El período de cosecha ya ha comenzado en algunos cultivos en la provincia de Mendoza. Con las limitaciones que ha traído la pandemia de coronavirus, casi en su totalidad se ha puesto en marcha con mano de obra local, como sucede en el caso del ajo y la cereza.
Para las hortalizas los trabajos comenzaron a comienzos de este mes con cosechadores y empaquetadores mendocinos y recién hace una semana se pudieron sumar algunos de los denominados “golondrinas” provenientes del norte de nuestro país. También la fruta de carozo se ha “levantado” estos primeros días con trabajadores locales.
En este contexto, el salario que se les paga a los cosechadores se ha convertido en uno de los temas centrales, ya que una buena remuneración puede atraer a la cantidad de trabajadores que se necesitan para esta temporada. Con sueldos bajos, en cambio, se corre el riesgo de que quedan verduras y frutales sin cosechar.
En el caso del ajo, Guillermo San Martín, gerente de la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de la provincia de Mendoza (Asocamen) dividió el trabajo en dos grandes grupos: en el campo y el galpón de empaque.
En el primero de ellos, los montos que se están pagando para la cosecha se rigen por las negociaciones que ha llevado adelante la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre). Se trata de una paritaria a nivel nacional que se discute en Buenos Aires, pero define lo que se paga en todo el país, de la que Asocamen no ha sido parte. Conforme a la última actualización, los trabajadores rurales que desempeñan sus tareas como personal permanente de prestación continua recibieron a finales del mes de septiembre una suba en el salario mínimo del 32% en dos tramos: 20% retroactivo a julio y 12% en noviembre, por lo que el sueldo mínimo es de $ 35.246,08 desde julio y se elevará a $ 38.770.70 a partir de noviembre.
En lo que respecta a las hortalizas, la escala indica que se pagan $ 1.520 al día para un obrero general de tercera categoría (la más básica de todas), lo que al mes da un valor total de $ 38.000. Ese monto se mantendrá hasta el mes de diciembre, en tanto que, para los meses de enero, febrero y marzo esa misma categoría pasará a cobrar $ 1.700 el jornal, o un total de $ 42.500 mensuales.
De ahí en más, conforme a la tecnicidad y la dificultad del trabajo, los montos van subiendo. El encargado de galpón de empaque, por ejemplo, cobrará en el último trimestre del año $ 1.976 por día, lo que equivale a un valor de $ 49.400 mensuales.
También existen trabajadores a los que se les paga a destajo o por rendimiento, con lo que los montos pueden ser variables.
Pasando a la cereza, los montos que se manejan son similares, pero el modo en el que se arregla el pago es diferente. Según contó Diego Aguilar, presidente de la Cámara de Cerezas de Mendoza, los trabajadores que se encargan de la cosecha de esta fruta llegan a partir de un contratista que se encarga de reclutarlos y de pagarles su salario.
Según estimaciones, al cosechador se le paga a destajo entre $ 12 y $ 15 el kilo. Por día, tomando el menor valor y considerando que podría hacer 30 baldes de 4,5 kilos, podría ganar un total de $ 1.620 por jornal. Aguilar aclaró que estos valores pueden variar dependiendo de los arreglos de cada contratista y del rendimiento del trabajador.
En el caso de otras frutas y particularmente la vid, representantes del sector prefirieron no dar cifras, ya que aún quedan por resolverse varios factores que influyen en la cosecha y el precio que se les paga a los encargados de levantar la fruta de la planta.
Más de 3.000 postulantes
A mediados de octubre, el Ministerio de Economía y Energía abrió la inscripción para aquellas personas interesadas en ejecutar tareas agrícolas.
A menos de cumplir una semana, ya eran 3.029 los interesados en el programa, de los cuales 2.000 ya están listos para el trabajo, mientras que 1.039 postulantes comenzarán la capacitación en noviembre.