Medicina ortomolecular: 10 tips antiage con cambios de hábitos que no cuestan un centavo

La mendocina Alejandra González es especialista en Medicina ortomolecular y del Antienvejecimiento. Desde España brinda las recomendaciones para renovar las células y retrasar el envejecimiento.

Medicina ortomolecular: 10 tips antiage con cambios de hábitos que no cuestan un centavo
Moria Casan fue una de las que promocionó los beneficios de la medicina ortomolecular.

Moria Casán le dio popularidad hace varios años cuando confesó cómo se mantenía “linda, joven y vital”. Y así, famosas e ignotas siguieron sus pasos. Hoy, la medicina ortomolecular que recomendaba la vedette y empresaria en ese entonces ya no se cuestiona y se entiende como parte de la medicina preventiva. Es decir, busca la renovación celular y, por ende, retrasar el envejecimiento.

Sin embargo, pareciera que mantenerse jóvenes y tersos es solo una moda de ricos y famosos. Pero no; no hace falta ser rico ni famoso para ayudar a nuestro organismo a renovar sus células y poder seguir cumpliendo años con menos achaques que nuestros padres o abuelos. Así lo afirma la neumonóloga mendocina Alejandra González, especialista en Medicina ortomolecular y del Antienvejecimiento.

De hecho, la médica se interesó en esta rama de la medicina “para brindar una atención integral” a sus pacientes. “Quería que ellos fueran protagonistas de su atención clínica y que se hicieran cargo de implementar hábitos saludables para evitar la enfermedad y no llegar al consultorio cuando ya la padecían”, explica a Los Andes.

Es que la medicina “antiage” es, sobre todo, preventiva, ya que busca retrasar los signos del envejecimiento celular a partir de hábitos saludables. Siempre la búsqueda es “reestablecer el equilibrio bioquímico a partir de vitaminas, antioxidantes y olivo alimentos”, según define la experta, actualmente radicada en España.

“En estos tiempos hay más estrés, entonces se genera un aumento de radicales libres, que son átomos muy reactivos, como la contaminación, la mala alimentación, el mal sueño. Todos dañan la célula, tanto la proteína que la constituye como su ADN”, indica González que tiene su cuenta de Instagram @vivirsinenvejecer.

Si bien hay suplementos vitamínicos y minerales que complementan el cuidado de una alimentación ortomolecular, ya sea de forma oral o endovenosa (drips), el desafío planteado a González es cómo poder regenerar nuestras células sin gastar ni un centavo, ya sea en centros médicos o estéticos.

Según González, el equilibrio y el bienestar emocional son “grandes antioxidantes”, más allá de la alimentación. Por lo tanto, la medicina ortomolecular pueda estar al alcance de todos, y las enfermedades, cada vez más lejos.

La neumonóloga mendocina Alejandra González es especialista en Medicina ortomolecular y del Antienvejecimiento.
La neumonóloga mendocina Alejandra González es especialista en Medicina ortomolecular y del Antienvejecimiento.

A continuación, diez tips “antiage” con cambios de hábitos que “no requieren gasto extra ni son fundamentalistas”, según la especialista.

  • Alimentación. “Tener una buena alimentación se basa en una alimentación real, es que sea baja en hidratos de carbono (pan, azúcar refinada, edulcorante, colorante, ultra procesados) y alta en grasas buenas (aceite de oliva, carne, huevo y ensaladas de legumbres y vegetales diversas). El pan integral es medio un mito, solo tiene más fibras, pero lo recomendable es no consumir. El que puede, que consuma harina de coco o de almendras. Antes se hablaba de seis comidas diarias”, detalla.

Con el nuevo paradigma alimenticio ahora, menos raciones al día es mejor. A la hora de recomendar una suplementación básica, “por la vorágine de vida que llevamos todos en estos tiempos”, puede ser: Vitamina C, vitamina D, Magnesio y Omega 3. Sin embargo, advierte que, antes de comprar en farmacia sin conocimiento previo, lo ideal es “hacer un preparado magistral con receta médica y adecuar la dosis que consumamos a nuestro organismo”.

  • Ayuno intermitente. “Que pasen por lo menos 12 horas entre la última comida de la noche y la primera de la mañana es lo recomendable; lo puede hacer cualquier persona y no tiene ningún efecto secundario, todo lo contrario, ya que el cuerpo logra desintoxicarse. Y con 16 horas de ayuno el cuerpo rejuvenece, aunque en ese caso debe estar supervisado por un médico”.

“Con un ayuno de 16 horas el cuerpo empieza a utilizar las grasas como sustancia energética. Esos ácidos, cuerpos cetónicos, tienen una función antioxidante y neutralizan los radicales libres. El ayuno hace que se aumente el número de mitocondrias (la organela de cada célula), por tanto, se aumenta la respiración celular porque aumenta el número de mitocondrias. Además, estimula el crecimiento y la formación de nuevas neuronas y eso ayuda a prevenir el Alzheimer y la demencia)”, explica González.

