16 de febrero de 2025 - 00:00

María Eugenia Romá, de la TV mendocina a fabricar sus propias joyas: "Me siento en una travesía"

Con su particular estilo y carisma, dejó su huella en los noticieros de la televisión mendocina y en la radio. Alejada de los medios, hace 9 años descubrió su nueva pasión y a la que dedica su vida: fabricar joyas.

Durante 18 años, la de María Eugenia Romá fue una de las caras más visibles y reconocidas de la televisión mendocina. Con su particular y distintivo estilo, la periodista fue la conductora de los noticieros de Canal 7. También en el Multimedio, donde pasó 23 años de su vida, trabajó en el área de edición y hasta condujo un programa en la mañana de radio Nihuil durante cuatro años.

Sin embargo, la nueva vida de Eugenia (50) la encuentra en otro plano, una nueva vida completamente distinta y alejada de los medios de comunicación, y disfrutando de una pasión que descubrió hace poco casi una década: la orfebrería.

"Yo me defino como joyera contemporánea. Estudio orfebrería desde hace 9 años, y empecé en ello, incluso, antes de irme de los medios. Nunca he dejado una cosa sin tener algo listo o encaminado", se sincera con esa misma simpatía y carisma con que los mendocinos la recuerdan delante de una cámara.

En su taller de Vistalba, ubicado en el mismo predio donde vive con su familia -en una zona rural y con algunos zorritos habitués que merodean a diario por el jardín-, Eugenia pasa horas y horas fabricando sus propias joyas de autor (Eugenia Romá Joyas).

Instagram y el workshop ubicado en el mismo taller son la principal vidriera de su nuevo trabajo -y pasión- Y ella misma tiene registrado -en una app especial- que ha fabricado y vendido más de 1.000 joyas de su autoría ya. A ello se suma su colección de 1.300 piedras de todo el mundo.

María Eugenia Romá
María Eugenia Romá dejó los medios y se dedica a la orfebrería. Foto: Daniel Caballero / Los Andes

María Eugenia Romá dejó los medios y se dedica a la orfebrería. Foto: Daniel Caballero / Los Andes

"A veces la gente me dice que admiran el salto que me animé a dar para pasar de los medios de comunicación a la orfebrería, a esta nueva vida. Pero, te soy sincera, yo no lo siento como un simple salto, la imagen del salto es una simplificación muy peligrosa. Es toda una travesía, y que aún hoy estoy disfrutando y viviendo", resume Eugenia.

Marcelo -esposo- y sus dos hijos: Iván (19) y Gema (16) son esa compañía que Eugenia siempre encuentra a su lado, ese equipo que va con ella hasta el final.

"Nombré Gema a mi hija antes de incursionar en joyería", aclara, entre risas. "Viví mucho tiempo en España y es un nombre muy común, y que a mí siempre me gustó", acota.

De los medios a pasarla "joya"

En septiembre de 2017, tras poco más de cuatro años en la radio -el mismo tiempo que llevaba desde que dejó de salir frente a la cámara del noticiero-, María Eugenia Romá se fue de los medios de comunicación. Acordó un retiro desde lo económico, y ello lo invirtió en capacitarse y estudiar orfebrería, viajando a Buenos Aires y a Chile.

Aquella vida que María Eugenia Romá había comenzado a sus jóvenes 20 años, cuando se animó a presentarse para un casting de televisión y quedó seleccionada, comenzaba a quedar atrás.

- ¿Hubo un por qué en el momento de dejar los medios y pasar a la orfebrería?

- A los 40 años me entró una crisis personal y que involucró lo profesional. Se agudizó entre los 41 y 42 años y, en ese momento, mi psicóloga me dijo que era normal que entre los 40 y los 65 las personas se cuestionen si quieren seguir haciendo lo que hacen, ya sea en el trabajo, la pareja o la familia.

La muerte de mi mamá, hace 9 años, fue un gran catalizador también y me hizo preguntarme a mí misma qué estaba esperando. Yo ya venía necesitando cambiar esa rutina cada vez más asfixiante de los medios y en un ambiente que daba cada vez menos gratificaciones.

Pero me fui muy bien, siempre me sentí muy bien tratada y con el mensaje de que podía volver cuando quisiera.

María Eugenia Romá
María Eugenia Romá dejó los medios y se dedica a la orfebrería. Foto: Daniel Caballero / Los Andes

María Eugenia Romá dejó los medios y se dedica a la orfebrería. Foto: Daniel Caballero / Los Andes

- ¿Y cómo se despertó en voz la pasión por la orfebrería?

- Cuando me fui, ya llevaba 2 años haciendo joyería. Y tomé la decisión pensando que realmente me podía dedicar a otra cosa, pero no lo sabía todavía. Siempre me gustó el diseño, hacer mi propia ropa, pero como algo menor. Me hacía sentir bien conmigo misma, pero me sentía más cómoda en el trabajo intelectual que en el trabajo artesanal.

Sentía que había logrado ciertas cosas que me ponían en un lugar privilegiado, y que era una locura dejarlo. Dejaba 23 años de relación de dependencia, tiempo que -además- había aprovechado para hacer maestrías. Tenía la idea de que siempre iba a seguir en los medios de comunicación.

- ¿Fue difícil la transición y adaptación a la nueva vida?

- Desde los 19 trabajo y tengo mis ingresos. Fue preceptora dos años y, con lo que ganaba, me pagaba la facultad, por lo que en ese primer año después de irme los medios tuve mucho miedo. Esos primeros 4 meses casi no dormía por la noche.

Sentía que había cumplido un ciclo en los medios y que ese espacio que había dejado con amor tenía que ocuparlo otra persona, me parecía justo que la rueda gire.

