El traspaso de la etapa de aislamiento social, preventivo y obligatorio a la de distanciamiento social en Mendoza vino acompañado por una serie de flexibilizaciones y autorizaciones con dos actores claves presentes: el tapabocas y el cuidado de la distancia. Juntadas entre amigos (no más de 10 personas y dentro de una misma zona), deportes individuales, reapertura de shoppings y gimnasios y hasta la eliminación de la restricción de salidas de acuerdo al DNI fueron algunos de los cambios que entraron en vigencia esta semana.
Sin embargo, hay algunas otras actividades que todavía deben esperar. Entre ellas, la celebración de misas u otras ceremonias religiosas para más de 10 personas. Por ello, en el transcurso de la mañana de hoy, el gobernador Rodolfo Suárez y parte de su gabinete mantendrán una reunión con representantes y líderes religiosos de los distintos credos.
En el encuentro, el gobernador informará que el protocolo para ampliar la concurrencia de público se encuentra en revisión por parte de las autoridades nacionales. Se trata, en definitiva, del mismo proceso que se ha seguido con otras actividades flexibilizadas en los últimos días.
“El valor espiritual es clave en estos momentos. Si bien es cierto que el decreto 520 de la Nación, en su artículo 9 fija el límite de las 10 personas, establece también que queda a criterio de cada provincia que se pueda ampliar. Por eso es que queremos planteárselo al gobernador”, indicó el sacerdote y vocero del Arzobispado, Marcelo De Benedectis. Y recalcó: “Queremos mantener el vínculo de diálogo, y presentar esta urgencia de los fieles católicos y de otros cultos para mantener el cuidado integral del ciudadano".
El 28 de mayo, desde el Arzobispado de Mendoza enviaron una primera carta al gobernador para solicitarle que autorice las celebraciones de misas y otros sacramentos en la provincia. Junto a la misiva, se incluyó una propuesta de protocolo, que es la que envió la Provincia a la Nación.
En el protocolo presentado, los referentes de la Iglesia Católica proponen que se modifique el tope de 10 personas y se ponga un límite máximo de fieles que no supere en un 25% la capacidad del templo o del lugar de celebración. Se prevé que los asistentes estén separados por -al menos- dos metros entre sí. Además, indican que habrá una persona en la puerta encargada de controlar que no se supere la capacidad permitida y es la que colocará alcohol en gel en las manos a los fieles. Por otra parte, cada establecimiento deberá tener un cartel donde se indique la capacidad autorizada.
“Nuestro deseo es que, ya con la experiencia de la apertura de la Iglesia, se pueda dar un paso más; cumpliendo todos los protocolos. Esto va en línea con la necesidad de dar respuesta a las necesidades de los creyentes”, agregó De Benedectis; quien indicó que la propuesta de protocolo fue revisada el miércoles por las autoridades eclesiásticas y que lleva la firma del arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo y del obispo de San Rafael, Eduardo Taussig.
Lo que dice el protocolo
En el primero de los puntos del protocolo propuesto para actividades religiosas comunitarias se especifica que la asistencia de fieles no estaría limitada a la terminación del DNI, sino a la capacidad autorizada de cada templo. A partir de esta semana, con el cambio de fase y el paso a la etapa de distanciamiento, se eliminaron las restricciones por el documento en Mendoza para cualquier actividad. Además, se fijan 15 “zonas de proximidad” en la Arquidiócesis de Mendoza y tres en la Diócesis de San Rafael para que puedan asistir los fieles.
El uso del tapabocas se mantiene como obligatorio, y entre los fieles deberá mantenerse una distancia de al menos dos metros. En caso de que la asistencia sea en grupo familiar, estos podrán mantenerse juntos; pero asegurando ese distanciamiento del resto de los fieles.
En cuanto a horarios para inicios de celebraciones, se fija entre las 9 y las 20; y se aclara que ninguna podrá finalizar después de las 21. Además, procuran que -de ser posible- existan puertas diferenciadas para la entrada y la salida; y que se evite la aglomeración de gente antes del inicio y luego de cualquier ceremonia.
Se eliminarán las fuentes de agua bendita en los templos, al igual que la procesión de ofrendas y el saludo de la Paz. En tanto, la Eucaristía se dará en la mano y no en la boca.
A estas propuestas se agregan la colocación de trapos con agua y lavandina en las puertas de los establecimientos; la presencia de una persona para hacer periódicamente la sanitización mientras esté abierto el templo y la ventilación y desinfección luego de cada celebración.
De todos los credos
De la reunión de hoy participarán representantes de la Iglesia Católica, pero también de otras religiones. A principios de semana, por medio de un comunicado, más de 300 líderes religiosos de todos los credos solicitaron al presidente de la Nación y el gobernador de Mendoza que no se restrinja más “la libertad de profesar libremente la fe de diferentes religiones”. Ya habían presentado un recurso de amparo en la Justicia.
Los firmantes destacaban con preocupación el hecho de se contabilicen más de 80 días en los que no pueden “profesar libremente su fe, dejándonos presos en nuestras casas, ya que si salimos, somos castigados con multa y cárcel”.
Además, acusan a los mandatarios políticos de haber “tomado la osadía de regular las religiones y sus prácticas, ritos y formas de llevar adelante su fe”.