“Le pusieron Romeo en las redes sociales, porque cuando la mujer que la encontró maltratada me la trajo (junto con el departamento de Fauna); yo les dije que en agosto las zarigüeyas suelen salir a buscar comida y pareja. Entonces, me contó que en Facebook la gente le puso Romeo, ‘porque había salido a buscar a su Julieta”, resume sonriente la veterinaria del Instituto de Medicina y Biología Experimental de Cuyo (Imbecu) del Conicet, Melisa Morales. Ella es la artífice para que el protagonista central de esta nota, Romeo (una comadreja o zarigüeya adulta) haya podido reinsertarse en su hábitat y luego de 50 días de una compleja rehabilitación.
Si bien el 22 de agosto desde la dirección de Recursos Naturales le derivaron el marsupial a Meli, días antes había tenido lugar el triste hallazgo. En las inmediaciones de calle Pueyrredón (Chacras de Coria), una mujer y su hermano habían encontrado al ejemplar luego de haber sido maltratado por un hombre. “El hermano de la señora rescató a la comadreja cuando estaba tirada, habían visto que hasta la habían querido quemar. Y empezaron toda una campaña en las redes, para ayudar a Romeo y para identificar y denunciar al agresor”, agrega la especialista en zarigüeyas.
Tras el tratamiento y un detallado seguimiento, el ejemplar fue liberado el 9 de octubre en una finca de Vistalba, evidenciando ya una notoria mejoría y una evolución en el instinto salvaje. “No es un animal nuevo en el ecosistema de Mendoza ni en esa zona de Chacras, es común encontrarlas. Mucha gente, por miedo y desconocimiento, las ataca. Pero son especies omnívoras, que consumen frutales y desperdicios; pero también pericotes, insectos. Son controladores de plaga y tienen un valor ecosistémico importante”, destaca.
Volver a nacer
Según reconstruye Morales, el diagnóstico inicial era muy malo. “Estaba deformadísimo por los golpes, y lo habían intentado quemar. Tenía un traumatismo craneal severo, un gran enfisema subcutáneo y fracturas en la cabeza; además de dificultad para respirar”, rememora Melisa.
Luego de estabilizar al marsupial, durante dos semanas recibió tratamiento inyectable y alimentos líquidos. Luego comenzó a recuperar patrones de actividad nocturna e incorporó una dieta semiblanda. Y, por último, inició la rehabilitación con desplazamientos.
Más allá de lo poco alentador del pronóstico inicial, el hecho de que se haya determinado que no precisaría de operaciones para recuperarse de las fracturas fue un indicador optimista.
La liberación
Tras 50 días de trabajo arduo, Romeo fue devuelto a la naturaleza. “Nos demoramos porque se le habían quemado las vibrisas (bigotitos), que son elementos sensoriales muy importantes para percibir las presas nocturnas y para la ambientación”, agrega Morales.
El listado de especies protegidas de la Secretaría de Ambiente de la Provincia incluye a las zarigüeyas como especie protegida.