En épocas del dólar por las nubes y de creciente inflación, viajar por el mundo parece haberse convertido en un privilegio para pocos, prácticamente una utopía. Sin embargo, por medio de los sabores, hay una forma -un tanto más económica- de hacer turismo y descubrir costumbres y tradiciones. En Mendoza crece la tendencia de los restaurantes étnicos, aquellos que permiten, al menos por unas horas, transportarnos a distintas regiones y culturas, con el paladar.
Ya sea en locales o en viviendas particulares, lo que nunca falta en estos espacios es ambientación según la procedencia de la cocina y los platos típicos. Cocina mexicana, peruana, árabe y de Medio Oriente y de Armenia son algunas de las opciones disponibles en Mendoza y que cada vez suman más “turistas”.
Delicias peruanas preparadas y servidas en casa
Raquel Barahona nació en Perú y vive en Mendoza desde 1993. Es la cocinera, encargada y anfitriona del espacio “Sazón Peruana”. No es un restaurante, sino que es su propia casa donde recibe a comensales -con reserva- para que disfruten algunos de los platos de la cocina peruana.
“Ambienté mi comedor para poder recibir a gente. Y en verano sacamos algunas mesitas” cuenta “Jackie”, como la conocen todos, y quien comenzó trabajando como empleada doméstica antes de dedicarse a la cocina.
“Apenas llegué a Mendoza comencé a trabajar en la casa de una familia. Y fue en ese contexto en que empecé a cocinar. A la familia le gustó mucho y descubrí que me gustaba cocinar platos de mi tierra. Empecé a cocinar los fines de semana para mis compatriotas”, recapitula Jackie.
Fue una amiga quien la impulsó a aprovechar esta veta gastronómica y a convertirla en su forma de vivir y ganarse la vida. “Al principio seguía trabajando como empleada y los fines de semana cocinaba por encargo. Pero desde hace más de 10 años que decidí dedicarme exclusivamente a la cocina y centralizar todo en mi casa. Así se fue sumando el boca en boca”, resume la mujer.
Jackie vive en Las Compuertas (Luján de Cuyo), en uno de los barrios del piedemonte ubicados detrás de la estación de servicio de la ruta 82, y con ella trabaja su prima y la ayudan sus dos hijos, “mi motor”, como los define. “Ellos me dan una mano, mientras que en la cocina me ayuda una prima que vive conmigo. Cuando hay mucha demanda, viene a trabajar mi hermana”, describe.
Ceviche mixto (pescado y mariscos) es el plato que más se pide, pero también tiene éxito la jalea. “Son trozos de pescado y mariscos fritos”, explica Raquel. Chaufa de mariscos (un arroz al estilo oriental, con condimentos como soja, jengibre y verdeo) y picantes de mariscos completan los platos típicos.
El lugar trabaja de lunes a sábado, en horario de almuerzo y cena; mientras que domingos y feriados no abre. “De lunes a viernes se hace un menú económico al almuerzo. Consiste en sopa y un segundo plato. Es una opción dedicada especialmente a trabajadores que quieran disfrutar de un almuerzo suculento”, concluye,
De Armenia a Guaymallén, sin escalas
Sergio Kurrenty Fermeghkerian tiene raíces griegas y armenias por parte de su padre y su madre. Es el encargado del restaurante Kotay’k, ubicado en Los Corralitos, Guaymallén. Y en el lugar, que comenzó a gestarse hace ya 19 años, actualmente no sólo se puede disfrutar de la cocina típica de Armenia, sino -además- “viajar” a ese país y repasar sus costumbres. “La forma más barata de viajar es a través de la gastronomía temática. Aquí en el restaurante, la gente puede sentir el suspiro de estar un ratito en Armenia con el menú y la ambientación”, destaca el emprendedor.
El nombre del restaurante está inspirado en la región de Armenia donde nació la madre de Sergio. De hecho, el poyecto es un sueño que tenía junto a su madre. “Siempre dijimos que íbamos a tener un restaurante. Lamentablemente mi mamá se fue muy joven, yo tan sólo tenía 8 años. Ella nació en la región de Kotay’k, y por eso el nombre”, rememora el hombre, quien es ingeniero químico industrial y luego estudió gastronomía.
Entre 2003 y 2004, Sergio y su esposa Celeste comenzaron con un proyecto con recetas de ese país, aunque al principio se enfocaron en la pastelería armenia. “Salíamos a repartir y los clientes se mostraron interesados por toda la gastronomía de Armenia. Algunos habían ido a restaurantes en Buenos Aires y nos preguntaban si íbamos a hacer distintos platos. Así empezó y hoy tenemos dos salones y una cocina modernizada”, describe Sergio.
