Hace un año, la NASA informó que uno de sus equipos confirmó el hallazgo de vapor de agua en una de las 79 lunas alrededor de Júpiter, precisamente en la denominada Europa. La persona que lideró ese equipo es Lucas Paganini, un científico mendocino que estuvo a cargo de un descubrimiento fascinante, por la posibilidad de que ese satélite natural contenga alguna forma de vida.
Paganini es oriundo de Maipú, donde realizó sus estudios primarios y secundarios. Se recibió de Ingeniero en Electrónica y Telecomunicaciones en la Universidad de Mendoza, luego se doctoró en Física y Astronomía en la Universidad de Friburgo (Alemania) y durante cinco años investigó en el Instituto Max Planck, en Gotinga. En el año 2010 comenzó a trabajar en la NASA. Hoy es el científico que lidera el Programa de Observaciones del Sistema Solar, donde realiza trabajos de coordinación de misiones espaciales y proyectos en NASA Headquarters, la sede central del organismo internacional en Washington DC (Estados Unidos).
Lucas se fue de Mendoza hace 18 años y este miércoles brindó una charla en el Seminario de Comunicación de las Ciencias, que ideó la Universidad de Cuyo, y fue la primera que realizó como científico en nuestra provincia, desde que emigró. “Me motiva mucho brindar este tipo de cosas a la gente, me pone contento dar charlas con un lenguaje simple que acerca la divulgación científica a todos”, destacó a Los Andes.
-¿Cuál fue exactamente el descubrimiento?
-Detectamos vapor de agua en uno de los satélites naturales de Júpiter, conocido como Europa. El hallazgo se logró utilizando un espectrógrafo del Observatorio Keck, en Hawai, que permite medir la composición química de las atmósferas de los planetas a través de la luz infrarroja que emiten o absorben. Eso nos permitió detectar moléculas de agua que emiten frecuencias específicas de luz infrarroja a medida que interactúan con la radiación solar. La forma en que nosotros hicimos la investigación, es decir, la técnica que usamos, no había sido utilizada antes. Avanzamos un poco con lo que se conocía pero cabe destacar que había conocimiento al respecto, no es algo que no esperábamos.
Probabilidades de vida
-¿Por qué precisamente buscaron en el satélite Europa?
-La comunidad científica tiene bastante interés en Europa, porque se cree que es uno de los lugares con mayor promesa de encontrar condiciones habitables y, potencialmente, vida. Porque el agua líquida es uno de los ingredientes necesarios para la vida. Aunque no hemos detectado agua líquida directamente, pero sí hemos encontrado agua en forma de vapor.
-¿Se había realizado algún hallazgo similar?
-Antes lo que se había detectado hidrógeno y oxígeno. Lo que nosotros logramos detectar fue el vapor de agua. En realidad, seguía existiendo la pregunta de si era agua o algún otro componente el que estaba generando hidrógeno y oxígeno. Así que avanzamos con el conocimiento de lo que había.
-¿Hace cuánto vienen trabajando en este hallazgo?
-Empezó en 2015 y se comunicó a fines del año pasado, es decir, estamos hablando de un proceso en el que se ocuparon cinco años. Estos descubrimientos suelen tardar mucho, no surgen de la noche al día.
-¿Ha habido avances en el descubrimiento del vapor de agua en Europa hasta hoy?
-Sigue habiendo trabajos para tratar de entender mejor la composición de la superficie. A su vez, también se está desarrollando la misión “Europa Clipper”, que irá a esa luna en 2030, aproximadamente. Clipper va a ser un orbitador de luna y lo que va a hacer es llevar los distintos instrumentos para obtener fotos de alta resolución, medir mejor el grosor de la capa de hielo exterior de Europa, ya que tiene una capa de hielo exterior e interior que se cree que tiene un océano líquido con el doble de agua que hay en la Tierra. Esos distintos tipos de estudios van a generar mejor conocimiento de lo que tenemos hoy en día sobre Europa. Además, va a ayudar a preparar una eventual llegada con una especie de lander o algún otro próximo paso en la investigación, con el objetivo final de entender si es un mundo habitable. Habitable no para nosotros, sino si puede existir vida microbiana.
-¿Trabajaste en el hallazgo de encontrar agua en la luna?
-No, la líder de todo ese programa fue Casey Honniball, una joven científica que conozco y es excelente. Sin embargo, el Programa de Observaciones del Sistema Solar que estoy liderando en NASA Headquarters, le ha dado financiamiento para que continúe los estudios con Sofia, un avión Boeing 747SP de la NASA modificado para transportar un telescopio en la parte inferior, es decir, en la parte de la cola y que efectúa observaciones en infrarrojo. Eso le permitirá a Casey seguir con los estudios sobre el hallazgo.
Logro personal
-¿Qué significa este hallazgo personalmente para vos?
-Me dio satisfacción porque es el resultado de cinco años de trabajo, y de mucho antes también, porque es un crecimiento que va paso a paso. La investigación continúa. Pero lo que sí espero es que les pueda servir a otros investigadores también, para facilitar sus trabajos científicos. En el fondo hay gente que se dedica a generar herramientas físicas para entender mejor lo que puede estar ocurriendo.
-¿Cuál es tu sueño?
-La ciencia es un grupo de gente y tratar de contribuir me da mucha satisfacción. Yo quiero ver si existe vida. Antes que me muera quiero entender y saber si existe vida fuera de la Tierra, eso es lo que me desvela sinceramente, en cierta forma en cuanto a conocimiento.
Que un mendocino esté trabajando para la NASA y, como Lucas Paganini, lidere un equipo tan importante, no es nada usual. Pero, a pesar de tanto tiempo afuera, él no pierde el contacto.
-¿Extrañas Mendoza?
Sí, por eso siempre trato de ir. Mis papás viven en Mendoza y cuando pueda voy a ir a visitarlos nuevamente. Siempre que puedo voy y cuando estoy allá me hago tiempo para juntarme con amigos de la primaria, la secundaria o de la facultad, porque para mí es muy importante mantener los lazos afectivos. Me gusta mucho volver. Mendoza es un lugar precioso.