Martina Funes nunca pensó que narrar sus vivencias, recuerdos y costumbres de los años de su niñez, o retratar a su populosa familia y sus características, iba a generar tanta repercusión. Pero así fue: cuando, asediada por el encierro de la pandemia, se le ocurrió poner por escrito en sus redes los recuerdos y anécdotas de infancia, la repercusión de los lectores la tomó por sorpresa. Y, así, pudo comprobar algo que suele decirse más de una vez, y es que las cuestiones personales son capaces de retratar lo universal. No por nada, muchos de esos escritos se convirtieron en un libro, titulado Un hilo invisible, que se publicó el año pasado.
Ahora, esta licenciada en Comunicación Social y docente de la UNCuyo, que se dedica principalmente a la comunicación institucional, tendrá la oportunidad de mostrar esos textos, esas reflexiones y esas vivencias en Los Andes.
Desde este domingo, y con una frecuencia quincenal, Martina Funes les hablará a los lectores de este diario y compartirá con ellos algunas de esas cuestiones vitales que, seguramente, encontrarán un eco en las que ellos mismos vivieron.
–¿Cómo definís a los textos que formarán parte de tus columnas para Los Andes y cómo nacieron?
–Son textos por momentos narrativos, en algunos otros más reflexivos, en los cuales el acento está puesto no tanto en lo que ocurre, sino en la mirada sobre lo que ocurre. Se intenta hacer una descripción costumbrista de la mendocinidad, de cierto estrato cultural al que yo pertenezco. Están allí mis vivencias de infancia y adolescencia, algo sobre la primera juventud y la época de la facultad también. Pero giran sobre todo en torno a mi familia, a la que yo denomino “mi tribu”, en especial mi familia materna, muy numerosa, de 9 hijos y 20 nietos. Comencé con esto en la época de mayor aislamiento de la pandemia y me ayudó a refugiarme del miedo que daba el coronavirus en esos momentos.
–¿Qué podés decir acerca de la repercusión que tuvieron esos textos que continuarás ofreciendo en Los Andes?
–Yo soy la primera sorprendida. Nunca había escrito algo como esto. Aunque tengo formación periodística, me he dedicado a la comunicación institucional. Yo sentía que no tenía nada para decir. Pero solía reflexionar en conversaciones de WhatsApp con una amiga, María Ana Barroso, y ella fue la que me dijo un día: “Por qué no dejás de escribir noticias y escribís sobre esto, que te sale mejor”. Así que hice la prueba. Los empecé a mostrar en las redes y el resultado fue sorprendente. Creí que era muy individual, y resultó ser más universal de lo que yo creía.
–Tan universal que conformaron un libro y ahora los que sigás escribiendo aparecerán en un diario de alcance masivo…
–En cuanto al libro, Un hilo invisible, es cierto. Y ya se agotó casi la tirada de lo que se editó en agosto de 2022, por El Jagüel. En cuanto a lo otro, espero estar a la altura de Los Andes con mis textos. Por eso estoy agradecida de que confíen en mí.
Autodescripción
Martina Funes ensayó esta presentación de sí misma para que la conociéramos.
Nació en Mendoza, una accidentada y fresca madrugada de primavera, cuando las incubadoras eran un objeto exótico difícil de encontrar. Superó las adversidades que enfrentan los prematuros y fue la primera sobrina y nieta de una extensa familia que la acunó como a una de las estrellas de esa Tribu de 9 hijos y 20 nietos que tuvieron sus abuelos maternos.
Transitó la infancia entre aventuras que emprendió con su hermano menor y sus primos, con quienes luchaban contra el tedio y la obligación de hacer silencio en las siestas de Mendoza.
Cursó la secundaria en uno de los míticos colegios de la Universidad Nacional de Cuyo, el Universitario Central, que teje entre sus estudiantes y egresados un lazo eterno y una nostalgia que se niega a abandonar sus memorias.
Es Licenciada en Comunicación Social. Hace principalmente comunicación institucional para diferentes organizaciones y trabaja como docente en la UNCuyo. Es lectora, cinéfila, más o menos tenista y casi siempre está despeinada.
En Twitter es @FunesMartina