Sólo durante los 13 días que han transcurrido de agosto, Mendoza sumó 1.300 casos confirmados de coronavirus y ya son más de 2.700 los contagiados desde el inicio de la pandemia. Al igual que en el país, las cifras de infectados han marcado sus récords diarios durante las últimas jornadas y la ministra de Salud, Ana María Nadal, destacó que probablemente se registren picos más altos en la provincia durante las próximas semanas.
Si bien en lo que se ha denominado como “clúster de salud”-aquellos confirmados que trabajan en el sistema sanitario provincial- se siguen sumando algunos casos, los propios profesionales reconocen que se está trabajando de forma más ordenada en los efectores, incluso llegando a cumplir los regímenes de 14 días de trabajo por 14 de descanso (o de siete por siete, dependiendo del establecimiento y el servicio).
Según confirmaron desde la Asociación Mendocina de Profesionales de la Salud (Ampros), ya son 117 los médicos confirmados con coronavirus desde el inicio de la pandemia. No obstante, agregaron que 66 de ellos ya están recuperados.
De hecho, prácticamente la totalidad de los profesionales de la salud recuperados también han retornado a sus puestos en la primera línea de fuego, poniéndole el hombro y su conocimiento a la situación y con los recaudos necesarios. “Después de cumplir con el aislamiento (la mayoría han sido casos leves) y cuando ya están recuperados, regresan a sus puestos de acuerdo a las posibilidades de los efectores. Comienzan a hacer algunas cirugías, vuelven a la atención de pacientes; cada uno vuelve a su sector”, destacó la secretaria general de Ampros, Isabel Del Pópolo.
Más allá de esta situación, la referente gremial destacó que aún resta para que se pueda hablar de una situación normalizada. Incluso destacó que no se ha avanzado demasiado con el pedido al Gobierno referido a que se testee a todos los trabajadores de la salud cuando van a comenzar sus turnos de trabajo.
“Hay profesionales que están siendo controlados, pero no todos. Si bien pedimos que se hagan controles principalmente a quienes están en sector Covid-19, también solicitamos que se hagan a todos los profesionales. Porque la atención primaria también atiende a todas las personas que llegan, y están expuestas. Quienes son positivos asintomáticos pueden quedarse aislados en su casa. En esos casos tiene que haber equipos que llamen y hagan el seguimiento”, destacó la médica y resaltó que los equipos de salud encargados de esos controles son el eslabón más importante.
“Los testeos no nos tienen que asustar. Vamos a convivir con el virus por mucho tiempo, eso es lo que hay que entender. Una de las enseñanzas que nos tiene que dejar la pandemia es que las medidas de higiene vamos a tener que adoptarlas permanentemente”, sintetizó Del Pópolo.
Médica recuperada donó plasma
Transcurrían los últimos días de junio cuando Luciana (27), quien se desempeña como residente de Clínica Médica en un importante hospital de la provincia, evidenció algunos de los síntomas que desde mediados de marzo han pasado a ser considerados sospechosos. “Tenía dolor de cabeza y una noche casi ni pude dormir por la fiebre, que son dos de los síntomas más comunes. En una de las unidades centinelas del hospital pedí que me hicieran el hisopado y me mandaron a mi casa a estar en aislamiento mientras esperaba los resultados. Y el 1 de julio me confirmaron que era positivo en Covid-19”, recordó con timidez la joven en la sede del Centro Regional de Hemoterapia. Allí se acercó durante la mañana de ayer para donar plasma y ayudar a otros pacientes que están cursando la enfermedad.
Luciana (quien prefirió que no se publique su apellido) se desenvuelve profesionalmente en la primera línea de la atención de salud, por lo que está al tanto de lo importante que es la donación de plasma y de lo que esta sustancia significa en aquellas personas que están contagiadas. “Más allá de que la evidencia científica no es de 100% todavía, en el plasma de los que estamos recuperados hay anticuerpos que podrían beneficiar a quienes están cursando la enfermedad. Y esa fue mi motivación para decidirme a donar: saber que se puede ayudar en la convalecencia de un paciente que está grave”, describió la residente en diálogo con Los Andes.
Ella se reincorporó a sus funciones poco más de dos semanas después de haber sido confirmada y luego de que varios testeos arrojaran resultados negativos sobre la presencia de la enfermedad. “Me siento bien después de haber donado, la verdad. Creí que iba a ser un poco más traumático”, se sinceró.
La joven vive en Maipú con su familia y aunque reconoce que tiene algunos pasatiempos (“como cualquier persona”, agrega), confiesa que por estos días el cumplir su residencia hospitalaria le está quitando todo el tiempo y la deja casi sin energías.
Luego de evidenciar los primeros síntomas y de que a principios de julio le confirmaran que tenía coronavirus, quedó aislada. “A mí me internaron en el hospital Central y a mi novio y a mi hermana, que tenían síntomas también, los derivaron a una clínica privada. En mi caso, pasé 13 días en una sala con síntomas leves y estuve después unos cinco días más en mi casa, ya en la etapa final. Cuando no tuve más síntomas, me hicieron hisopados. Y como dieron negativos, me reincorporé a la residencia”, sintetizó la joven.
La profesional destacó que durante las últimas semanas se han optimizado todas las medidas de seguridad; así como los recaudos. “Es importante saber que uno tiene los anticuerpos ya, pero eso no implica bajo ningún punto de vista relajarse y descuidarse”, advirtió.
Un trámite
“El procedimiento para donar plasma es muy parecido al de donar sangre, aunque se demora un poquito más. Porque te sacan la sangre, extraen el plasma, y luego devuelven el resto”, resumió la médica sobre el procedimiento del que participó ayer. “A lo sumo, puede llegar a doler un poquito el pinchazo pero no es nada. Hay que animarse”, destacó con entusiasmo.
Para el cierre, Luciana se animó a dejar un mensaje a aquellas personas que se hayan recuperado de coronavirus y todavía no se hayan presentado a donar plasma. “No hay que tenerle tanto miedo y entender que es algo que puede ayudar a otras personas. Hay gente que ha quedado con algo de fatiga después de donar, que es una mínima secuela, pero a mí no me quedó nada. Ahora que uno sabe que tiene anticuerpos. Ahora con más recaudos que antes”, concluyó.