Javier Alves, el hombre que se accidentó hace una semana en la Ruta 40, busca contactarse con las dos personas que lo asistieron durante el terrible momento. A raíz del choque, el hombre perdió uno de sus brazos.
En medio de un incidente que podría haber terminado en tragedia, surgió un rayo de esperanza en la Ruta 40, cerca de Anchoris, hace una semana, cuando Javier Alves sufrió un accidente que resultó en la pérdida de uno de sus brazos.
Después del choque ocurrido el martes pasado, Alves quedó gravemente herido dentro de su Renault Oroch. Fue socorrido rápidamente por personas que pasaban por el lugar, entre ellas una enfermera, quien le proporcionó atención de primeros auxilios hasta la llegada de la ambulancia del Servicio Coordinado de Emergencias.
En medio de la angustia, Alves se aplicó un torniquete y recibió ayuda adicional de la enfermera, quien improvisó herramientas con un cinturón y una campera. Esta mujer no se separó de él hasta que llegaron los paramédicos, quienes lo trasladaron al Hospital Central de la Capital de Mendoza, tras aproximadamente 40 minutos de espera.
Testigos del accidente relataron que la mujer estuvo constantemente junto a Javier Alves, brindándole apoyo hasta la llegada de la ayuda médica.
En un contexto de desesperación tras el incidente, que involucró a otros dos vehículos, dos personas intentaron apropiarse de pertenencias personales y valiosas de Javier Alves. Sin embargo, otra persona intervino y logró recuperar la mochila del accidentado, que contenía su computadora de trabajo.
Conmovido por estas acciones positivas, Javier Alves desea contactar y agradecer personalmente a las dos personas que lo asistieron durante el accidente.
