Con la llegada de la primavera se incrementan los cuadros alérgicos y en ese marco, especialistas advierten que estos son una de las causas de exacerbación de crisis asmáticas.
Las afecciones alérgicas como eczema y rinitis tienden a incrementarse en esta estación por el aumento de las temperaturas y el polen que esparcen las plantas, los árboles y el pasto.
En este sentido, advierten sobre la situación de personas subdiagnosticadas y pacientes asmáticos que abandonan sus tratamientos o que no logran acceder a los medicamentos y por lo cual en la primavera puede haber un incremento del riesgo para su salud.
Se estima que 1 de cada 10 argentinos tiene asma pero sólo la mitad tiene diagnóstico, lo que aumenta los riesgos ante una posible crisis, ya que no cuentan con el abordaje necesario. A esto hay que agregar que Mendoza, por su clima seco, tiene condiciones particularmente propicias para las alergias y negativas para quienes presentan estas condiciones.
El asma causa en Argentina 400 muertes y 15.000 internaciones por año, sin embargo, 70% de los pacientes no cuenta con un Plan de Acción. Incluso quienes tienen cuadros leves pueden verse gravemente afectados: entre 30 y 37% de los pacientes leves sufren una crisis de asma pero 15 a 20% de los pacientes que fallecen por asma son leves. El 16% de las personas con esta enfermedad sufre una crisis casi fatal.
Se trata de una afección en la que las vías respiratorias de una persona se inflaman, estrechan y producen mayores cantidades de mucosa de lo normal, lo que dificulta la respiración. Esto puede afectar la calidad de vida de las personas que que les impide el normal desempeño de muchas actividades.
Promueven una ley de asma
En este contexto, diversas sociedades científicas en el país refuerzan la importancia de promover la Ley Nacional de Asma a los fines de mejorar, fundamentalmente, el acceso al tratamiento para que los pacientes mantengan una vida digna y de calidad.
Diferentes sociedades científicas (AAMR – AAAeIC – SAM), ONGs (GANOA) y la Asociación Argentina de Pacientes con Asma, trabajan activamente en promover que exista una norma en este sentido. Se trata de una iniciativa que persigue la capacitación, educación, prevención y, fundamentalmente, el acceso al tratamiento, para que los pacientes tengan una vida digna y de calidad. Este proyecto fue presentado por la Senadora Nacional por la provincia de Tucumán, Beatriz Ávila e ingresado a la Dirección General de Comisiones en junio de 2022, bajo el número de expediente 1250/22. Actualmente, el proyecto está en las comisiones de Salud, de Trabajo y Prevención Social y de Presupuesto y Hacienda.
La doctora Ana Stok, Directora Médica de Investigación en Patologías Respiratorias y Vice Directora del Departamento de Asma de la Asociación Latinoamericana de Tórax (ALAT) sostuvo: “Una Ley Nacional de Asma es importante porque el asma es la enfermedad crónica que más padecen los argentinos y esta ley va a permitir respaldar el derecho de los pacientes con asma de acceder a tratamientos adecuados para su enfermedad así como al personal de salud capacitado, mejorarles la calidad de vida y disminuir la mortalidad por asma, ya que es una enfermedad que afecta desde el niño al adulto mayor”.
Asma con subdiagnóstico y en aumento
A nivel global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima en el Global Asthma Report 2014 que el número de casos supera los 334 millones de personas y proyecta que, para 2025, esta cifra se vería incrementada en 100 millones de personas de todas las edades y de todos los lugares del mundo.
Es frecuente encontrar pacientes que están incorrectamente tratados, no tratados o no controlados por su patología de asma. Una característica de esta enfermedad es que pueden existir períodos de tiempo asintomáticos y, en ocasiones, esto hace que incluso las personas diagnosticadas, por falta de educación médica, abandonen los tratamientos cuando los síntomas disminuyen. Aún quienes sufren de asma leve pueden tener crisis de asma (3 ó 4 de cada 10 pacientes) y pueden fallecer como consecuencia de la misma. Esta situación de falta de adherencia al tratamiento, sumado a la falta de acceso a los medicamentos, se vuelve especialmente compleja en la primavera, por las condiciones climáticas que exacerban los síntomas y pueden tener consecuencias muy graves para la salud.