Detrás del barbijo de cada comerciante del centro capitalino se podía ver ayer, si no un dejo de bronca contenida, sí de resignación: el regreso de las salidas según la terminación del documento de identidad (DNI)les produjo un fuerte impacto en las ventas. Sobre todo porque muchos estaban a punto de ingresar a la “recta final” del día del padre.

Los primeros en notar la merma de clientes fueron los cafés de la Peatonal Sarmiento: “Mirá la calle... se nota menos gente, el movimiento ha bajado en un 50%”, comenta el encargado de uno de los cafés de ese paseo.

“La cosa es así: menos gente, menos consumiciones. Esto es volver atrás”, advierte el entrevistado, tomándole el pulso a la nueva situación, esta vuelta atrás decretada por el Gobierno provincial.

El encargado de la una elegante zapatería de la misma calle -mientras le pide una tortilla de espinacas a un mozo para el almuerzo- confirma la baja de en las ventas. Su cálculo: “Cayeron un 60%”.

“Se ve menos de la mitad de gente que ayer y eso repercute en la caja. Hay controles policiales en la calle. A los dos empleados les pidieron el documento cuando venían esta mañana, y les preguntaron para qué habían salido”, cuenta el encargado.

Y a la hora de evaluar la situación generada por la pandemia dice: “Veníamos bien. Pero la gente se relajó y ahora hay un retroceso, justo para el día del padre”.

Juan Manuel Lavilla, dueño de la joyería Áncora, concuerda al decir que “se van a perder muchas ventas del día del padre porque mucha gente compra ‘en caliente’, es decir que sale, ve y compra. Por ejemplo, si salió ayer y hoy no puede, mañana puede comprar un reloj acá o un celular en otro lado”.

“La gente, por lo general, compra en los últimos tres días anteriores al festejo, espera hasta último momento. Esta vuelta atrás nos va a afectar”, reconoce.

Un futuro incierto

¿Y el futuro? “Es muy incierto si se mira el presente y se compara con los días anteriores a la aparición de la pandemia”, advierte el joyero.

En concordancia, Agustina Sánchez, propietaria de La Estancia 1980, apunta: “Mirá la cantidad de locales que ahora se alquilan en Espejo, que es una calle top. Ese es un termómetro de la situación que vivimos los comerciantes del Centro”.

Con cierto aire de resignación, la mujer, explica que, en su caso, las ventas ha bajado un 90% porque en su rubro -ropa y también cuero- “el turismo de Brasil, Perú y Chile representaba casi el 80% de las ventas, y ahora esa gente ¿cuándo volverá?”, se pregunta.

En cuanto a las nuevas restricciones -salidas con DNI- piensa que la medida “es acertada para los supermercados, donde hay aglomeración de gente, pero no para el comercio en general, donde no se forman colas”.

La baja en las ventas tras las nuevas medidas provinciales también se nota en otro rubro muy requerido para agasajar a los padres: las bebidas espirituosas.

Una empleada de una sucursal de Go Bar del microcentro dice que con sólo mirar la calle uno se da cuenta de que “no hay nadie”.

“Veníamos bien, las ventas iban subiendo, porque con la cuarentena la gente en su casa consume más alcohol y para el día del padre, también se regala. Pero hoy (por ayer), se notó una baja de un 50% en las ventas”, remata la chica, con pesar.

Alameda: la mitad de gente y “cero ventas”

Un vendedor de una mueblería de la Alameda hace una fina lectura de la situación: “Ayer esta calle era un mundo de gente, una locura; gente que estaba comprando, pero mucha otra que estaba paseando como si nada. Una amiga fue ayer a los persas, pero le dio miedo y no entró: muchas personas amontonadas y algunas hasta sin barbijos”.

Luego explica que la situación, tras la vuelta de la terminación del DNI, es muy distinta: “hay 50 % menos de gente y cero ventas”.

“En la mueblería hubo esta mañana un par de ventas. Mirá, acá en frente, en Pellizoni -venta de repuestos para cocinas y estufas-, ayer había una cola constante de 30 personas. Ahora hay una sola en la puerta”.