La línea 102, de escucha y asesoramiento para niños y adolescentes, se convirtió en un espacio de asistencia y acompañamiento que cada vez es más usado por los chicos para denunciar maltrato físico, abuso sexual intrafamiliar, embarazo adolescente, falta de cuidados básicos, como otras problemáticas que vulneran los derechos de este grupo social. En Mendoza, en lo que va del año, ya se recibieron 4.635 llamados en los que se hizo algún tipo de intervención, más que en todo el 2021, cuando hubo 4.286.
Esta semana, la condena a perpetua a Luis Miguel Ávila Miranda, el padrastro de Naiara Ortiz, la bebé de un año que murió a consecuencia de los graves golpes que le propinó, volvió a poner el tema en el foco. Por su parte, María Isabel Ortiz, la mamá de la bebé, ayer fue declarada culpable por el delito de abandono de persona, seguido de muerte por ser la progenitora.
La línea telefónica ha recibido mensualmente entre 500 y 600 consultas, a partir de las cuales se despliega una intervención, dependiendo el caso de que se trate con la actuación de la Policía, la Justicia y un equipo de profesionales para la contención de niños, niñas y adolescentes.
“Ha crecido muchísimo el número de denuncias y esto tiene que ver con la ampliación de derechos a la niñez y a la adolescencia y con un cúmulo de dispositivos que estamos implementando para la salud integral de este sector”, explicó a Los Andes la responsable del Programa Provincial de Salud Integral e Integrador en Adolescencia, Cecilia Sottano.
La funcionaria argumentó que, más allá de un aumento de las violencias en la sociedad, los chicos se están animando cada vez más a pedir ayuda y también el 102 es utilizado por los padres o algún familiar buscando asesoramiento.
En su mayoría la comunicación se produce para dar aviso de que hay falencias en los cuidados parentales de un niño, maltratos físicos y psicológicos, como la sospecha de un abuso sexual o embarazo adolescente, sobre todo en la franja que va de los 10 a los 14 años.
Sottano evaluó que el aumento en las consultas también responde al trabajo de capacitación que se realiza en las escuelas, a través de la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) que se lleva adelante en los secundarios de la provincia, como el programa Podes y Salud ATR.
“Con una mayor conciencia del propio cuerpo, de la intimidad, hay también una mayor percepción de lo que es un abuso, como de estar frente a un embarazo adolescente producto de una violación”, dijo la especialista.
Por su parte, la responsable de la línea 102, Silvina Mollo, destacó que hay un equipo especializado que entrevista al menor y, a través de una charla, va tomando la dimensión del problema y del riesgo para tomar las distintas medidas de prevención, tanto sanitarias como de resguardo del niño.
Frente a los casos de violaciones intrafamiliares, que muchas veces derivan en embarazos adolescentes en la edad más compleja que es entre los 10 y los 15 años, “hay un ocultamiento”. “Y llegamos a esa niña tarde, por eso es que hacemos tanto hincapié en el contacto del agente sanitario, del médico o cualquier profesional de la salud en las escuelas para estar en contacto con esta población”, indicó Mollo.
Aumento de casos de violencia intrafamiliar
La Dirección General de Escuelas (DGE), a través de la Dirección de Orientación y Apoyo Interdisciplinario a las Trayectorias escolares (Doaite) también es una caja de resonancia de un aumento de la violencia familiar y de vulneración de derechos en la niñez y adolescencia.
En diálogo con Los Andes, el titular de la Doaite, Miguel Conocente, planteó que se está dando un aumento en las intervenciones tomando los años 2019 y 2021 en los que se ve una suba, con un promedio de 300 situaciones por año.
“En lo que va de 2022, hasta agosto, que es donde tenemos el corte, hemos detectado 168. Nosotros estamos más ocupados en este flagelo que en el acoso escolar, aunque muchas veces nos preguntan por este tema”, advirtió Conocente.
Un caso conmocionante
Esta semana se produjo la condena del padrastro de Nahiara Ortiz, la beba de un año que murió tras recibir una paliza por parte de su padrastro en Rivadavia. A través de un juicio abreviado, Luis Miguel Ávila Miranda (37) reconoció que la había golpeado brutalmente y se resolvió su situación con una condena a perpetua.
El hecho se produjo el sábado 20 de junio de 2020 en la siesta. Las autoridades tomaron conocimiento del hecho cuando el condenado buscó ayuda en el hospital Saporiti, en compañía de su pareja. Las lesiones y las contradicciones en el relato de la mujer generaron las sospechas de los médicos y de la Policía, después.
Su primera versión fue decir que la nena había vomitado y estaba deshidratada, Luego que se había caído y que había sufrido un fuerte golpe con unos troncos mientras jugaba en el patio. Con los peritajes tras su deceso, se determinó que había sufrido una fractura en la cabeza, tenía tres costillas fracturadas y lesiones en los riñones y el hígado.
Las duras acusaciones penales también recayeron contra la madre de la menor, quien según la reconstrucción judicial no hizo nada para evitar los maltratos que sucedían frente a ella.
Este viernes fue condenada por abandono de persona, seguido de muerte, agravado por su condición de madre de la menor de 2 años.
La historia de la pequeña Naiara generó una fuerte consternación en la sociedad mendocina por la violencia hacia una bebé, que ya había sido advertida por algunos testigos que complicaron a la pareja.