y bizarro Machito Ponce, todo en 1996.
El día en que Maradona llevó pizza
Aunque el Caso Coppola fue lo que marcó el antes y el después de “Mediodía con Mauro”, el programa dejó otros grandes momentos para el siempre infinito archivo audiovisual. Uno de ellos fue en 1997, cuando Diego Armando Maradona ya había regresado a Boca. Por aquel entonces, el 10 no era una “figurita fácil” de conseguir para entrevistar, pero Viale lo consiguió. Y el momento se convirtió en memorable.
En un estudio repleto, Maradona visitó a Viale; mientras que varias porciones de pizza pasaban de mano en mano detrás de cámara. Cuando le llegó al Diego, Viale intentó frenar el intento. “No puede comer porque tiene que jugar el domingo”. Pero, fiel a su estilo, Maradona retrucó y avisó que sí podía comer.
A partir de ese momento, las porciones de pizzas se multiplicaron y no solo tuvieron como destinatario al ex capitán de la Selección Argentina; sino a todos los presentes en el concurrido estudio. Y entre quienes recibieron una porción en sus manos (todo en vivo y con la cámara encendida), por supuesto que no faltó un viejo conocido de la casa: Guillermo Coppola.