Y eso que fui parte de una generación en los medios que tuvo cosas muy buenas: los cambios tecnológicos, las primeras transmisiones en vivo desde exteriores, la irrupción de lo digital, la integración multimedia. Fue todo muy estimulante en lo intelectual.

- ¿Con qué te encontraste en el mundo de las joyas y la orfebrería?

- Cambié de vida, pero no cambié yo. Siempre he sido muy exigente y me gusta aprender. Y si tomé este camino no fue porque no logré lo que no quería, sino porque quise incursionar en esta segunda vida. Me animé a salir de lo que conocía agarrándome de algo que siempre me había gustado, el trabajo artesanal.

Al principio me costaba mucho decirme a mí misma orfebre y me definía como "joyera en formación”. Pero hoy sí siento que puedo decir que soy joyera, soy orfebre. Manejo mis técnicas, tengo mi propio taller, trabajo mis piezas. Pasé de un espacio de continua interacción con gente a un espacio muy solitario, donde manejo mis propias reglas. mis horarios.

También me encuentro con momentos de mucha productividad, que hay que aprovechar, y otros de frustración. Sumado a que tuve que aprender a ponerle precio a mi trabajo.

- De regreso a tu etapa mediática, ¿cómo fue que pasaste de la televisión a la radio?

- Fue muy singular mi llegada a la radio, con decirte que nació casi de una frustración. Estaba en la televisión y llegó un momento en que cambiaron las reglas dentro del noticiero. A mí algunas cosas no me gustaron y planteé que no quería trabajar con compañeros con quienes no tenía mucha sintonía.

Me dijeron que era eso o nada, y yo no me sentí bien, por lo que renuncié al noticiero de un momento para el otro. De hecho, esa reunión fue a la tarde y esa misma noche yo decidí no salir en el noticiero, y no sabía si me iban a dejar sin nada.

Cambiaron algunas condiciones y no me gustaron. Yo pensé que me iban a desvincular, pero no lo hicieron. Pasé a cumplir tareas menores de edición, fuera de cámara y, y durante más de un año. Hasta que un día me ofrecieron ir a la radio y en un horario importantísimo. Fue como una reivindicación interna que no esperaba.

En la radio estuve casi 5 años y volví a ser feliz. Al principio, en simultáneo, hacía 2 horas de edición en el canal. Y después de la radio, me fui. Mis últimos años en los medios fueron sin cámara.

- ¿Cómo ves los medios de comunicación hoy?

- Cuando yo estaba en los medios, era un momento en que la mujer tenía una función más de acompañar y sostener, pero en un segundo plano. Yo era editora, tomaba decisiones de qué iba a salir, pero en el aire siempre estaba al costado de otra persona que encabezaba. Ese rol segundo nos limitaba a las mujeres.

Me hubiese gustado que, por entonces, las cosas fueran más equilibradas entre hombres y mujeres. Y hoy veo que lo son. Igual yo siempre voy a estar muy agradecida con el multimedio, me fue muy bien y siempre pude ser yo y hacer lo que sentía.

María Eugenia Romá
María Eugenia Romá dejó los medios y se dedica a la orfebrería. | Foto: Daniel Caballero / Los Andes

María Eugenia Romá dejó los medios y se dedica a la orfebrería. | Foto: Daniel Caballero / Los Andes

- ¿Volverías a la televisión o a la radio?

- Todos los años me ofrecen volver. Me han llamado ex compañeros que hoy están en otros medios, gente que no conozco y dirige otros medios. Y yo siempre les doy la misma respuesta: les agradezco muchísimo, me reconforta que me recuerden bien. Pero siento que es una etapa terminada y hoy estoy en otro lugar.

Me fui con 40 años y ahora tengo 50; soy otra versión de mi misma. Consumo periodismo de una manera distinta a la de antes, más reflexiva y comprensiva.

A veces se genera el apetito en mí sobre cómo abordaría algún tema, eso no se pierde. Pero siento que no tengo ganas de hacerlo ahora, son más espectadora. Siempre agradezco que me llamen, y no descarto, en algún momento, atender uno de esos llamados o, incluso, ir yo a golpear la puerta.

Ping pong, entre las joyas y los medios

- ¿Te quedás con el periodismo o la orfebrería?

- Hoy con la orfebrería, porque ahí siento que me late más fuerte el corazón

- ¿Algún momento en tu carrera periodística que no vayas a olvidar jamás?

- La irrupción del vivo desde exteriores, a fines de los 90. Llevaba muy poco trabajando y aparecieron los canales de noticias con el vivo de exteriores que desafiaba todo en términos de abordaje de la noticia. Y cuando hicimos el primer vivo de exteriores, para mí fue un antes y un después. La elaboración del discurso, atravesado por el aquí y el ahora, elevó los estándares de responsabilidad.

El público quería ver lo que estaba pasando con la idea de "mínima mediación". Lo estaban viendo en vivo, sin editar, sin límite de tiempo.

Eso, para los que hacíamos noticieros, nos planteó la necesidad de incluir un "vivo desde exteriores" sí o sí, aún a riesgo (muchas veces) de forzar el sentido mismo del vivo. Y se terminaba produciendo salidas en vivo que priorizaban la forma al contenido, y cayendo en abordajes sobredimensionados. Fue una etapa de mucho aprendizaje.

- ¿Tenés alguna joya preferida de las que has fabricado?

- Las que más me gustan son las joyas que llevo puesta todos los días, las más simples.

Una de mis preferidas es un anillo que tiene una inscripción interna (una fecha con una significación muy importante y que marca mi segunda vida), junto con un símbolo que solo yo conozco y que tiene que ver con la decisión de haber avanzado hacia mi propio deseo.

LAS MAS LEIDAS