  • Buena hidratación. “Tomar entre 2 y 3 litros de agua al día es lo ideal. No me refiero al té ni al mate ni al café. Para personas con mucha actividad física beber agua de mar. Viene una solución hipertónica o salada que se disuelve en agua de filtro. Tiene muchas sales minerales y suplementamos minerales. Las bebidas con azúcar o edulcorantes con colorante, conservantes, no son antiage porque tienen aceite de maíz, colorantes y conservantes.

En cuanto al consumo de alcohol hay que evitar su consumo diario. El alcohol llega al cerebro y, por ende, al cuerpo. Muchas sustancias que no necesitamos están en el alcohol, incluso el vino tinto porque, si bien tiene es una sustancia antioxidante (resveratrol) es muy pequeña la dosis que se ingiere de ahí. No es un alimento. Claro que un fin de semana o en una ocasión especial siempre está bien darse un gusto”, aclara la experta en medicina antienvejecimiento.

  • Descanso. “Las 8 horas de sueño reparador son fundamentales en una persona adulta. Y digo reparador porque como neumonóloga tengo pacientes que no descansan bien por la noche a causa de apneas y se despiertan a mitad de la noche. Se levantan cansados, con mucha hambre y su metabolismo tiende a funcionar mal. Si se duermen 8 horas y bien, los tejidos se oxigenan y hay una mayor regeneración celular de colágeno y la elastina, se estimula el drenaje y mejora la circulación”, argumenta González

La especialista recomienda algunas acciones “antiage” básicas como no acostarse con el teléfono celular, no hacer gimnasia intensa poco antes de dormir, no comer pesado antes de dormir, cuidar que nuestra habitación tenga temperatura templada, poca luz para leer un libro y luego oscuridad total.

  • Ejercicio físico. No es nuevo en la recomendación, pero González asegura que es “fundamental” para retrasar el envejecimiento, sobre todo, el hecho de incorporar de fuerza muscular a cualquier edad.

“Ponerle fuerza al cuerpo. Si activamos al músculo éste libera mediadores para activar el hígado, la grasa y el hueso. En definitiva, ayuda al metabolismo a funcionar bien. El ejercicio mejora el aspecto de la piel porque aumenta la oxigenación; aumenta la cantidad de mitocondrias; previene el desarrollo de osteoporosis; fomenta el aumento de neuronas y mejora el sistema inmunológico. Además de que aumenta la endorfina y serotonina, hormonas que actúan a nivel cerebral produciendo bienestar y eso es antiage”, asegura la médica, quien aboga por hacer “el ejercicio físico que les guste hacer a diario, o dos o tres veces por semana y conectarse con el cuerpo y con el ejercicio”.

  • Grounding. Si hablamos de hábitos totalmente gratuitos y que son sinónimo de antienvejecimiento para González, uno de ellos es el contacto con la naturaleza, con la tierra, con el pasto, con la arena. Dice la especialista que este tipo de contacto “genera un campo electromagnético que influye neutralizando los radicales libres: reduce el estrés, la ansiedad y alivia el dolor. Además, mejora el ritmo cardíaco y la circulación”.
  • Exposición a la luz solar. “Con 15 minutos que estemos expuestos a la luz solar activa la vitamina D para que se aumente la producción y fijación del calcio. Por ende, fortalece nuestros huesos. Hay que evitar el sol en horarios donde está muy fuerte y en ese sentido el sol de invierno pega menos. La protección solar es buena y recomendable, pero si nos exponemos pocos minutos a un horario menos agresivo yo lo recomiendo porque la vitamina D penetra la piel. Eso no quiere decir que no hay que usar protección, ya que nos protege del cáncer de piel. Solo hablo de unos minutos y en horarios permitidos”, aclara.
  • Relaciones sociales interpersonales. La idea de estar en contacto y vincularse afectivamente con otras personas es, sin duda, un hábito “antiage”.

Socializar tiene un gran componente antiestrés, te divertís, estás activo. Les llamamos ´Personas vitamina´ a aquellas que nos ayudan a estar mejor. La no sociabilización está relacionado a la depresión. Es una de los principales pilares de vida y la pandemia demostró cómo afectó la salud mental y física el aislamiento. Se ha investigado que en los pueblos longevos se vive en comunidades o pertenecen a algún grupo. Hay que relacionarse”, receta González.

  • Meditación. “Es fundamental aprender a respirar y a meditar. Dejar descansar la mente. Eso hace que baje el nivel de cortisol que es la hormona del estrés, uno de los grandes oxidantes de esta época, ya que altera la función cerebral. Uno puede meditar en cualquier lado o momento. En mi caso, salgo a caminar un rato y medito en ese momento. Otros prefieren hacerlo 15 minutos antes de acostarse”, recomienda la neumonóloga.
  • Mente activa. Estudiar idioma, aprender algo nuevo, leer, escribir o realizar manualidades de algún tipo también son grandes “antioxidantes” porque lo que hace es disminuir el nivel de cortisol en el cuerpo y genera neurotransmisores lo que evita enfermedades neurodegenerativas.

Según González, además, al disminuir la hormona del estrés “mejoramos la memoria y, por ende, la capacidad de aprendizaje. El cortisol genera un efecto nocivo en los neurotransmisores. Para decirlo en criollo: el estrés mata neuronas”.

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