En Kotay’k el menú incluye entradas como hummus, babaganush (pasta de berenjena), mahamara (pimiento), Madzún (queso untable), laban (Crema fermentada), mutabal calabaza (puré de zapallo) y zatzisky (crema de yogurt con pepino). Además hay ensaladas, tabla de fiambres y platos calientes típicos como keppe naie, manték, stijas, leghmejon, shet kebat, keppe senille y dolmá yabrek.
“Lo que intento hacer con el menú es recorrer esta pequeña región que se encuentra entre Turquía, Georgia, Azerbaiyán, Rusia, mientras que al pie están Irán y Siria”, describe.
Todos los trabajadores del lugar son actores fundamentales en la experiencia. “Los camareros conocen la cultura y gastronomía armenia, orientan a la gente por el menú y tienen la vestimenta tradicional armenia. Todos somos partes de una familia laboral e invitar a la gente comer es toda una experiencia”, cierra Sergio.
¡Viva México!
El restaurante Cielito, en calle Hipólito Irigoyen de Godoy Cruz fue uno de los primeros de comida mexicana que abrió en Mendoza. “Estamos en un nuevo salón, pero en la zona del Bombal llevamos ya 22 años”, repasa Laura Maluff, dueña del lugar.
Y es que la primera sucursal de Cielito abrió en el 2000. “Antes tenía un delivery de comida mexicana. Siempre me dediqué a los platos mexicanos: tacos, burritos, enchiladas y nachos con salsa. Yo cocinaba en mi casa, hacía el reparto y también cocinaba para eventos”, resume Laura, quien se remonta a 1995 y sus inicios.
Laura viajó varias veces a México y ello le permitió explorar esa gastronomía. “Cuando abrimos no había casi nada de México, eran muy pocos los restaurantes. Fue muy bien recibido por la gente y hay clientes que vienen hoy con sus hijos y que vinieron por primera vez cuando estaban de novios”, resume.
Los burritos, la birria (una carne adobada, con consomé y queso derretido), las fajitas para armar los tacos a gusto y el burrito (una tortilla XL que lleva distintos rellenos y se cocina enrollada a la plancha) son los platos que más salen, mientras que si de bebidas hablamos, los margaritas y el tequila son los favoritos.
“Creo que a la gente le atrae la comida de otros lugares porque le permite variar, salir de lo tradicional y buscar nuevos sabores”, concluye.
Como en Medio Oriente, pero en la Ciudad de Mendoza
La cocina típica de Medio Oriente también tiene su espacio en Mendoza. Y el restaurante Cocina Poblana es uno de sus íconos. “Es un restaurante familiar, abrimos en 2002, por lo que ya llevamos 20 años. Comenzó como un emprendimiento familiar y la idea fue de mi papá, Domingo Álvarez, quien junto con Claudia, mi hermano Carlos y yo comenzamos con el local en calle Arístides Villanueva. Al principio era solo shawarma, comida al paso. Pero los clientes se sentaban y nos pedían otros platos árabes, por lo que rápidamente cambió el concepto”, rememora María Nieves Álvarez, quien maneja el lugar junto a su pareja, Ezequiel.
Hace un año Cocina Poblana se mudó a la calle Juan B. Justo 386, también en la Ciudad de Mendoza. “La decoración está ambientada en los pueblos del Medio Oriente, al igual que los platos que elaboramos. Nuestro menú se compone de hummus, babaganush, falafel, kepe, sfijas, niños envueltos en hojas de parra, shawarma de carne y de pollo, ensalada de belén y tabule; y no podemos olvidar los postres que son los más dulces del mundo, tenemos baclawa, macrum y sambuzek”, describe sobre la carta del lugar.
Entre los clientes hay personas de la colectividad árabe en Mendoza, aunque también están quienes no conocían la cultura y comida del lugar y se animaron a probar hasta convertirse en habitués. “Mucha gente conoce los platos y la comida por las novelas turcas, ahí se ve mucho de la cocina y la hospitalidad de esta cultura”, destaca.
“La cocina árabe es deliciosa, es una mezcla de culturas de la cocina mediterránea, de Israel, Líbano; es una gran gastronomía con mucha historia. En Cocina Poblana se puede vivir la experiencia de sentirse en Medio Oriente, con la ambientación, la música y la comida. ¡Y si tenés suerte hasta te leen la borra del café!”, concluye.