Los índices de pobreza en el país y en Mendoza, que se aceleran a pasos agigantados, representan apenas uno de los coletazos de esta cuarentena que dejó a miles de familias fuera del sistema.
Desde Cáritas Mendoza, el padre Mauricio Haddad, vicepresidente de la institución, se refirió a otros flagelos que agravan el cuadro social, como el incremento de casos de adicción, abandono de personas, violencia familiar y extorsión económica.
-¿Qué situaciones se observan a diario?
-La pobreza está instalada, pero existen otras cuestiones muy complejas, como las adicciones y sus consecuencias en la salud. También algo impensado, el abandono de las madres hacia sus hijos.
-¿Cómo se abordan estos casos?
-Es el aspecto más duro, pero que no debemos desconocerlo ni amedrentarnos. Es real, muchos dejan a sus hijos desamparados. También la mentira complica la atención.
-¿Es un momento bisagra para la asistencia parroquial?
-Sí. Debemos volcar nuestros mejores esfuerzos para salir de la pobreza crónica en la que estamos inmersos desde hace mucho tiempo. Necesitamos ayudar a encontrar una salida. Con mucha generosidad y apertura para escuchar al otro debemos buscar las mejores soluciones en favor de los más débiles. Todos somos necesarios para generar un cambio auténtico.
-Frente a tanto dolor ¿se observa una luz de esperanza?
-En muy buena medida encontramos deseos de ayudar, emprender, participar, tejer redes, asociarse y cambiar hacia una vida que refleje la dignidad que Dios nos da y de salir al encuentro y ocuparse de otro.
-¿Aflora la solidaridad en la comunidad?
-Claro que sí. Encontramos buenos vecinos, amigos, creyentes, colaboradores. Funciona como combustible para nuestra actividad, junto con la fe.
-¿Qué pide la gente en la iglesia?
- Atención. Trabajamos mucho en la recepción de las personas, la escucha, el vínculo y la confianza aunque no siempre encontramos la forma de superar los problemas con gente desesperada o herida. Por eso entendemos la importancia de mirar al otro, escucharlo, involucrarnos. A veces nos desborda.
-¿Cómo se responde?
-Juntos buscamos soluciones para lo que hoy no tenemos respuestas. Sin embargo, cuando nos ponemos a buscar se van abriendo puertas, van apareciendo colaboradores. Dios nos tira siempre un salvavidas.
-¿Qué ocupa hoy a Cáritas?
-Estamos trabajando con la Penitenciaría, retomando la capacitación de los liberados que se había suspendido por el distanciamiento social. Hay muchos interesados en este trabajo, empresarios, instituciones educativas, oficinas del Estado, jueces. Todos involucrados en encontrar soluciones estables al problema del desempleo de los privados de libertad y de liberados.
-¿Los voluntarios se siguen sumando?
-Afortunadamente sí. Hay un gran número de voluntarios bien dispuestos, de variadas edades y de distintas procedencias que buscan superar la indiferencia, el abandono, la exclusión social y la indigencia que en el lapso de este año hemos visto crecer hasta casi duplicarse.
-¿Cuál es su sensación íntima?
-Tengo sensaciones encontradas. Suelo desbordarme, me enferma la mentira, pero también me asombra la solidaridad.
-Como representante de Cáritas y de la Iglesia ¿avizora una salida?
-Soy creyente, creo en Dios y en la gente y a pesar del diagnóstico duro veo salidas, pero debemos ponernos de acuerdo y dedicar tiempo a las personas en situación de vulnerabilidad.
Colecta Anual
“En tiempos difíciles, compartamos más”
La Colecta Anual de Cáritas, que se realiza entre el 12 y el 19 de junio, tiene como finalidad distribuir la ayuda a todas las personas necesitadas.
“Invitamos a todos a confiar en Cáritas que despliega su labor en todo el país y también en Mendoza”, dijo el sacerdote Mauricio Haddad.
Las donaciones se pueden canalizar a través de la parroquia más cercana o en caritasmendoza.org.ar o en las redes sociales a nombre de Cáritas Mendoza.
Este año el lema será: “En tiempos difíciles compartamos más”, en el que se dio a conocer una cifra histórica de 3 millones de personas alcanzadas con ayuda material en todo el país a través de la institución.
En Mendoza, la colecta se extenderá por una semana –del sábado 12 hasta al sábado 19- y por segundo año consecutivo la institución basará su estrategia de recolección de fondos en las redes sociales y plataformas digitales de donación, de manera de equilibrar el tradicional formato presencial, afectado por las restricciones a la circulación producto de la pandemia de Covid-19.
Se mantendrán los tradicionales sobres y urnas para quienes deseen acercarse a las parroquias y colaborar de forma física.