“Solo voy con mi pena / sola va mi condena”. Con esa frase, incluida en una canción ya emblemática, Manu Chao se convirtió en una de las voces de la música hispanoamericana de finales del siglo XX. Tan luego él, un producto cultural bastante complejo en sí mismo, dado que se trata de un músico francés de padres españoles, que canta en varios idiomas y que toma al “tercer mundo” como materia principal de sus canciones.
Se acerca el aniversario por los 25 años desde que Manu Chao lanzó su disco Clandestino y se convirtió en un fenómeno mundial. Este álbum es considerado uno de los más emblemáticos de la música en español y ha sido aclamado por su mezcla de estilos y su lírica política. El aniversario de este disco traerá de vuelta al artista a la Argentina, con una gira que arranca en noviembre y tiene fechas confirmadas en Santa Fe, Córdoba, Salta y Buenos Aires. Los fanáticos locales esperan que Mendoza, un lugar que siempre recibió bien al músico, se termine sumando a la gira.
Manu Chao nació en París en 1961, hijo de padres españoles exiliados durante la dictadura franquista. Desde joven, mostró un gran interés por la música y en los años 80 formó la banda Mano Negra, que combinaba rock, ska y punk con influencias de música latinoamericana y africana. Con esta banda lanzó varios discos y se hizo muy popular en Europa, especialmente en Francia y España.
Mano Negra fue una de las bandas más importantes de la escena alternativa de los años 80 y 90. Con su mezcla de rock, punk, ska y música latina, la banda se ganó rápidamente una base de fans en toda Europa y América Latina. En 1994, después de varios álbumes exitosos, Mano Negra se separó y Manu Chao comenzó su carrera en solitario.
Fue en esta etapa cuando el artista alcanzó la fama mundial o, por lo menos, levantó la vara de su éxito anterior. En 1998, ya cerrando el siglo XX, el músico lanzó Clandestino, un álbum que fue grabado en varios lugares del mundo y que refleja la influencia de su experiencia viajando por América Latina y otros lugares. El disco incluye canciones en varios idiomas, como español, francés, portugués y árabe, y presenta una mezcla de estilos como reggae, salsa, ska, rock y folk.
Los músicos que grabaron esta placa fueron (además del cantante en voz, guitarra, percusiones y programación), Jeff Cahours (trombón), Antoine Chao (trompeta), Ángelo Mancini (trompeta), Anouk (coros) y Awa Touty Wade (coros).
El sencillo más conocido del álbum es justamente el que dio nombre al disco: Clandestino. Su ritmo cadencioso, que emula un lamento, y la letra precisa sobre la inmigración, convirtieron extrañamente a esta canción en un hit. “Perdido en el corazón / de la grande Babylon / me dicen ‘el clandestino’ / por no llevar papel. // Pa’ una ciudad del norte / yo me fui a trabajar, / mi vida la dejé / entre Ceuta y Gibraltar” cuenta el tema, en uno de sus fragmentos, retratando la dureza de la inmigración de modo tal que aún hoy la canción sigue vigente.
Bongo Bong es otro de los éxitos del álbum. La canción es un tributo a la música africana y presenta una mezcla de ritmos y estilos que hacen que sea difícil etiquetarla en un género específico.
Otras canciones destacadas del álbum incluyen Clandestino, que trata sobre los problemas de la migración y la lucha contra la opresión, Desaparecido, que habla sobre los desaparecidos políticos en Latinoamérica, y Welcome to Tijuana, una letanía con una letra donde se mezclan las drogas, la inmigración y la pobreza, además de una cita musical a la famosa canción Tequila.
Después del éxito de Clandestino (que llevaba por subtítulo Esperando la última ola), Manu Chao lanzó varios discos más, incluyendo Próxima Estación: Esperanza” en 2001 y “La Radiolina” en 2007. Estos discos mantienen el estilo de mezclar diferentes estilos y letras políticas y sociales, pero también muestran una evolución en el sonido y las influencias.
En Próxima Estación: Esperanza, Manu Chao utiliza más instrumentos electrónicos y se enfoca en temas como la inmigración y el racismo. En La Radiolina, el sonido se vuelve más punk y rock, pero también incluye influencias de música africana y caribeña. Todos, sin embargo, llevan implícito ese “molde” exitoso, revoltoso y revuelto, como una radio con mala señal escuchada en el camino, de Clandestino: tal vez, su mejor disco. Y que tiene ya un cuarto de siglo de edad.