La elección de la comida que ingerimos tiene mucho que ver en el proceso que cumplen la insulina y el glucagón, dos agentes que actúan sobre el organismo.
La insulina, por un lado, conduce la energía de más hacia las reservas, lo cual hace que se transforme en tejido adiposo; por otro lado, el glucagón vacía las reservas para hacer llegar dicha energía al torrente sanguíneo. En gran parte, la grasa en nuestro cuerpo actúa como almacén de energía y hay mayor capacidad de almacenar energía en forma de grasa que en forma de glucógeno. Cuando las reservas de glucógeno se llenan, las grasas que consumimos por encima de la energía que necesitamos, se acumulan en forma de grasa.
Por eso algunos alimentos pueden contribuir al aumento de peso y, puntualmente, a la acumulación de grasa localizada en el abdomen. En especial, como se puede imaginar, los ultraprocesados. Aquí detallamos algunos de los que debes evitar si quieres perder esos “rollitos” que tanto nos disgustan.
Siempre recordá que la dieta debe ir acompañada de buena hidratación, descanso y, por supuesto, actividad física.
Los alimentos que aumentan la grasa en el abdomen
Cereales azucarados
Los cereales azucarados y coloridos son los que te conducirán al exceso de grasa abdominal. Muchos cereales son ricos en azúcar, pero bajos en fibra y en proteínas, por lo que te saciarán durante muy poco tiempo.
Pan blanco
El consumo de pan blanco se asocia con un mayor aumento de peso y de grasa abdominal, ya que es un alimento con calorías de absorción rápida que hacen que tengamos hambre antes y tenga un poder menos saciante. Algunos, además, contienen grasas trans, que provocan el aumento de la cantidad de grasa alrededor del tejido del abdomen.
Comida rápida
Los alimentos que venden en los establecimientos de comida rápida también son una amenaza latente para que tengas grasa en el abdomen. Esto se debe a ingredientes como carbohidratos refinados, azúcares y jarabe de maíz, presentes en estos alimentos.
Dulces y helados
Las etiquetas bajo en grasas son engañosas. Algunos piensan que es la opción más saludable para darse un “caprichito”, pero no te dejes engañar. Estos dulces están cargados de harinas procesadas y tienden a tener un alto contenido de azúcar y sodio.
Chocolate con leche
No todos los tipos de chocolate son malos. De hecho, su consumo moderado está bien visto en algunas dietas y puede tener efectos beneficiosos para la salud. El problema está en el chocolate con leche y sus derivados aderezados. Están cargados de azúcar y generalmente contiene toneladas de calorías. Así que a cuidar ese placer culposo.