La experiencia del deseo erótico es vulnerable. Es el impulso que lleva a buscar el placer sexual, ya sea en pareja o en solitario, a través de la masturbación. Pero es distinto en varones y en mujeres, es más, en cada persona, y, sobre todo, está atravesado por diversos factores de la vida cotidiana que lo hacen volátil, en particular para ellas.
Adriana Benito, del Instituto Universitario de Sexología de la Universidad Camilo José Cela se explaya al respecto en un informe sobre el tema, publicado por el Instituto de Sexología y psicoterapia Amaltea de Zaragoza, España.
Lo primero que sostiene que hay que preguntarse es: ¿Desean de forma diferente los hombres y las mujeres? La respuesta es sí, y es el disparador para comprender todo el resto.
Según estudios que refiere, la experiencia de deseo en hombres y en mujeres es claramente diferente, tanto en su funcionamiento como en su vulnerabilidad ante distintas situaciones. “Conocer y comprender estos matices entre hombres y mujeres nos ayudará tanto a conocernos y entendernos mejor a nosotros mismos, como a entender lo diferente que somos con respecto a nuestras parejas”, afirma.
Cómo surge el deseo sexual
En el caso de los hombres, el deseo se produce de forma más espontánea y siempre antes del encuentro con la pareja o del inicio de la masturbación, por lo que ellos acudirían ya al encuentro con ciertos niveles de deseo, explica la especialista.
Por el contrario, en el caso de las mujeres, sobre todo cuando están en pareja, no existiría el deseo antes del encuentro sino que este se construye a medida que el encuentro avanza, a raíz de algún tipo de estimulación interna, como pensamientos o fantasías, o externa, como los besos, las caricias, los abrazos e incluso cuando ya se empieza a estimular a la pareja de forma más genital.
Pero sobre todo, destaca que la mujer debe estar receptiva y abierta a mantener dicha interacción o conducta, es decir, debe estar motivada al encuentro.
El asunto es que hay diversos factores que pueden afectar esta motivación: el cansancio, tan frecuente sobre todo cuando hay hijos; el estado de ánimo, preocupaciones o el estrés. Es decir que está muy atravesado por cuestiones ambientales.
Justamente por eso, es que Benito sostiene que la experiencia de deseo sería más vulnerable en ellas que en ellos: “Cualquier situación que provoque que la mujer no se encuentre motivada o se sienta abierta a tener una relación con su pareja, hará que no tenga ganas o que no le apetezca mantener un encuentro con ésta y, por lo tanto, que el deseo no se desarrolle de forma correcta”.
Por eso subraya: “Si entendemos todo lo expuesto hasta ahora, comprenderemos, que no hay nada más normal y natural, en la vida de una mujer, que carecer de deseo, en ciertos momentos y circunstancias de su vida”.
Y sobre todo, aclara: ”Aunque a muchos hombres pudiera parecerles sorprendente, no siempre la búsqueda del placer es la razón central para iniciar un encuentro erótico”.
Consejos para “cultivar” el deseo
A partir de esto, hay algunos consejos que pueden seguirse para cultivar y cuidar el deseo, a los cuales se puede sumar cualquier otro que cada uno detecte que es positivo.
1-En primer lugar, es necesario que se den ciertas condiciones personales para que el deseo fluya de forma correcta, como un buen estado de ánimo o, en el lado contrario, la ausencia de estrés, ansiedad, preocupaciones y/o cansancio.
2-Uno de los factores personales que se han señalado como más dañinos para el deseo es la baja autoestima, por lo que relativizar, en la medida de lo posible, complejos físicos e inseguridades, ayudará a que ese deseo no se vea obstaculizado.
3-En cuanto a la pareja, si ésta existiera, crear un buen clima convivencial y afectivo, sería uno de los elementos activadores del deseo sexual; un buen clima de intimidad, seducción y complicidad, ayudará a que ese deseo se mantenga y siga creciendo.
4- Propiciar, si fuera posible, llegar al encuentro en condiciones de buen estado anímico, despojándose de preocupaciones y otras cuestiones que pudieran afectarlo, para disponerse a disfrutar a pleno de ese momento: el aquí y ahora es la estrategia.
5-Señala además un elemento estrella: la calidad en la intimidad con su pareja.